Veinte años de carrera encerrados en una cajita de madera

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

cedida

La cantautora coruñesa Silvia Penide celebra dos décadas de trayectoria con un lanzamiento especial

29 dic 2022 . Actualizado a las 13:27 h.

Forma parte del paisaje musical de Galicia. Siempre ahí, con guitarra y voz, honrando la figura clásica de la cantautora con conciencia social. «Siempre me he definido así, porque canto lo que autoro y mis canciones siempre tienen una base reivindicativa, aunque a veces puede que no lo parezca», dice Silvia Penide (A Coruña, 1979). La artista celebra 20 años musicando la vida, algo que casi se vino abajo en 2020 con la pandemia. «Ese año y el siguiente fueron durísimos, porque tenía un disco recién salido —se refiere a El efecto boomerang (2019)— y una gira preparada para presentarlo. Peligró el proyecto y mi salud mental, pero lo superé gracias a la gente. Llegado a ese punto, ahora me siendo como el ave fénix, con más fuerza que nunca», se ríe.

El aniversario lo celebra de un modo singular. Con una caja de madera en cuyo interior se guarda un pendrive con toda su discografía, vídeos, fotos y la letra manuscrita de una canción inédita. «Ya habíamos hecho algo especial en el 2018 para celebrar 15 años en la música y ahora quisimos hacer algún objeto para conmemorarlo. Creo que visualmente es muy bonito y a la gente la ha gustado mucho», señala Penide. ¿El problema? Para darle simbolismo a la caja, solamente se han editado 20 unidades, una por año. Duraron un suspiro. «Ya está agotada», lamenta.

«Esto siempre ha sido una carrera de fondo», reflexiona la cantautora. «Siempre he ido compaginado la música con otras cosas. Era mi media jornada. Pero desde el 2016 estoy con mis proyectos musicales en exclusiva. Me la jugué a ver qué pasaba y, al final, la cosa ha ido bien. Ya estaba sorprendida en el 2016, pero desde lo del 2020 mucho más».

En estos 20 años Silvia Penide editó los álbumes Kilómetros (2003, Invisible (2005), Desafinante crónica (2007), Las erres dobles (2010), Animal de compañía (2012), Todo pintado de plata (2016), el citado El efecto boomerang (2019) y Los días de plomo (2021). A esta discografía se acaba de sumar Diferentes diferenzas, un disco que recoge las canciones del espectáculo familiar basado en el libro del mismo nombre. «Salió a finales de 2021 en la editorial Bululú y está escrito por mí e ilustrado por Emilio Urberuaga. Se trata de un libro contra el bullying, orientando para los pequeños y con mensaje para adultos. Como funcionaba tan bien, hemos hecho un espectáculo. Al final, hemos decidido hacer un disco con las canciones del mismo. Está recién salido del horno. En Reyes sacamos un vídeo que hemos hecho con West Galicia que trabaja con niños con capacidades diferentes».

Junto a Víctor Manuel

Antes de ello, Penide hizo numerosas colaboraciones en sus discos. Una de las últimas, con Víctor Manuel en El efecto Boomerang, resultó tremendamente oportuna. «Es alguien a quien escucho desde muy pequeñita y de quien estoy totalmente enamorada artísticamente. Poder hablar con él, dar forma a la canción, escuchar las pruebas que me iba mandando fue muy importante, todo un salvavidas emocional y laboral en un momento muy complicado».

Llegada hasta este punto, parece que la vida de Silvia Penide seguirá durante muchos años grabando discos, tocando las canciones de ellos en directo y tomando desvíos alternativos para otros proyectos. Ella dice que se deja llevar. «Después del 2020 ya dejo que la vida me sorprenda —se ríe—. Siempre digo que, si me tengo que bajar de un escenario mañana, que me quiten lo bailado. Porque lo he disfrutado mucho. Incluso cuando tengo que hacer trabajo de oficia me encanta. Mientras pueda seguir desarrollándome artísticamente lo haré. Si tengo que parar, lo haré súper orgullosa, intentando dejar las cosas lo mejor posible para quien venga detrás». Esto incluye aspectos burocráticos. «Tuve que ir una gestión a un notario y puse de profesión musica —recuerda—. Me dijo el notario que fui la primera música de la notaría. Intento dejar ese tipo de cosas, que son súper importantes. Quitar el estigma de que el músico solo toca para comer, como quien pide un plato de lentejas. No, yo pago mi vida con esto y llevo desde 2016 exclusivamente con mis proyectos. Antes siempre era una media jornada dignísima, pero ahora lo es todo».