Carlos Saura, el ojo más lúcido y crítico del cine español se cierra para siempre

Miguel Lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

Saura, retratado en Madrid en el 2005.
Saura, retratado en Madrid en el 2005. Marcelo Del Pozo | Reuters

En sus seis décadas de carrera radiografió la compleja idiosincrasia del país en medio centenar de películas

11 feb 2023 . Actualizado a las 14:53 h.

Con la muerte de Carlos Saura el cine español pierde a su patriarca. Fallecido este viernes a los 91 años en su casa de la sierra madrileña por una insuficiencia respiratoria, deja huérfana a la profesión que tanto amó y elevó. Su salud estaba quebrada desde que sufrió un ictus y una caída el pasado verano. Murió horas antes de recibir en Sevilla el gran homenaje por el Goya de honor que se le entregó días atrás su casa, precisamente por su delicado estado de salud.

Carlos Saura recibió el Goya de Honor 2023 hace unos días en su casa.
Carlos Saura recibió el Goya de Honor 2023 hace unos días en su casa. Academia del Cine | Europa Press

Aragonés como Buñuel, Saura fue el cineasta que mejor radiografió la compleja idiosincrasia española con el avisado y lúcido ojo crítico que este viernes se cerró para siempre. Con Berlanga y Almodóvar conformaba el trío de ases de nuestro cine. Su trayectoria de más de seis décadas está jalonada con títulos cruciales como La caza, Peppermint Frappé, Deprisa, deprisa, Carmen, La noche oscura o ¡Ay, Carmela! Deja un legado de medio centenar de películas alumbradas en una vida intensa, con siete hijos de cuatro mujeres.

Enamorado de la foto desde la infancia, Saura ha muerto con las botas puestas. Seguía haciendo fotos y encadenando proyectos, artísticos, cinematográficos y teatrales, a ritmo frenético. «Mi único legado son mis hijos, algo de mi ADN tienen que tener. Todo lo demás se lo lleva el viento. No me gusta ver mis películas, las hago y nunca vuelvo a verlas», decía un incansable y curioso cineasta cuya implacable mirada exploró como nadie nuestro pasado y nuestro presente, ya hablara de la conquista, de la Guerra Civil, de la podredumbre de las raíces de la burguesía y del franquismo, de la delincuencia juvenil, de la esencia del flamenco, de Goya, del alma de los místicos o de la España profunda. Su maestría brilló en el drama, la comedia, el documental, la escenografía y la dirección teatral.

Fotógrafo precoz

Carlos Saura Atarés nació en Huesca el 4 de enero de 1932. Con siete años le robó la cámara a su padre para retratar a la cría de la que estaba enamorado. Tras el bachillerato, se matriculó en la Escuela Técnica de Ingenieros de Caminos, que abandonó para dedicarse a la fotografía. Su pericia le llevó a exponer en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid y a trabajar como fotógrafo en los festivales de Granada y Santander.

En 1952 ingresó en la Escuela Oficial de Cinematografía (EOC) y en la de Periodismo, que dejó para dedicarse de lleno de cine. Diplomado en dirección en 1957 con el corto Tarde de domingo, realizó también las piezas El tío vivo y Pax en la escuela de la que fue profesor y que abandonó en 1965 tras no obtener la plaza.

Fue codirector y guionista en los cortos La Chunga, Cuenca, Carta de Sanabria, Puertollano y colaboró en el guion de la película de Mario Camus Muere una mujer.

Con Los golfos (1959), un crudo drama sobre la realidad de los suburbios, debutó como director de largos. Trabajó sobre un amplio reportage publicado por el escritor gallego Daniel Sueiro (Rois, A Coruña, 1931-Madrid, 1986), que guionizó el filme junto al propio Saura y Mario Camus. Y continuó con Llanto por un bandido (1963), de nuevo en colaboración con Camus.

En 1965 facturó su primera obra maestra, La caza, cinta que cambió el cine español y ganó en 1966 el Oso de Plata del Festival de Berlín. Con Elías Querejeta como productor firmó una implacable radiografía de la base sociológica del franquismo siguiendo a tres excombatientes nacionales acompañados del joven sobrino de uno de ellos en una jornada de caza en el desolado paisaje castellano. Saura siguió vinculado a Querejeta en títulos como El jardín de las delicias, Ana y los lobos, La prima Angélica, Cría cuervos, Elisa, vida mía y Mamá cumple cien años, ácidos y demoledores retratos de la burguesía anclada en un universo opresivo con los que ahondó también en las miserias de la Transición.

Fotografía tomada en el set de rodaje de la película «Carmen» en 1983.
Fotografía tomada en el set de rodaje de la película «Carmen» en 1983.

En los 80, asociado con el bailarín Antonio Gades y el productor Emiliano Piedra, exploró su pasión por la música y el flamenco con Bodas de sangre, El amor brujo y Carmen, premio especial del jurado en Cannes y nominada al Óscar. Son sólidos y originales trabajos que, con la mágica fotografía de Teodoro Escamilla, catapultaron su prestigio internacional. Con desiguales resultados haría lo propio después con (otra vez) flamenco, tango, fados, jotas y el Don Giovanni de Mozart. En buena parte de ellos de la mano del prestigioso fotógrafo italiano Vittorio Storaro -cuando no con José Luis López-Linares-, con el que trabajó también en Goya en Burdeos (1999).

Saura, Paco Rabal y Vittorio Storaro, en 1999, durante el rodaje de «Goya en Burdeos».
Saura, Paco Rabal y Vittorio Storaro, en 1999, durante el rodaje de «Goya en Burdeos».

Deprisa, deprisa le daría el Oso de Oro en Berlín en 1981 y Dulces Horas (1981) y Antonieta (1982) le devolverían a lo más alto. El Dorado (1988), con 1.000 millones de pesetas de presupuesto -la cinta más cara del cine español entonces-, fue una obra incomprendida, uno de sus mayores fiascos.

Con ¡Ay, Carmela! (1990), basada en la obra homónima de José Sanchis Sinesterra e interpretada por Carmen Maura y Andrés Pajares, se consagró en la tragicomedia. Compitió también por el Óscar a la mejor película extranjera y obtuvo 13 de los 21 goyas, entre ellos los de dirección y guion. Dispara, Taxi, Pajarico, Goya en Burdeos, Buñuel y la mesa del rey Salomón y El séptimo día completan su rica, desigual y miscelánea filmografía.

Saura tuvo dos hijos con su primera mujer, Adela Medrano. De su segundo matrimonio con Mercedes Pérez nacieron tres hijos. Estuvo unido a la actriz Geraldine Chaplin, con quien tuvo un hijo. Su última pareja fue la también actriz Eulalia Ramón, con quien tuvo a su hija Anna, a la que dedicó Pajarico. Tres veces candidato al Óscar, con un Oso de Oro y dos de Plata en la Berlinale, ganó dos veces el premio del jurado en Cannes, donde concursó en ocho ocasiones. Recibió también la Concha de Oro de honor de San Sebastián. Premio de honor de la Academia de Cine Europeo, tenía el Nacional de Cinematografía, la Medalla de Oro de la Academia y la del mérito en las Bellas Artes. En marzo recibió la Biznaga de Oro en Málaga de manos de Carla Simón, con lo que se reunían los dos últimos españoles ganadores de la Berlinale.