Xoel López les da un regalo a sus seguidores en Santiago

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

PACO RODRÍGUEZ

Rescates de canciones olvidadas, relecturas de otras con nuevos ropajes instrumentales y su catarata de «hits» conformaron el recital del coruñés en la Sala Capitol dentro de su gira de salas

13 abr 2025 . Actualizado a las 13:14 h.

Convertido en una opción ganadora en el circuito de festivales, lo cierto es que costaba en los últimos tiempos ver a Xoel López en Galicia en un concierto individual dentro de un recinto cerrado. Y más aun, en el formato de sala, incapaz de ofrecer un aforo adecuado para la demanda, muy superior. Pero la gira-capricho en la que está inmerso el coruñés apela precisamente a eso: a los pequeños aforos de pie en los que desarrollar una narrativa de directo ajena a la necesidad compresora festivalera y proclive al juego con esos fans que se lo saben todo del artista, aprecian los rescates inesperados y conectan con temas que se perderían en otros espacios y atmósferas.

Para ese movimiento, en Galicia López escogió una doble fecha la Capitol de Santiago, que colgaba el sold out desde hace meses para la actuación del sábado y la del domingo. Allí, con inédita formación de cuarteto, planteó un concierto que no solo dio alas a su último trabajo, Caldo espírito (2023). Caminó también por recodos no muy frecuentados de su discografía. Resultó maravilloso, en primer lugar, escuchar con calma, complicidad y corazones palpitando a la velocidad exacta temas como Salitre y humo, Albatros, y Faneca brava, este último tremendo, de lo mejor del concierto. Fue gozoso, en lo segundo, reencontrarse con piezas olvidadas como Insomnio, convertida en un bombón pop. O ese Joana que, por la vía de las Perlas ensangrentadas de Alaska y Dinarama, emergió como un himno para arrasar este verano.

PACO RODRÍGUEZ

Se encontraba juguetón el artista que le puso extra de Dylan a su ya de por sí dylaniana Buenos Aires. Luego fue a más y fundió el Ain't Me Babe con Ningún nombre, ningún lugar. Lo terminaría llevando hasta aquel Imitation Of Life de REM que versionaba en los primerísimos tiempos de Deluxe. Rescató Que no, con toques funkys en las guitarras y, por supuesto, interpretó los Tierra, Fort Da, Lodo, A serea e o mariñeiro, La espina de la flor en tu costado y Tigre de Bengala que conforman uno de los mejores repertorios del pop en castellano actual. El que se reivindicó el sábado delante de esos seguidores que, con ojos de enamorados, lo recibieron como un regalo.

Un detalle. El recital empezó con la típica fila de móviles al aire grabándolo todo. Poco a poco, estos fueron desapareciendo y, al final, apenas se veían. Signo de lo entonada que estaba la audiencia y lo bien que se lo estaba pasando. Como para apartar la emoción por estar filmando.