Judith Jáuregui: «Yo percibo un silencio que suena muy fuerte si el público está conectado»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

CULTURA

La música actuará dentro de la programación de la Sociedad Filarmónica de Vigo

05 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Sociedad Filarmónica de Vigo organiza el lunes 6 de febrero, a las 20.00 horas en el auditorio del Teatro Afundación, un recital de piano protagonizado por Judith Jáuregui.

—¿Qué repertorio ha elegido para este concierto?

—Es un repertorio romántico. Empiezo con los Schumann, tanto Robert como Clara, y después me voy a Johannes Brahms. Los tres forman una de las relaciones más intensas y fructíferas de la historia de la música. Y en la segunda parte voy a las canciones. Decía Chopin que tocar el piano es como cantar con los dedos, así que me voy a esas canciones de autores que dedicaron mucha producción a los lieder, como Schubert, Chopin y Liszt.

—¿Cómo elige los repertorios?

—Intento que sea natural, incluso si es un repertorio de contrastes, trato de que exista una conexión entre las obras. Creo que en este caso lo he conseguido, es como una respiración natural. Cada concierto es un viaje que nos va llevando por diferentes emociones, pero no es lineal, puede ser una emoción intensa extrovertida y otra introspectiva, dramática o tormentosa, pero sí es necesario que vayamos de un lado a otro, viajando naturalmente.

—¿Es grande el margen de maniobra del interprete ante una partitura?

—Está lo escrito y lo no escrito, que también es la magia de la música y, por eso, a cada uno, aún haciendo lo mismo que está escrito, le suena de manera diferente; es la esencia del arte vivo. La partitura está ahí, pero el arte vivo es cuando sucede, siempre bajo el prisma de la honestidad y el respeto al autor. Porque después está también el filtro de las emociones y las vivencias del interprete, que además van cambiando con el tiempo y con el momento.

—¿Sería entonces la técnica, que se le supone a un interprete y sus sentimientos?

—La técnica en sí misma no tiene ningún fin, solo sirve si se traslada después una emoción, una idea, una invitación. Porque después, la interpretación del público también es libre. Yo pienso que el público es parte activa del concierto, forma parte de la energía de esa comunión. Así que todos tenemos nuestra parte; el autor, que es el principal protagonista, pero después está toda nuestra energía, la técnica para poder contarlo, pero siempre enfocado a un mensaje emocional.

—¿Desde el escenario percibe si el público es entendido o no?

—Yo los aplausos no los oigo, pero sí percibo que hay un silencio que suena muy fuerte cuando hay un público conectado, cuando existe un lazo bidireccional entre el interprete y el público. Cuando eso ocurre hay una sensación de vivencia conjunta muy profunda, que es lo que de verdad engancha. Igual me estoy yendo a lo metafísico, pero también es una vibración, porque al final estamos hablando de música, que son vibraciones; cuando conseguimos todos vibrar juntos llegamos a un momento único.

—¿Qué debe hacer una persona profana que se atreva a ir a un concierto?

—Tiene que dejarse llevar sin prejuicios de ningún tipo; dejarse libre. Que el autor tuviese una idea a la hora de componer esa obra no quiere decir que lleguen al mismo sitio, el receptor puede llegar a otros lugares. Así que le recomendaría que fuese libre.

—¿Cómo se siente más cómoda, en solitario o arropada por una agrupación musical?

—Lo maravilloso del repertorio para piano es que es muy grande y tiene muchas opciones. Todo tiene lo suyo. Ahora estoy ensayando con la Orquesta Sinfónica de Alicante y cuando estamos tocando sesenta personas juntas, imagínate esa vibración a la que aludía antes; hay momento de una intensidad muy grande, pero también porque el repertorio para piano y orquesta es una maravilla. Después, en la música de cámara, aprender de otros instrumentos y la unión que se alcanza es algo impresionante. El recital lo que te da es la libertad total, la intimidad y la esencia de uno mismo. El recital es un formato que me hace muy feliz.

—Ya ha estado en Vigo en otras ocasiones. ¿Cómo lo ve?

—Sí, voy con mucha ilusión y le tengo mucho cariño a la Sociedad Filarmónica de Vigo. En general, tengo mucha admiración por las sociedades filarmónicas, y en Galicia tenéis varias. El circuito que conforman debería cuidarse mucho porque ha sido una parte fundamental de la nutrición de la música de pequeño formato en este país. Así que me encanta formar parte de esto, que es muy especial y único. Yo en Galicia he estado en muchas citas musicales y además mi familia tiene una casa en A Mariña, así que soy una enamorada de Galicia.