Ambiente festivo en la despedida de la selección

ANDONIO GARRIDO VILAGARCIA

DEPORTES

FÚTBOL Poco a poco la selección va adquiriendo revoluciones pensando en sus próximos compromisos ante Bosnia e Israel. Después de dos días de relax, José Antonio Camacho comenzó a introducir más tensión a sus jugadores en el entrenamiento que ayer se celebró en el campo de Baltar.

30 may 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Era la última sesión en tierras gallegas, ya que esta mañana, a las 11.00, la expedición de la selección abandona A Toxa, en dirección al aeropuerto de Peinador, donde tomará un avión rumbo a Oviedo. Un breve calentamiento dio paso a distintos ejercicios, destinados a sentar las bases del trabajo defensivo. Fueron los jugadores de la defensa quienes más trabajo tuvieron. En primer lugar con una línea de cuatro y después únicamente los tres centrales (Téllez, Hierro y Nadal). Contra ellos se dirigían sus compañeros, atacando siempre con superioridad numérica. Para concluir la sesión de trabajo, el murciano José Antonio Camacho ordenó unos partidillos a medio campo, que hicieron las delicias del público, más gente (alrededor de quinientos espectadores) que en el primer día presenció ayer las acciones de sus ídolos. Javi Moreno, con un golpe al que Genaro Borrás restó importancia, no participó en el tramo final de la sesión. «Son uns canillentos» Entre los asistentes, comentarios de lo más variopintos: «Pensaba que eran superhomes, pero son uns canillentos, ¡como enghaña a televisión!», comentaba una paisana a su amiga, que sólo tenía ojos para el madridista Raúl, «que mira que pernas tortas ten». También hubo algún reproche de los más jóvenes ante la falta de respuesta a sus peticiones de saludos. Al final, invasión de campo, fotos, autográfos, algún grito histérico y protección policial para los más asediados. Raúl, Cañizares y Tristán fueron quienes tuvieron que soportar con más intensidad la fuerza del cariño del respetable.