Lamela desaprovecha su gran ocasión y queda eliminado

PEDRO GABILONDO SYDNEY

DEPORTES

El asturiano se quedó en 7.89 metros y necesitaba ocho Ayer no fue el Yago Lamela de verdad, el que nos deslumbró en los mundiales de Maebashi y de Sevilla, el atleta que saltó 8.56 metros el año pasado y que se había clasificado siempre para las finales desde que fue cuarto en el mundial junior de 1976 en esta misma ciudad.

25 sep 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

No era el atleta del tobillo eléctrico y la sangre fría capaz de lograr la clasificación en el último ensayo, como hacía Antonio Corgos, dos veces finalista olímpico. El de ayer era un atleta corto de preparación por las lesiones, sin chispa en los músculos, sin ese latigazo que atravesaba los fosos. Porque el Yago de verdad no hubiera tenido ningún problema para saltar los 8 metros necesarios para entrar en la final como lo ha hecho 22 veces en su vida, tres de ellas este año. El mismo atleta avilesino reconoció que su presencia en Sydney había sido un poco forzada tras un año de desgracias pero prefirió arriesgarse que quedar en casa viendo la televisión. Sus tres saltos fueron insuficientes: 7.68, 7.74 y 7.89. Ni siquiera contó esta vez con el embrujo del último ensayo que le sirvió para clasificarse en tantos campeonatos, como el mundial de Sevilla. De nada le valió tampoco tener la tercera mejor marca personal de todos los concursantes (8.56) sólo superada por 8.71 de Pedroso y los 8.62 del jamaicano Beckford, otro ilustre eliminado como Cankar y Streete-Thompson. El límite de la clasificación estaba en 8,05, aunque al final bastaron los 8 porque el frío hizo estragos en los dos primeros saltos. Lamela ha perdido una buena oportunidad de haber llegado más lejos que ningún otro saltador español de longitud.