Una muestra homenajea a Camba, el «hombre que no quería ser nada»

CULTURA

 Camba hablando por teléfono desde la cama de su habitación del Hotel Palace.
Camba hablando por teléfono desde la cama de su habitación del Hotel Palace.

Se puede ver en el Hotel Palace de Madrid, donde el escritor vivió 13 años

16 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue el corresponsal más importante y el articulista mejor pagado y más popular de la prensa de su tiempo, hasta el punto de que cuando publicaba las ventas de los periódicos aumentaban. Los artículos de Julio Camba (Vilanova de Arousa, 1984- Madrid, 1962), escritos con la precisión de un cirujano del lenguaje, en los que no falta ni sobra una palabra, tienen un sello especial y reconocible, el de un maestro de la prosa del siglo XX. Una exposición organizada por AFundación, la Obra Social de Abanca, titulada Julio Camba. El hombre que no quería ser nada, que se puede ver en el Hotel Westing Palace de Madrid hasta el 16 de diciembre, recorre su figura. Lo hace a través de fotografías, cartas, los pocos manuscritos que se conservan del autor, documentos personales, un busto del propio Camba y caricaturas de Siro y 22 pódcasts que remiten a sus textos. El cartel que anuncia la muestra es una ilustración de Siro en la que se ve a Camba como un hombre-sándwich, lo que, según explicó a La Voz el comisario, Aser Álvarez, es un homenaje, porque decía que se quería ganar la vida paseando por la calles y observando.

El título de la exposición remite a un hombre «sin vanidad ni pretensiones, que no quería ser académico ni siquiera periodista, pero se tomaba muy en serio lo de escribir, sus artículos los pensaba muchísimo, por eso son máquinas de precisión». Camba vivió en el Palace desde 1949 hasta 1962. En la muestra se puede ver una foto única, anónima, en la que aparece hablando por teléfono desde la cama de su habitación 383.

Sus principios básicos eran «ser divertido, ameno, conciso y decir las cosas con las menos palabras posibles, era radicalmente moderno y por eso envejecen tan bien sus artículos», señala Álvarez.

De ideas anarquistas, fue excomulgado por un artículo escrito cuando aún no había cumplido 15 años, en el que abogaba por el amor libre. Decidió buscar nuevas experiencias y embarcó como polizón rumbo a Buenos Aires, donde fue detenido y expulsado del país, junto a otros «anarquistas feroces» que habían promovido una huelga general. «Presumía de ser el único gallego al que le salió gratis el viaje de ida y vuelta de la emigración», según Álvarez. Volvió a España y tras colaborar en el diario anarquista Tierra y Libertad y fundar el semanario El Rebelde, se distanció del anarquismo tras el atentado contra Alfonso XIII. Pasó por diferentes diarios hasta que Leopoldo Romeo, director de La Correspondencia de España, le ofreció, tras un encuentro casual, la corresponsalía en Constantinopla. Esto le cambió la vida y, a partir de ahí, se convirtió en un gran cronista viajero que contó, durante una década, la vida cotidiana a los lectores desde Londres, París, Alemania, Italia, Portugal o Nueva York. «El vago más trabajador del mundo no puede dejar de escribir», afirma Álvarez.

La llegada de la República, que tanto había deseado, le pilla en EE.UU. Pronto se decepciona y se va a Lisboa hasta que en 1948 vuelve a Madrid, ya enfermo, y deja de escribir, pero sus artículos antiguos siguen apareciendo en ABC con gran éxito. «Siempre fue un librepensador independiente y mantuvo toda su vida un carácter libertario, pero sobre todo fue un maestro de la palabra y un articulista soberbio», afirma Álvarez.

Escotet: «Le recordamos porque llevó la crónica a una terreno próximo a la perfección»

Miguel Ángel Escotet, Manuel de Lorenzo y Juan Carlos Escotet.
Miguel Ángel Escotet, Manuel de Lorenzo y Juan Carlos Escotet.

«Lo recordamos porque llevó la crónica a un terreno próximo a la perfección, mostrando un talento excepcional para alcanzar, con frases limpias y clarísimas, una expresividad narrativa que le fue reconocida muy pronto por los lectores españoles», señaló Juan Carlos Escotet en su intervención, previa a la entrega del XLIII Premio Internacional AFundación de Periodismo Julio Camba, en la que glosó la figura del genial articulista gallego. El presidente de Abanca aseguró que «la precisión de sus adjetivos o sus giros humorísticos cautivaron a sus colegas y a quienes compraban el diario para leer el Camba del día». Destacó que este premio «tiene una significación que aprecio de forma muy especial, porque navega en sentido contrario a la tendencia a la descalificación o la indiferencia que se impone en nuestro tiempo. El jurado compuesto por Miguel Ángel Escotet, presidente de Afundación; Alfredo Conde, presidente del jurado; Cristina Sánchez-Andrade, Bibiana Candia, Ramón Pernas y Gervasio Posadas, vocales; e Isaac González Toribio, secretario, otorgaron el galardón a Manuel de Lorenzo Paradela, por su artículo «Límites», publicado en El Progreso. Los finalistas fueron Esther Baeza Navarro (Rosa Palo) y Alberto Olmos.