El actor se ha vuelto a poner el sombrero de arqueólogo en «Indiana Jones y el dial del destino» para poner fin la mítica saga. A sus 80 años, ha dado vida a algunos de los personajes más conocidos de la historia del cine, en películas como «Star Wars», «Blade Runner» o «Apocalypse Now»
01 jul 2023 . Actualizado a las 18:50 h.El arqueólogo más famosos del la gran pantalla se despide de sus aventuras. Con el estreno esta semana de Indiana Jones y el dial del destino, se pone fin a una de las sagas más míticas de la historia del cine. Pero si los espectadores creen que se trata de un doloroso «adiós», pese a que las películas de la franquicia se podrán seguir viendo en plataformas digitales, más duro es para Harrison Ford. A sus 80 años, el actor se ha vuelto a poner el sombrero para despedirse de uno de los personajes más icónicos a los que ha representado. Y no son pocos. Algunos de sus papeles más conocidos pasan por otras sagas como Star Wars, donde dio vida a Han Solo, o Blade Runner, donde encarnó a Rick Deckard, o filmes como Apocalypse Now, El fugitivo, Único testigo o Air Force One. Hacemos un repaso por los papeles más emblemáticos de Harrison Ford.
Han Solo, en Star Wars (1977-2019)
Aunque seguramente su papel más emblemático es Indiana Jones, lo sigue de cerca el personaje que lo catapultó a la fama. Harrison Ford encarnó a Han Solo en las películas de la franquicia Star Wars. El capitán del Halcón Milenario, siempre acompañado de su fiel amigo Chewbacca, se convierte casi sin quererlo en escudero del héroe de la trilogía original, Luke Skywalker, para derrocar a las malvadas fuerzas del Imperio galáctico, lideradas por Darth Vader y el Emperador. Pese a su carácter más bien solitario y su vinculación a actividades como el contrabando, acaba convirtiéndose en una pieza fundamental de la Alianza Rebelde para ganar la guerra de las galaxias, en la que conoce a quien será el amor de su vida, la princesa Leia.
Pese a ser el papel que catapultó su carrera, Harrison Ford no estaba, en principio, destinado a él. Aunque ya había interpretado a Bob Falfa para la película American Graffiti de George Lucas en 1972, el director quería a alguien nuevo para el papel. El actor era aún su carpintero de confianza y lo contrató para dar las réplicas en los cástings y ensayos. Sin embargo, quedó tan impresionado con Ford que decidió darle la oportunidad. Otras de las personas que fueron consideradas para dar vida al personaje fueron Al Pacino, Robert De Niro, Jack Nicholson o Sylvester Stallone.
El personaje de Han Solo aparece en las tres películas de la trilogía original: La guerra de las galaxias (1979) —renombrada posteriormente como Star Wars: Episodio IV. Una nueva esperanza—, Star Wars: Episodio V. El Imperio contraataca (1980) y Star Wars: Episodio VI. El retorno del Jedi (1983). También en la primera entregas de la trilogía de secuelas, Star Wars: Episodio VII. El despertar de la Fuerza (2015), y tuvo una pequeña aparición en la última, Star Wars: Episodio IX. El ascenso de Skywalker (2019).
Indiana Jones (1981-2023)
A su personaje de Han Solo hay solamente uno que le hace sombra, el del incombustible Indy. Y, en realidad, todo quedaba en casa, ya que la primera película de este héroe de aventuras estaba basado en una historia escrita por George Lucas. La idea de él y de Spielberg era realizar una versión moderna de los seriales de los 30 y los 40, y Steven Spielberg pensó desde el primer momento que Harrison Ford sería el actor perfecto para inmortalizar al aventurero Indiana Jones. Pero Lucas no las tenía todas consigo. Había varias cosas que le echaban para atrás con la elección de Ford. En primer lugar, porque ya había trabajado con él en dos ocasiones, y quería evitar que la gente vinculase para siempre los nombres de Lucas y Ford, como le había pasado a Scorsese con De Niro. «¡No quiero crear mi Robert De Niro!», se dice que gritó en una discusión el director de American Graffiti. Además, había otro problema: en opinión de Lucas, el papel de Indiana Jones tenía bastantes similitudes con el de Han Solo, por lo que temía que se pudieran confundir.
Lucas seguía en sus trece, y había pensado en Tom Selleck para el papel, pero este finalmente se lanzará a hacer su personaje más mítico, Magnum PI, y en ese momento Spielberg aprovecha para volver a meterle la idea de Harrison Ford como protagonista en la cabeza. A regañadientes, aunque ya convencido, el creador de la franquicia de Star Wars acepta al final, y Harrison Ford firma un contrato por tres películas.
