La trinchera pop de Iván Ferreiro vuela sobre el escenario

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

XOÁN REY | EFE

El músico ofreció ayer en Santiago un concierto único en el que tocó por primera vez todos los temas de su nuevo disco

25 mar 2023 . Actualizado a las 19:42 h.

Confesaba Iván Ferreiro sentirse nervioso con este concierto tan especial. Único y aislado de todo lo que venga en verano, en él quería presentar Trinchera pop, su último trabajo, tocando todas sus canciones. Y fue precisamente al interpretar En el alambre, el primer single del mismo, cuando arrancó al público de los asientos en forma de suspiros. Esa pieza de electrónica alambicada con la que iniciaba el bis creció el viernes en el Palacio de Congresos de Santiago como un líquido emocional que se desborda del recipiente. Al modo de unos Radiohead rugientes, Iván y su banda se validaron ante la audiencia como un ente vivo, excitante y con tanto pasado como presente. Con el recinto en pie aplaudiéndolo, se quedó un rato emocionado viendo como esos nervios se habían transformando en el placer de la conexión.

Funciona bien el último material del músico vigués en el escenario. Canciones como Miss Saigón, por ejemplo, toman un nuevo cuerpo y dimensión, dándole un latido extra a esa capa sintética que la viste. O Los puntos de Lagrange, que incluso valoró el no incluir «al ser muy lenta» y no tener clara dónde ubicarla, pero que desplegó su belleza en el tramo final del recital de un modo fascinante. Porque la idea de Ferreiro era entregarse a Trinchera pop , sabiendo que luego llegarán los festivales con su greatest hits y los temas trotones. Esta vez, no. O al menos, no de inicio. «Pensábamos no tocar temas antiguos, pero nos hubiera quedado un concierto corto. Al final, hemos escogido algunos que nos tocasen la patata, No va a haber muchos singles hoy», adelantaba lanzando una verdad a medias.

Hubo repasos por el catálogo, por supuesto. Temas como Inerte, Los restos del amor, Santa Adrenalina y esa Una inquietud persigue mi alma, especialmente bonita. Se mezclaban con la fuerza selvática de La humanidad y la tierra, esa maravilla de su último trabajo, o el vaivén de amargor de Pinball. Pero, pasado la mitad del concierto, ocurrió lo inevitable. Un rescate de El equilibrio es imposible de Los Piratas abrió la caja de los hits, meneó los corazones y dejó a la gente con ganas de más. Llegaría más tarde, con un Años 80 tocado a piano y dispuesto en modo karaoke. O un Turnedo, que surgió como el himno que es tras repescar con plus de energía Cómo conocí a vuestra madre.

La función concluyó con Vivaldi abrigando En las trincheras de la cultura pop y cerrando un gran recital. Dentro de unos meses reencontrarse en las actuaciones de verano.