Orfandad en el mundo del arte por la muerte de Helga de Alvear

Miguel Lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

Helga de Alvear, en una imagen de archivo tomada en el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, en Cáceres.
Helga de Alvear, en una imagen de archivo tomada en el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, en Cáceres. Luis Asín | Europa Press

La galerista, coleccionista y mecenas aportó aire fresco, riesgo y aventura al sector en momentos de letargo. Pionera y valedora de la creación contemporánea, su exclusiva y valiosa colección seguirá en Cáceres, donde logró situar su museo y su legado

03 feb 2025 . Actualizado a las 21:55 h.

La muerte de Helga Alvear ha causado este lunes un profundo sentimiento de orfandad en el mundo del arte, el coleccionismo y el galerismo español. Fallecida a los 88 años en Madrid, era una de las grandes damas de su oficio en España. Heredera de Juana Mordó, la Mamá grande del sector con quien se formó, Alvear fue una pionera que aportó aire fresco, aventura y riesgo al sector del arte en momentos de letargo. Santiago Sierra, el gran provocador, el enfant terrible del arte contemporáneo español, era uno de los artistas de su galería y protagonista de sonadas polémicas en Arco.

La muerte de Alvear dejará también un enorme vacío en esta feria de arte contemporáneo en la que su galería ocupaba un lugar de preferencia junto a las otras tres grandes del póquer de ases del galerismo ibérico: la fundadora del certamen, Juana de Aizpuru, la retirada Soledad Lorenzo y Elvira González, que ha delegado en sus hijas.

Habitual de Arco, De Alvear era uno de sus grandes puntales. En 1982 se convirtió en una de las galeristas que apostó por innovar en la escena española con la creación del certamen. En el 2018 presentó las controvertidas fotografías de Santiago Sierra, una de sus mayores apuestas, con Oriol Junqueras, los Jordis y otros políticos catalanes retratados como presos en una instalación titulada Presos políticos en la España contemporánea. Retirada por la dirección de Ifema, el propio Sierra lo denunció como censura. Carlos Urroz, entonces director de la feria también desaprobó la retirada.

Más de 3.000 piezas

Además de una gran comerciante de arte, De Alvear fue una fenomenal mecenas y una inmejorable coleccionista. Más de tres mil piezas conforman su colección, una de las destacadas de Europa sobre la que levantó en el 2010 su museo de Cáceres. No habrá ningún problema con su legado. «Cuando muera, ya se sabe que todas las obras pertenecen a Cáceres. Las que haya sin vender en la galería se devolverán a los artistas. Todo el papeleo está arreglado. No habrá ninguna sorpresa», declaró la legendaria galerista en una entrevista realizada un año antes de su fallecimiento.

El origen de su colección se remonta a 1967, cuando conoció a Juana Mordó y entró en contacto con los más relevantes creadores españoles en la época, como los del grupo de Cuenca y de El Paso. A plazos pagó la primera obra de su colección, una pieza de Fernando Zóbel. Desde entonces no paró de comprar. En el 2021 adquirió uno de los hitos de su colección, Los caprichos que Goya regaló a Evaristo Pérez de Castro, ministro Fernando VII y que De Alvear adquirió con la condición de no sacarlos de España.

Había inaugurado su propia galería en 1995, tras estar un decenio en la de Juana Mordó, su maestra tanto en cuestiones de gestión como en el conocimiento del ecosistema del mundo artístico internacional a través de ferias como Art Basel, Colonia o la Fiac de París. En un local de novecientos metros cuadrados junto al Museo Reina Sofía, dio rienda suelta a su apuesta por el arte más internacional, abriendo juego a la fotografía, el vídeo y a la instalación, hasta entonces una rareza en España.

Helga de Alvear es hoy una de las galerías más sólidas, prestigiosas y reconocidas internacionalmente. Muchas de las obras de su colección se han visto en grandes museos de todo el mundo, pero el deseo de compartir su pasión por el arte contemporáneo con el mayor número de personas y de forma permanente le llevó a dar un paso más allá. Era necesario crear «una institución sin ánimo de lucro, con vocación pública, participativa y transparente» y para ello necesitaba un museo del siglo XXI.

