Fallece a los 83 años el filósofo Xavier Rubert de Ventós

CULTURA

El filósofo Xavier Rubert de Ventós en una imagen del 2003
El filósofo Xavier Rubert de Ventós en una imagen del 2003 PACO RODRIGUEZ

Profesor, activista, crítico de arte y político, fue una figura clave para el independentismo catalán

28 ene 2023 . Actualizado a las 16:25 h.

«Lo primero es verlo todo lo más gris posible para, a partir de ahí, comenzar a salir», nos enseñó Xavier Rubert de Ventós en su libro Por qué la filosofía. Lo oscuro, viene a decir este profesor de Estética, permite verlo todo más claro. Es una de las múltiples frases lúcidas del intelectual catalán, uno de los más relevantes pensadores de finales del siglo XX y comienzos del XXI, fallecido ayer a los 83 años. La filosofía de Rubert de Ventós es peculiar por su manera casual, más bien relajada y siempre ocasional de tratar los temas. Con humor e ironía encuentra en lo cotidiano su mayor estímulo.

Nacido en Barcelona el 1 de septiembre de 1939, Rubert de Ventós fue escritor, profesor, crítico de arte, político, activista y filósofo. Pero antes fue un niño que soñaba con ser futbolista y mostraba deseos de ser padre «de muchos hijos». No consiguió lo primero, pero sí lo segundo, porque Rubert de Ventós tuvo cuatro hijos, entre los que se encuentran el pintor Gino Rubert (1969) —fruto de su relación con la psicoanalista y escritora mexicana Magda Català— y la novelista Xita Rubert (1996), cuya madre es la escritora gallega Luisa Castro, con quien estuvo casado.

Perteneciente a una familia de indianos enriquecidos en Puerto Rico, su abuelo paterno regresó a España y se instaló en Barcelona y compró terrenos en el Empordà. Su padre, Juan Rubert López de Tejeiro, se casó con Conxita Xita Ventós, y fue uno de los universitarios privilegiados que asistían a las reuniones alrededor del catedrático de filosofía Joaquim Xirau. En ese ambiente, Xavier fue uno más también en la familia de Pascual Maragall, con el que en su juventud militó en el clandestino Front Obrer Català, semilla que acabó germinando en el PSC (Partit dels Socialistes de Catalunya). Un hecho que lo llevó a ser detenido en alguna ocasión y lo condujo, incluso, a un breve exilio a final de la dictadura.

Rubert de Ventós estudió Derecho en Barcelona y Filosofía en Madrid, donde tuvo como maestro a José Luis López Aranguren. En 1976 fundó junto a Eugenio Trías, Jordi Llovet o Josep Ramoneda el Col·legi de Filosofía de Barcelona, con conferencias de acceso libre que renovaron la disciplina. Para entonces ya había publicado su Teoria de la sensibilitat, en el que reflexionaba sobre cómo el arte de vanguardia había intuido una nueva sensibilidad en la que la estética ya no lo explicaba todo y el contexto social era cada vez más importante.

Profesor en Harvard

Fue también profesor universitario en diversas instituciones internacionales como Harvard o Berkeley, además de catedrático de Estética en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona. Pasó por la política institucional al ejercer de diputado del PSC en el Congreso entre 1982 y 1986, así como de eurodiputado en el Parlamento Europeo entre 1986 y 1994, si bien con el paso de los años mostró su simpatía hacia el independentismo. El filósofo fue uno de los que convenció a Maragall para que se embarcara en la actualización del Estatuto de Autonomía.

En varias entrevistas en La Voz de Galicia dejó parte de su pensamiento con titulares tan jugosos como: «Lo que tenía como sentido ser progresista está en crisis», «El ideal de una mujer será decir que no es feminista» o «Madrid merece la independencia». «Se necesita que España comprenda que solo relajando lazos podemos abrazarnos, porque, de lo contrario, tenemos que ser independentistas», expresó el pensador.

Rubert de Ventós escribió decenas de libros, como Filosofia d’estar per casa, Pensadors catalans y Teoria de la sensibilitat nacionalista, entre otros. Y fue galardonado con diversos premios, entre los cuales destaca la Lletra d’Or de la literatura catalana, en 1963; el Anagrama de ensayo, en 1973; el Premio Espejo de España, en 1987; el Josep Pla de narrativa, en 1991, y el Premio Memorial Francesc Macià, en el 2011.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha reivindicado a Xavier Rubert de Ventós como una «figura clave para Cataluña», que siempre estuvo «implicado en hacerla avanzar». Por muy gris que pintara el camino.