Charo López: «Con "Verso a verso", por una vez en la vida, alguien me deja libertad»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

CULTURA

Charo López
Charo López Sandra Alonso

La intérprete llega el sábado al Pazo da Cultura de Pontevedra con una obra en que recita a Lorca, Machado y Santa Teresa de Jesús

02 feb 2023 . Actualizado a las 10:11 h.

Este sábado, Charo López (Salamanca, 1943) regresa a Pontevedra con la representación de Verso a verso. «Es un recital que estamos haciendo por toda España en el que hay un pianista, Víctor Carbajo, un barítono, Luis Santana, que canta canciones populares argentinas, españolas, francesas... y yo, que recito poemas, a veces, de la Generación del 27, como Lorca, pero, otras, leo poemas árabes, leo a Santa Teresa, a Sor Juana Inés de la Cruz, a Machado... Me dejan libertad. Por una vez en la vida, alguien me deja libertad», resalta con respecto a la pieza programada en el Pazo da Cultura (21 horas; entradas en Ataquilla.com).

—¿Considera que en los tiempos actuales se necesita más poesía?

—No es que se necesite más, es que no hay. Solo hay que ver las barbaridades que están ocurriendo en el mundo, la dureza con la que nos estamos tratando, las guerras, los insultos, la frivolidad ambiental, lo poco que está importando la vida de verdad. Importa la tontería. No sé si se lee poesía, pero, desde luego, siembre habrá un número reducido de personas que se interesan por la poesía todavía. En algunos sitios donde vamos, de pronto empiezo a recitar, «verde, que te quiero verde» y veo los labios de una persona mayor que me sigue y me enamoro. Hay personas, muy pocas, pero las hay, que sí han leído poesía y la han estudiado.

—Habría que regalarles más libros de poemas a los políticos...

—No sé si los políticos, pero los ciudadanos tampoco andamos mal de agresividad. Todos los días se cargan a una mujer, a un niño, o los chicos entre ellos. Aquí, agresivos están todos.

—Regresa a Pontevedra donde ya estuvo el pasado diciembre recitando pasajes de «Los gozos y las sombras» como preludio de la apertura de la exposición «A cidade é a pegada». ¿Qué recuerdos le evoca esta ciudad?

—Muchísimos porque ahí rodé la mayor parte de la serie de Los gozos y las sombras, ahí está la tienda de Clara Aldán, la Casa de los Churruchaos, ahí está todo... todas las localizaciones que se hicieron para la serie. Cuando he estado es una emoción porque hace muchos años que ocurrió eso. Hay muchas cosas que están igual, pero otras han cambiado. Pontevedra es una de las ciudades que quiero más de este país.

—¿Qué supuso el rodaje de «Los gozos y las sombras» para usted?

—Supuso, después de llevar muchos años de trabajo, y me iba bien, no me quejo, que trabajé con directores importantes, pero no había dado ese paso que hay que dar, pese a lo que digan unos y otros, para tener un éxito popular. Cuando tienes un éxito popular, la carrera, la vida, el cine, el teatro, todo... te coloca en un sitio definitivo desde el que es mucho más fácil seguir adelante. Eso me dio Los gozos y las sombras. Llegó después de haber hecho con Mario Camus el personaje de Mauricia la dura en Fortunata y Jacinta, papel que me abrió el paso a Clara Aldán. Y, a partir de ahí, la carrera se estabilizó en un lugar que me ha facilitado mucho la vida.