La Federación Internacional de Atletismo (IAAF) aseguró ayer que podría desposeer a la estadounidense Kelli White de sus dos medallas de oro logradas en los Mundiales de París al considerar que la velocista consumió un estimulante que, aunque no figura en la lista de productos prohibidos, es dopante. La IAAF no tomará ninguna decisión definitiva antes de escuchar los argumentos de la atleta, ganadora de las finales de 100 y 200 metros . White podrá participar el mañana en la reunión de Bruselas, última cita de la Golden League, así como en la final del Grand Prix que se disputará en Mónaco una semana más tarde. La atleta norteamericana dio positivo por modafinil tras la final de los 100 metros de los Mundiales de París. La sustancia, un estimulante psicomotor, no se encuentra en la lista de productos prohibidos del Comité Olímpico Internacional (COI), pero está relacionada con productos dopantes, por lo que la IAAF abrió una investigación para determinar si su consumo es sancionable. «Tras el necesario informe de los expertos, la IAAF ha decidido clasificar la sustancia modafinil en la categoría de los estimulantes más débiles», señaló la organización en un comunicado. Ante la postura del organismo que rige el atletismo mundial, la atleta estounidense ha asegurado que luchará para mantener sus dos oros. «Estoy frustrada ante la posibilidad de perder mis medallas. Trabajé toda la temporada para ganarlas. Y las gané. Mi reputación ha sido manchada, pero tengo la intención de luchar para mantener mis medallas», declaró la velocista estadounidense durante una rueda de prensa en Bruselas. Dopaje con EPO de Lagat El atleta keniata Bernard Lagat, bronce en los 1.500 metros de los Juegos Olímpicos de Sídney, dio positivo por eritropoietina (EPO). La IAAF había informado a la Federación Keniata de este dopaje justo antes del inicio de los Mundiales de Atletismo de París. Lagat abandonó el equipo keniata tras conocer esta noticia, aunque oficialmente declaró que causaba baja en las series de 1.500 metros debido a una gripe. El keniata podría sufrir una sanción de dos años de suspensión. La fecha y el lugar del control no han sido precisadas, pero según el diario La Gazzetta dello Sport se realizó a principios de agosto.