Leire Martínez: «Con la importancia que ha tenido Amaia en La Oreja, hasta yo me he quitado mérito»

Carlos G. Fernández MADRID / COLPISA

CULTURA

La cantante Leire Martínez durante la entrevista con EFE
La cantante Leire Martínez durante la entrevista con EFE Alberto Aguado | EFE

La artista lanza su primer sencillo en solitario tras su etapa en La Oreja de Van Gogh, un tema con alusiones directas a su adiós

14 abr 2025 . Actualizado a las 12:57 h.

La separación de Leire Martínez del resto de La Oreja de Van Gogh cumplió una especie de profecía que la acompañaba desde el inicio, en el 2008. Su primer sencillo en solitario, con alusiones muy directas a ese momento, presenta una imagen de gran fuerza y ajuste de cuentas, pero al mismo tiempo de empatía y falta de rencores.

—Para esta nueva etapa en solitario hay un gran cambio de mentalidad, un poco como la gente que ha estado siempre con la misma pareja y tiene que volver a aprender a ligar. ¿Qué ha tenido que volver a aprender a hacer como artista en solitario?

—Efectivamente... Es verdad que yo nunca he buscado protagonismos de ningún tipo. Vivir en ese segundo plano se me daba muy bien, por lo tanto ahora tengo que plantearme el cómo, el hasta dónde y todas esas cosas. Por otro lado, me he propuesto disfrutar de todo. Bienvenido sea todo aquello que pase.

—En La Oreja de Van Gogh usted compuso relativamente poco, así que otra novedad es que va a presentar su propio material, sus historias.

—Es cierto que con La Oreja no se ha visto esa parte de mí. Escribir me ha gustado siempre, y he escrito mucho para mí. El reto estaba en musicalizar. Esa parte me generaba mucha inquietud, pero he tenido la suerte de poder disponer de gente maravillosa que me ha ayudado en esa parte. Para mí ha sido supergratificante, he salido de esa zona de inseguridad que tenía sobre todo en la parte musical, y he aprendido de qué soy capaz.

—Hay un componente telenovelesco de todo este asunto de la separación de La Oreja de Van Gogh. Usted se está encargando de remediarlo con mucho sentido común. ¿Cómo se vive desde dentro esta exposición y esta búsqueda de la polémica?

—Desgraciadamente, hay una violencia sistematizada que ha arraigado en nosotros, y eso me da mucha pena. No me gusta, trato de no compartirla, de no hacerla mía. A veces se plantea todo desde esas perspectivas: el conmigo o contra mí, ganar y perder, buenos y malos. Yo trato de ser coherente conmigo misma y he tratado de hacerlo siempre. Cuando estás en un grupo, tiene que imperar la filosofía del grupo, no la individual. No es que antes no fuera libre para hablar, pero había que hacerlo en nombre del grupo. Ahora hablo en nombre de Leire.

—La frase «siempre serás bienvenido a este lugar» que está en la canción «Mi nombre», también está en el primer «hit» que tuvo en el 2008, «El último vals».

—Sí. Para mí es importante rendir los honores que se merece cada etapa de la vida. Nunca renegaré de nada de lo que he vivido porque todo me hace ser lo que soy hoy, y estoy muy orgullosa de quién soy ahora mismo. Mi nombre ha sido una forma de validar una emoción. Me costaba hablar de otras cosas si no trataba antes de eso que estaba sintiendo. Claro que había dolor en ese momento y claro que había enfado, y parece que está mal hablar de estas cosas. Dicho esto, mostrar esta emoción no quiere decir que no haya otras. Todo puede coexistir. Que yo no esté de acuerdo contigo o que en un momento dado me enfade contigo no implica que te tenga que dejar de querer. Y así lo siento yo y eso es lo que he querido expresar.

—¿En qué punto está el disco nuevo?

—Te diría que estamos a un 85 %. La mayoría de las canciones están en versión maqueta, todavía hay que grabarlas y producirlas. Quiero escribir algún tema más, un poco más enérgico, y también quiero algún tema en euskera. Eso es lo que me quedaría para cerrar el disco.

—Ha dicho varias veces que, por mucho que nos queramos engañar, esto es un negocio.

—¿Sabes qué pasa? Que las cosas no son blancas o negras. El que esto sea un negocio no implica que haya dejado de tener sentido o voluntad artística. El negocio, afortunadamente, permite que personas como yo podamos dedicarnos a esto y podamos seguir contando historias donde hay emociones, reflexiones, cosas interesantes.

—En redes hay un gran movimiento leirista. Su etapa de La Oreja de Van Gogh también es parte de la educación sentimental de mucha gente. ¿Le llega ese cariño?

—Fíjate que yo he estado 17 años en el grupo y me costaba entender que efectivamente hay gente que ha nacido y que ha escuchado mucho a La Oreja de Van Gogh en mi etapa. Con la importancia que ha tenido Amaia dentro de La Oreja, es verdad que hasta yo me había quitado mérito, ¿no? A veces desde dentro tu propia realidad se distorsiona y no eres totalmente consciente de lo que está pasando. Y cuando acaba esto, de pronto esa reacción de la gente ha sido increíble y no la esperaba, de verdad te lo digo. Y en ese sentido estoy muy agradecida, agradezco ver que no está todo perdido, que la gente es capaz de ver más allá de un clickbait.