Su colección y su museo se instalaron al fin en Cáceres después de que los rechazaran Madrid, Córdoba, San Sebastián y Granada. Fue el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra quien dio la aprobación al proyecto instalado ya en un fabuloso edificio creado por el premiado arquitecto Emilio Tuñón. Entre los artistas de su colección están Ai Weiwei, Vasily Kandinky, Paul Klee, Louise Bourgeois, Antoni Tàpies, Agnes Martin, Carlos Bunga u Olafur Eliasson.

Origen alemán

Nacida en Kirn (Nahe, Renania-Palatinado), la galerista solía contar cómo siendo niña le gustaba coleccionar piedras duras que encontraba en el río Nahe, provenientes de un yacimiento cercano a su casa y que quizá las formas, texturas y colores de esa primera colección de objetos naturales allanaran el camino hacia su posterior fascinación por el arte abstracto.

Tras la Segunda Guerra Mundial, que acabó cuando ella tenía 9 años, De Alvear estudió en el colegio de Salem en el lago de Constanza, en Lausana, Ginebra y Londres. En 1957, con 21 años, viajó a España para aprender el idioma. Siendo estudiante de Cultura Hispánica en la Complutense, el 27 de mayo de 1958 conoce al arquitecto Jaime de Alvear, con el que contrae matrimonio justo un año después, y con el que tuvo tres hijas: María, Ana y Patricia.

Junto con su familia visitaba con frecuencia el Museo del Prado, donde quedó prendada de obras como La Anunciación de Fra Angelico o la última etapa de Goya, artista que situó en el origen de la modernidad.

En el 2006 se constituyó la Fundación Helga de Alvear, en el año 2010 se inauguró el Centro de Artes Visuales y en el 2021 el Museo Helga de Alvear, institución «que apuesta por el arte como motor imprescindible para seguir mirando hacia el futuro» y cuya misión es «poner en valor la generosidad y el legado de Helga de Alvear, reconociendo el carácter transformador del arte, tejiendo comunidad de relaciones a nivel local, nacional e internacional y expandiendo su pasión por el arte contemporáneo en la sociedad actual y generaciones futuras».

Por su brillante trayectoria vital y profesional Helga de Alvear la mereció numerosos reconocimientos, como la Medalla de Extremadura en el 2007, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes concedida por el Ministerio de Cultura en el 2008, la Cruz de la Orden del Mérito Civil de la República Federal Alemana, otorgada en el 2014, la Medalla Internacional de las Artes de la Comunidad de Madrid en el 2020, o la Medalla al Mérito Cultural de la República Portuguesa del 2024, entre otros muchos galardones.

Generosidad

En palabras de Sandra Guimarães, directora de su museo cacereño, «Helga de Alvear será por siempre recordada por su admirable generosidad y su imprescindible papel en el desarrollo del contexto artístico español e internacional».

«Fue una líder visionaria que tuvo un impacto indeleble en los artistas con los que trabajó, en los equipos de su museo y su galería, en sus colegas, en sus numerosos amigos y en todo el mundo del arte. Helga siempre valoró el arte y sus relaciones con los artistas por encima de todo, puso todo su esfuerzo y cariño en hacer realidad el sueño de construir un museo y eligió como hogar para su colección la ciudad de Cáceres, siendo la principal defensora del proyecto hasta el final», agrega.

«De forma totalmente desinteresada, consiguió hacer realidad la creación de una fndación y un museo cuyo impacto ha enriquecido y enriquecerá la vida de miles de personas a través del arte. Gracias a su generosidad y a su férreo compromiso con la sociedad hoy contamos con una de las colecciones internacionales de arte contemporáneo más relevantes de Europa y podemos seguir trabajando por cumplir su sueño: transformar la vida de las personas a través del arte. Helga de Alvear tiene un lugar propio en la historia del arte contemporáneo», concluye Guimarães.