Había nacido un mito aventurero y antinazi que se convertiría en el papel más icónico de la historia de Ford, aunque no estuvo exento de peligros, ya desde el rodaje de la primera película, donde el actor fue atropellado por un avión y, como consecuencia, sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior. Más adelante, sufriría heridas en las costillas en la escena en la que es arrastrado por el suelo por un camión. Y en la secuela, otro tanto de lo mismo. La tozudez del actor por seguir rodando escenas duras pese a tener una hernia discal lo llevó a acabar quedando paralizado y tuvo que ser repatriado de urgencia a Estados Unidos para operarse.
Pero el personaje fue un éxito y pasó a la historia, y apareció en cinco películas: las tres originales —Indiana Jones, en busca del arca perdida; Indiana Jones y el templo maldito, e Indiana Jones y la última cruzada—, una denostada, aunque taquillera, secuela del año 2008, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, y el actual estreno, Indiana Jones y el dial del destino.
Rick Deckard en Blade Runner (1982 y 2017)
La racha de personajes legendarios de Harrison Ford no se había acabado ahí. Y, aunque sin duda no está a la altura de dos iconos de la cultura popular como Han Solo e Indiana Jones, sin duda, su Rick Deckard fue todo un personaje de culto, en una película tan relevante como Blade Runner. Con esta obra, el director Ridley Scott adaptaba como un largometraje el pequeño cuento de Philip K. DIck titulado ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Y, casualmente o no, la elección de Harrison Ford como protagonista también tuvo mucho que ver, por segunda vez consecutiva, con Steven Spielberg. En ese momento estaban ya en la fase de montaje de la primera película de Indiana Jones, así que el productor de Blade Runner llamó al director para interesarse por el intérprete. La respuesta de Spielberg fue contundente: «Es una gran estrella», así que el propio Ridley Scott se acercó al estudio de montaje en Londres para ver si tal cosa era cierta, y se encontró con el actor perfecto.
La sintonía entre actor y director, sin embargo, no fue perfecta. Ford no estaba de acuerdo con muchas de las decisiones de Ridley Scott y, aunque trató al máximo de implicarse en el rodaje, fue todo un suplicio para el actor. Además, tampoco coincidían en la necesidad de la voz en off que acompaña al espectador durante toda la película, y el actor la graba, porque así lo ponía en el contrato, un poco a regañadientes. Algo que se nota en la desgana con el que a partir de un momento dado se va notando en el tono de su voz.
La película no es ni mucho menos un éxito. Los críticos le ven muchas pegas, el público la acoge con hastío y es un fracaso comercial, en lo que tiene bastante que ver el estreno, solo unos días antes, de ET, el extraterrestre. Pero, como el buen vino, el filme gana con el tiempo, y acaba convertido en una de las grandes películas de culto de la ciencia ficción. A eso ayuda bastante, además, la tensión dramática y oscuridad que habían provocado precisamente las desavenencias en el rodaje, que contribuyen a fortalecer todavía más el ambiente opresivo y ambiguo de la obra. La pregunta que sobrevuela la obra, sobre si el protagonista es un replicante o no, queda en el aire como una de las grandes incógnitas del filme. Y, de hecho, director y actor tienen opiniones contrapuestas.
Ford volvería a recuperar su papel como Rick Deckard 35 años después, en la secuela Blade Runner 2049, esta vez dirigida por Denis Villeneuve, y con Ridley Scott como productor ejecutivo. No es el protagonista, pero gran parte de la premisa del nuevo filme es precisamente la búsqueda del personaje interpretado por Harrison Ford.
John Book en Único testigo (1985)
Si los tres papeles mencionados, prácticamente consecutivos, suponen el ejemplo paradigmático de la carrera de Harrison Ford como icono popular, el de Único testigo se puede considerar su gran cumbre interpretativa, que le valdría su única nominación a los Premios Óscar. Se comenta que, tras recibir el guion, Ford solamente tardó cuatro días en firmar el contrato para protagonizarlo. Aunque, como siempre, no era la primera opción de los productores, sino que estos habían pensado en Sylvester Stallone, aunque este lo rechazó.
Harrison Ford se preparó a conciencia para su papel de inspector asignado a un asesinato cuyo único testigo es un niño de una hermética comunidad amish. Tanto se implicó que incluso llegó a participar en redadas con patrullas de policía reales para hacer más realista su interpretación. Y no solo eso. Ford quiso demostrar que todavía retenía su maña como carpintero, y, según revelaron los propios actores, en la escena de la construcción del granero fue el propio protagonista quien hizo prácticamente todo el trabajo, mientras los demás lo miraban asombrados.
