Fernanda Torrente Sánchez-Guisande: «La literatura de mi padre sigue estando tan viva como siempre»
CULTURA
La fundación que preside ahora la hija del autor de «La saga/fuga de J. B.» reabre este jueves sus puertas en Santiago con una muestra dedicada al pintor Juan Giralt, yerno del escritor
10 oct 2024 . Actualizado a las 06:29 h.Lo dice Fernanda Torrente Sánchez-Guisande, hija del autor de La saga/fuga de J. B. y nueva presidenta de la fundación que lleva el nombre del escritor ferrolano, institución que reabre sus puertas este jueves en Santiago: «La literatura de mi padre sigue estando hoy tan viva como lo ha estado siempre, y nuestro principal objetivo va a ser acercarla a los lectores, de todas las edades, del siglo XXI». Fernanda, gran conocedora de la obra de Torrente Ballester —y no solo de la obra, sino de todo cuanto rodeó, a lo largo de décadas de trabajo constante, el nacimiento de cada uno de sus libros—, asume la presidencia de la fundación e impulsa, además, la reapertura de la sede como el inicio de una nueva etapa en que lo más importante, dice, «es poder aproximar su literatura a un público cada vez mayor».
El emblemático edificio de la rúa do Vilar —situado en el corazón de Compostela en pleno casco monumental de la ciudad que en los sueños de Torrente brotó para la eternidad mientras las piedras eran labradas por el sonido de las campanas de la catedral— vuelve a reconquistar el lugar que le corresponde en el epicentro de las letras españolas. Y lo hace, en primera instancia, con el anuncio de un amplio programa de conferencias y con una muestra del pintor Juan Giralt (Madrid, 1940-2007), yerno de Torrente.
Pero también con la intención de albergar, a partir de los próximos meses, un extenso plan de actividades, que incluirá la presencia de la magna exposición sobre GTB, comisariada por Darío Villanueva y Carmen Becerra, que promueve la Biblioteca Nacional. «La exposición de la Biblioteca Nacional, que permitirá conocer en mayor profundidad tanto a mi padre como su obra —dice Fernanda—, va a comenzar su itinerancia en Madrid; y después estará, entre otras ciudades, en Salamanca y Ferrol. Pero nuestra intención, en un inicio —comenta—, es que, cuando finalmente llegue a Santiago, pueda quedarse aquí, en la sede, de manera permanente».
Veinticinco años
Se cumple el 25.º aniversario del fallecimiento de don Gonzalo Torrente Ballester, un escritor, nacido en el ferrolano valle de Serantes, que fue una de las figuras centrales de la literatura española del siglo XX («Non quixo pelexar polo Nobel; comentaba, ríndose, que a ver se despois, por culpa dos cartos do premio, a súa familia acababa sendo vítima dun secuestro», solía recordar su amigo Carlos Casares), pero cuyo legado ha tenido que atravesar, en las primeras décadas de este siglo, ese purgatorio, en forma de cruel e injusto olvido, del que pocos escritores se libran, también por los caminos de este mundo, tras habérselos llevado la muerte.
El Concello de Ferrol, que ha declarado este 2025 Año de Torrente Ballester, editó una biografía del escritor (obra de otro de sus más grandes amigos, José Antonio Ponte Far) que arroja una nueva perspectiva sobre la vida del autor de Don Juan. Y críticos literarios de todo el país, arropados por el magisterio de Ángel Basanta (otro gran amigo de Torrente), se reunieron recientemente en la ciudad naval para fallar allí, precisamente en memoria del autor de El cuento de Sirena, el Premio Nacional de la Crítica.
Además, la propia fundación se dispone a acometer un proyecto largamente esperado por quienes aman la escritura del narrador ferrolano: la transcripción de las más de 200 cintas magnetofónicas grabadas por don Gonzalo.
«Queremos recuperar —dice Fernanda— una de las facetas menos conocidas de mi padre, que, a pesar de que se ha estudiado muy poco, no es, ni mucho menos, algo carente de importancia: su carácter de gran narrador oral, de gran conversador, de gran tertuliano. Queremos rescatar del olvido —añade— al Torrente que narraba de viva voz; y poner a disposición de la cultura española, y no solo de la española —matiza—, el contenido de todas esas cintas magnetofónicas en las que reflexionaba en voz alta y conversaba consigo mismo nos parece importantísimo».
Un cuarto de siglo después de su fallecimiento, Torrente comienza a volver, poco a poco, a la par que sus libros, a la vida. La reapertura de la sede no solo simboliza, sino que, en más de un sentido, encarna el espíritu de ese regreso. «Estamos todos muy ilusionados —subraya Fernanda— con este tiempo nuevo. La fundación vuelve a funcionar, y lo hace con el convencimiento de que no solo ha de desarrollar su labor, en memoria de Torrente, de puertas adentro, sino en colaboración con todo tipo de instituciones y estando presente en todos aquellos lugares en los que se quiera recordar a Torrente y leer sus libros».
La Fundación Torrente abre al público de lunes a sábado entre las 11 y las 14 horas y de 17 a 21; domingos y festivos, de 11 a 14.