Manuel Vilas gana el Premio Nadal con una novela sobre el amor y la soledad

Miguel Lorenci BARCELONA / COLPISA

CULTURA

KIKE RINCÓN - EUROPA PRESS | EUROPAPRESS

Con «Nosotros», sigue en la línea vital que abrió tras «Ordesa» y se hace con el galardón tres años después de que lo conquistara su pareja, Ana Merino

07 ene 2023 . Actualizado a las 00:20 h.

Manuel Vilas (Barbastro, Huesca, 60 años), es el ganador del Premio Nadal de novela, el decano de los galardones literarios, que falló anoche en Barcelona su 79.ª edición. El escritor aragonés, reciente finalista del Planeta, blinda su palmarés con este galardón que ha obtenido gracias a una obra de corte sentimental y vitalista que ha titulado Nosotros. Se embolsa gracias a ella los 30.000 euros de dotación del premio, la más alta en su larga historia. Hasta el año pasado, el cheque del prestigioso y casi octogenario reconocimiento literario era de solo 18.000, los que ingresó su antecesora, Inés Martín Rodrigo, por Las formas del querer. Vilas presentó su novela bajo el seudónimo de Emil Watson y con el título provisional de La enamorada del viento.

El escritor aragonés, colaborador de los diarios de Vocento, suma a su palmarés el apreciado premio que hace tres años conseguía su pareja, la también escritora Ana Merino (Madrid, 51 años), hija del escritor y académico José María Merino. Ella lo ganó con El mapa de los afectos, su primera novela. Son así una de las exclusivas parejas que podrán exhibir en el salón de casa dos trofeos del Nadal, como en su día Rafael Sánchez Ferlosio y Carmen Martín Gaite.

Escritor vinculado en los últimos años al grupo editorial creado por José Manuel Lara Hernández, finalista del Planeta en 2019 con Alegría y tras publicar en el 2021 Los besos, Vilas incide en la misma temática vital con un relato de amor y soledad. Una sentimental y emotiva historia que se construye así sobre el recuerdo y la invocación de la protagonista de quien fuera el amor de su vida. Narra la peripecia de Irene, una mujer de hoy, que tras haber vivido lo que consideró el matrimonio más perfecto del mundo, con la pérdida de Marcelo, su marido, verá cómo su existencia se viene abajo. Decide entonces iniciar un viaje por la costa mediterránea española en la que descubrirá una insólita forma de seguir viviendo junto a él para seguir adelante.

Vilas ha consolidado su singular perfil literario viajando de la poesía a la autoficción de Ordesa, su primer gran éxito que en el 2018 catapultó su carrera con una veintena de ediciones, otras tantas traducciones y más de 100.000 ejemplares vendidos y que continuaría con Alegría. Ordesa era su personal indagación en su pasado familiar y un retrato de una España desaparecida con la que el escritor tiene una relación de amor-odio. Comenzó a escribirla días después de la muerte de su madre, en mayo del 2014, de su divorcio y espoleado «por un montón de sentimientos que no sabía que existían y que tenían un aire espectral».

Vilas cursó Filología Hispánica y durante más de veinte años ejerció como profesor de secundaria en varios institutos. Se dio a conocer como poeta con El cielo (2000), y encadenó Resurrección (2005), Calor (2008), Gran Vilas (2012), El hundimiento (2015), y Una sola vida (2021), poemarios autobiográficos, existenciales y críticos con la España de su tiempo que le dieron los premios Jaime Gil de Biedma, Fray Luis de León o Ciudad de Melilla.

Misceláneo España (2008) abrió su trayectoria narrativa. Siguieron títulos como Aire nuestro (2009), Los inmortales (2012) y El luminoso regalo (2013), los libros de cuentos Zeta (2014), Setecientos millones de rinocerontes (2015), y dos volúmenes misceláneos y sin etiqueta: Lou Reed era español (2016), donde mezcla la memoria juvenil y una recreación imaginativa de los viajes por España del exlíder de la Velvet Underground, y Listen to me (2013), recopilación de sus estados de Facebook.

Ganador del Premio de las Letras Aragonesas en el 2015, Vilas es firma habitual de Colpisa y de varios suplementos literarios. Vive a caballo entre Madrid y Iowa City, donde Ana Merino da clases de literatura creativa.

A esta edición del Nadal se habían presentado un total de 997 obras, de las que solo cinco pasaron a la final. El jurado que ha premiado a Vilas estaba compuesto por los escritores Alicia Giménez Bartlett, Care Santos, Lorenzo Silva y Andrés Trapiello y por el editor Emili Rosales. En la misma velada se falló la 55.ª edición del Josep Pla de prosa en lengua catalana, dotado este año con 10.000 euros frente a los 6.000 de la pasada convocatoria. Fueron para la joven periodista Gemma Ventura Farré (El Vendrell, Tarragona, 32 años) por su primera novela La llei de l'hivern (La ley del invierno). La presentó con el título provisional de Quan obri els ulls, apareixeràs (Cuando abra los ojos, aparecerás) y bajo el seudónimo de Laura Vallclara.

Vilas y Ventura recibieron sus trofeos en la tradicional velada de Reyes que acoge el hotel Palace de Barcelona y que marca cada 6 de enero el inicio de la temporada literaria y el calendario de galardones. A punto de convertirse en octogenario, el Nadal recuperó ayer todo su aire festivo y de celebración. Por primera vez en tres años la entrega se celebraba sin restricciones ni mascarillas. Una prueba de vigor de un galardón que en su próxima edición hará historia como añoso decano.

Un vigor que celebraron ayer sus tres últimas ganadoras, Inés Martín Rodrigo, Najat El Hachmi y Ana Merino, junto a autores como Pere Gimferrer, Víctor del Árbol, Use Lahoz, Carme Riera, Borja de Riquer, Santiago Roncagliolo o Sergio Vila-Sanjuán. El decano de los premios literarios españoles se creó en 1944 en memoria del malogrado periodista y editor Eugenio Nadal, fallecido poco antes. Sus mentores fueron Ignacio Agustí, Josep Vergés y Joan Teixidó, creadores años antes del sello editorial Destino que ampara el premio desde entonces y que se integró luego en el poderoso Grupo Planeta.

Dotado con 5.000 pesetas, en la noche del 6 de enero de 1945 durante la cena en el Café Suizo, los invitados degustaron un menú a base de crema de alcachofas, lenguado y becada, con peras a la cardinal de postre. Los finalista eran Carmen Laforet, una perfecta desconocida entonces, César González Ruano y José María Álvarez Blázquez. En la cuarta votación, Nada, de Laforet, se proclama vencedora del Nadal. Los Reyes acababan de entregar su primer regalo a la literatura española. Termómetro fiel de nuestras letras contemporánea para lo bueno y lo malo, a lo largo de esta casi ocho décadas ha sumado a su nómina talentos como Miguel Delibes, Ana María Matute, Elena Quiroga, Carmen Martín Gaite, Rafael Sánchez Ferlosio, Álvaro Cunqueiro, Francisco Umbral, Fernando Arrabal, Manuel Vicent, Juan José Millás, Maruja Torres, Clara Sánchez, Felipe Benítez Reyes, Antonio Soler, Rosa Regàs, Álvaro Pombo, Gustavo Martín Garzo, Lorenzo Silva o Fernando Marías.