Sastre gana y Ullrich aprieta

La Voz

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Carlos Sastre se dejó las gafas y se puso el chupete para celebrar que le ponía la guinda a esa fiesta española que suelen ser los Pirineos.

19 jul 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

El corredor de CSC le dedica su primer triunfo en la ronda gala a su hija Claudia, de dos años de edad. Por detrás, a un minuto exactamente, se desencadenaba la gran batalla, la lucha por la general. Haimar Zubeldia se codeaba con Jan Ullrich, Lance Armstrong y Alexandre Vinokourov, las estrellas de la carrera. El norteamericano ya no intimida y Zubeldia intentó atacar, pero remató Ullrich, que gracias a los ocho segundos que arañó en la meta y a la renta de la bonificación ahora está a 15 segundos del maillot amarillo. Pero, matemáticas aparte, lo importante es que el germano ha logrado poner en evidencia en dos días consecutivos y en terrenos muy distintos al antes inexpugnable líder del Tour de Francia. La carrera está más viva que nunca. Pena de Joseba Beloki. Este Tour, que parecía condenado a ser el quinto de Armstrong, va camino de convertirse en la resurrección de Ullrich, en la confirmación de Vinokourov y en la sorpresa de Zubeldia. El ciclista del Euskaltel se está convirtiendo en una de las revelaciones de la prueba. Silencioso, día a día, se ha agarrado a la general en una posición de privilegio. Zubeldia seguramente se siente arropado por el naranja del que poco a poco se tiñe el público en unos Pirineos que volvieron a tener a los españoles como animadores y dominadores de la etapa. De hecho, el puerto de Pailhéres se quedaban cabeza a tres corredores, José Luis Rubiera, Carlos Sastre y Juan Miguel Mercado. Rubiera, el corredor del US Postal, sobrevivía después de una escapada tempranera, mientras Mercado y Sastre iban a por la etapa. De ese trío, el primero en quedarse fue Rubiera, que luego tuvo que trabajar para Armstrong. El siguiente en padecer los rigores del Tour fue Mercado, lo que dejaba en solitario a un Carlos Sastre que no falló. Lo de Armstrong, de momento, puede considerarse un semifallo. Demostró que no está bien. Aunque Iban Mayo lo probó en dos ocasiones en el puerto de Pailhères y no pudo con él. De momento, tras la primera etapa pirenaica, donde se suponía que el jersey oro atacaría, Ullrich estrecha el cerco.