Ford no consiguió ganar la estatuilla, que fue para William Hurt por El beso de la mujer araña, pero su interpretación ha quedado para la posteridad como una de las mejores de su dilatada carrera.
Doctor Richard Kimble, en El fugitivo (1993)
Ya instalado como icono popular tras años de éxitos, Harrison Ford seguía en su empeño de dejar para la posteridad más papeles legendarios. De entre todos los personajes que interpretó una vez acabados los años 80, sin duda el más popular fue el del doctor Richard Kimble, en la frenética El fugitivo, la versión cinematográfica de una serie de televisión previa. El policía interpretado por Tommy Lee Jones y el perseguido acusado del asesinato de su mujer, el papel de Ford, juegan durante casi todo el metraje al gato y el ratón en este angustioso thriller cuyo clímax de tensión está en esa icónica escena que ha pasado a la historia del cine, rodada en la presa de Cheoah, en Carolina del Norte. El propio Ford rodó la escena del salto, con un cable que lo sujetaba, y para la propia caída se usaron hasta seis muñecos parecidos al actor, que acabaron destruidos.
Como pasó con otras de sus películas, Ford ni siquiera estaba entre las primeras quinielas para interpretar al protagonista, pero él luchó por conseguirlo. Según explicó en una entrevista, buscaba papeles que fueran muy diferentes a él en carácter y también aquellos que le permitieran cambiar físicamente, y creía que esta era la ocasión perfecta para dejarse crecer el bigote o la barba. Pero su propuesta cayó en saco roto. El jefazo de la Warner dijo que él pagaba por que se le viera bien su archiconocido rostro.
Harrison Ford, que tenía ya 51 años, demostraba en este filme que su carisma y su sex-appeal seguían intactos, le valió su tercera nominación a los Globos de Oro, y la película fue todo uno de los mayores éxitos de taquilla de ese año.
Presidente James Marshall, en Air Force One (1997)
Poco a poco, Harrison Ford fue escalando posiciones hasta llegar a ser el mismísimo presidente de los Estados Unidos, aunque fuera solo en la ficción. En la trepidante Air Force One, dirigida por Wolfgang Petersen, el actor da vida a James Marshall, líder del país que lo tiene todo: hombre de familia, que ama a su mujer y a su hija, piloto condecorado de helicópteros de rescate, veterano de guerra de Vietnam y Medalla de honor, además de hablar ruso de forma fluida. Un presidente de EE. UU. que, además, resulta que tiene la suerte de ser todo un típico héroe de acción hollywoodiense. Unas características que al protagonista le vienen especialmente bien cuando el avión presidencial, el famosísimo Air Force One, es secuestrado por un grupo terrorista ruso. Todo un intenso thriller, que sucede en sui mayor parte dentro del avión, considerada una de las películas de acción por antonomasia de los años 90.
La película se convertiría en el filme de Harrison Ford con mejor taquilla en su fin de semana de estreno, con una recaudación que no se superaría hasta el estreno, once años después, de Indiana Jones y la calavera de cristal.
Un extra: Coronel Lucas, en Apocalypse Now (1979)
Para terminar, un pequeño apunte, en el que fue uno de sus primeros —y más desconocidos— papeles. Apocalypse Now, esa impresionante obra magna de Francis Ford Coppola, será sin duda recordada, en el campo interpretativo, por el soberbio papel de un crepuscular Marlon Brando. Pero en el filme protagonizado por Martin Sheen y Dennis Hopper también hay un pequeño papel para Harrison Ford. Lo curioso de este asunto es que su interpretación del coronel Lucas, que muchos han olvidado, se rodó meses antes del primer papel que lo lanzó a la fama, el de Han Solo, aunque la película acabó estrenándose tres años después de la primera de la saga de Star Wars.
Su papel es tan pequeño que, como es lógico, no salió ni en los carteles iniciales del filme, aunque sí se incluyó en los pósteres de la versión del director lanzada muchos años después, Apocalypse Now Redux. En ese momento muchos se preguntaron: «¿Pero siempre ha salido en la película?». Y, en efecto, así era. Pero, a pesar de que Ford ya era conocido cuando se estrenó originalmente, pocos se percataron. Incluso el propio George Lucas, cuando acudió a ver la obra de Coppola, no se percató que estaba viendo a su actor fetiche hasta que la escena estaba ya acabando. «Soy un actor, no tenías que reconocerme», le contestó con su arrogancia habitual Harrison Ford.
Lo que tampoco vio George Lucas es un guiño que le hacía el propio Harrison Ford durante la escena. El propio actor le pidió al departamento de vestuario que añadieran una tarjeta de identificación en el pecho de su traje en la que se podía leer «Lucas», el apellido del personaje y de su amigo director.