El fin de la infancia

Con una cuidada restauración en 4K supervisada por su propio director, y de la mano de la distribuidora Atalante, llega a nuestras pantallas la ópera prima del portugués Pedro Costa, figura insigne del cine luso y autor esencial del panorama actual.

Realizada al finalizar sus estudios en la Escuela de Cine (finales de los ochenta), esta película es todo un ejercicio cinematográfico y una declaración de intenciones de su autor. Filmada en un bellísimo blanco y negro, y con ecos a La noche del cazador (Charles Laughton, 1955), la Nouvelle Vague o el film noir clásico, O sangue nos muestra la relación entre dos hermanos de 10 y 19 años y la novia del segundo, siempre bajo la sombra de un padre ausente (ausencia metafórica en un inicio, real después de un trágico suceso). Tres protagonistas que, como la mayoría de los personajes que surcan sus imágenes, se hayan a la deriva en la vida, perdidos ante un futuro inconsistente y poco prometedor.

Película inicial e iniciática, posee el germen de algunas de las claves del cine posterior de su director, aún sin ser excesivamente ejemplificante de este. Ya está aquí su tendencia a rodar con pequeños equipos y escasos medios (en este caso, marcado por el presupuesto de un primer filme), su querencia por emplear una parte de actores no profesionales (aquí el niño protagonista, escogido en un orfanato), el retrato de personajes desarraigados, la búsqueda de la verdad y «lo real»…

O sangue es un relato sobre el fin de la infancia, un retrato de los desposeídos que se sustenta en la expresividad de unas imágenes poéticas y simbólicas, mientras momentos esenciales de la trama suceden en off. Pero, sobre todo, es una película lírica y bella, un melodrama sobre la dureza de la vida y el despertar a esta, y un impactante primer trabajo de su autor.

O SANGUE.

Portugal, 1989. Director: Pedro Costa. Intérpretes: Pedro Hestnes,

Inês de Medeiros, Nuno Ferreira, Luis Miguel Cintra, Canto e Castro, Henrique Viana. Drama. 95 min.

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