Manuel Vilas: «Me he convertido en un profesional literario del amor»

M. Lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

Manuel Vilas, en pleno discurso de agradecimiento del premio Nadal.
Manuel Vilas, en pleno discurso de agradecimiento del premio Nadal. Kike Rincón | Europa Press

El escritor aragonés explora en «Nosotros», su novela ganadora del premio Nadal, los recovecos emocionales de una viuda convertida en «rebelde con causa»

09 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Irene, una mujer de 50 años, trata de rearmar su quebrado corazón tras perder al amor de su vida. A caballo entre una road movie y una exploración de los recovecos del alma y las cicatrices del amor discurre Nosotros, la novela con la que el escritor Manuel Vilas (Barbastro, Huesca, 60 años) ganó el Premio Nadal. Toma su título del melifluo y archifamoso bolero del cubano Pedro Junco que cantaron Los Panchos, que dice: «Nosotros, que nos quisimos tanto...». Exultante, de negro riguroso, con el trofeo en sus manos y junto a su mujer, Ana Merino, explicaba Vilas que su novela, que estará en manos del lector el 1 de febrero, «es una exploración del alma de una mujer madura que bien podría ser una rebelde con causa». Se enfrenta a la pérdida del ser al que amaba profundamente «pero no acepta su muerte». «Creía haber vivido la historia de amor más maravillosa del mundo; veinte años de una inigualable pasión a la que no renuncia. Y para perpetuarla lleva a cabo un ceremonial amoroso que es el núcleo de la historia y que no desvelaré», dice el narrador. «Quiero que el lector se enamore de esa mujer», agrega Vilas, que llegó a la ficción desde la poesía y que suma ya nueve novelas.

Fabula sobre «una mujer muy libre y con unas enormes ganas de vivir», insiste. «Hay una celebración de la vida a través de la imaginación y la fantasía de una mujer que desafía a la naturaleza y a cualquier tipo de convención social», agrega el autor de Ordesa, que, tras una época más atormentada e introspectiva en la que se entregó a la autoficción, viró a un registro más optimista en títulos como Alegría o Los besos y que incide ahora en la felicidad y ese amor sincero, intenso y apasionado.

«Creo que me he convertido en un profesional literario del amor. Me interesa ese sentimiento. Casi me obsesiona. No he hallado otro más importante y que explique mejor la condición humana y nuestros anhelos. Diría más: no he encontrado ningún otro sentimiento que explique mejor la dignidad de la vida», afirma. «Soy un gran lector de novelas de amor que luego pongo en práctica», añade risueño.

No en vano Vilas explica que concibe la novela según la definición del crítico literario y erudito inglés Samuel Johnson, que la definió en 1755 «como un cuento que casi siempre habla de amor». «Esta idea me sedujo y ayudó a escribir la novela», dice Vilas de un relato en que resuena el Nosotros de los Panchos. «Escuchando el bolero pensé en quiénes podrían ser los protagonistas de esas extraordinariamente melancólicas historias de amor», confesó. Esa pregunta fue la semilla del texto que le dio el Nadal y sus 30.000 euros de bolsa.

El periplo sentimental de su protagonista se cifra en un viaje por la costa con paradas en ciudades españolas y francesas para llegar a Italia. «Roma juega un papel muy especial en la novela, pero el protagonismo crucial es el del Mediterráneo, símbolo de las aspiraciones amorosas de la protagonista», resume. Para Vilas era y es un desafío narrativo explicar «el paso del yo al nosotros». Un tránsito que es una de las partes más moralmente relevantes del relato. «Es una de las obsesiones de la protagonista y sobre la que fundamentó su matrimonio con Marcelo, el marido difunto: esa obsesión de la creación de un nosotros formado por un yo más otro yo». «Cómo construir ese nosotros sin perder el yo es un tema universal y crucial en la novela. Está claro que no se puede construir sin una parte sustancial basada en el erotismo, que sí abunda en la novela», anticipa Vilas.

Ficción pura

«Las cosas que me importan como escritor son las que antes me importaron como ser humano y que intento entender desde la literatura. Cuando no entiendo algo en la vida, escribo sobre ello», insiste su autor sobre un relato «que no tiene nada de autobiográfico». «Es ficción pura, aunque mis novelas autobiográficas también eran para mí ficción pura», aduce.

«Ganar el Nadal es cumplir un sueño», dice evocando nombres de antecesores, como Laforet o Delibes. Entre ellos está también su mujer, Ana Merino, ganadora del Nadal en el 2020 con El mapa de los afectos. Se convierten así en la segunda pareja que puede lucir el Nadal en casa por duplicado, como lo hicieron en su día Rafael Sánchez Ferlosio y Carmen Martín Gaite, ganadores en 1955 y 1957, con El Jarama, él, y con Entre visillos, ella.