Son nativas digitales pero escuchan la música en vinilo: «Tener uno te hace sentir importante como fan»

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Cayetana Feteira tiene con 8 años su propio tocadiscos y varios álbumes
Cayetana Feteira tiene con 8 años su propio tocadiscos y varios álbumes

Una niña de ocho años adora la delicadeza de la aguja sobre el surco. Una chica de 13 quiere escuchar los clásicos tal y como se concibieron. Y otra de su misma edad apela a la «magia» del viejo formato. Son las nuevas generaciones de melómanas que desafían a Spotify

02 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El año pasado Cayetana Feteira se tuvo que quedar en casa unos días debido a una enfermedad. «Ponía un disco de Depedro en vinilo de mi madre y me acabé acostumbrando a ese sonido», dice. Ahora tiene ocho años y un tocadiscos portátil propio. «Al ver que me gustaba tanto esto, Papa Noel me trajo uno y lo tengo en la habitación de juegos», explica esta pontevedresa. En su pequeña colección hay álbumes de The Beatles, Queen, AC/DC, Nirvana, las gallegas Bala y Oasis, entre otros. «Mi favorito es (What’s the Story) Morning Glory», dice refiriéndose al trabajo de los últimos. «Fui a ver a Liam Gallagher, su cantante, en el festival O Son do Camiño», puntualiza orgullosa.

En Ferrol reside Aina Mora, de 13 años. Otra devota de los acetatos. Posee ya una colección propia «de 30 o 40 discos». La afición le viene también por conexión materna. «El sonido de un tocadiscos me gusta más que el de un ordenador o un móvil», indica. Apela a esa cualidad intangible del melómano de la vieja escuela. «Los vinilos los tengo como un modo de apreciar más a los grupos que me gustan. Además, cuando son discos clásicos pienso que así es como se escuchaban en la época en la que salieron y me gusta esa sensación», reflexiona. Muestra álbumes de The Smiths, Love o Sex Pistols como ejemplo. ¿Cuáles han sido las últimas adquisiciones? «Compré el Under A Blood Red Sky de U2 y If You’re Feeling Sinister de Belle & Sebastian».

Aina Mora con las portadas de  elepés de The Smiths, Love y Sex Pistols.
Aina Mora con las portadas de elepés de The Smiths, Love y Sex Pistols.

Aina es consciente de que posturas como la suyas resultan insólitas en gente de su edad. «Tengo amigas que les gustaría, pero no tienen equipo. Además, en Ferrol no hay tiendas de vinilo». Elsa Paredes (13 años), de Laxe, tiene una amiga que se llegó a hacer con el ultimo disco de Harry Styles, Harry’s House, sin tener donde escucharlo: «Es muy fan y, aunque no tenga tocadiscos, lo pone para decorar la habitación». Habla de las emociones que rodean sus adquisiciones: «El primer disco en vinilo que me compré fue el When We All Fall Asleep, Where Do We Go? de Billie Eilish. Cuando lo tuve en las manos dije: «¡Jo, qué guay!». Tener el vinilo del artista que te gusta te hace sentir importante como fan». Por ahora, su colección propia se reduce a seis ejemplares. Incluye títulos de Olivia Rodrigo y Taylor Swift. «Tengo también los de mi padre, de Michal Jackson, Pink Floyd y muchos otros».

Estos casos, aun siendo minoritarios, suman en las estadísticas de venta de vinilo que muestran un signo ascendente. En el primer semestre del 2022 en España se han despachado más en ese formato que en cedé (54, 38 % frente al 44,33 %, según datos de Promusicae) por primera vez desde 1991. Tras el mostrador que dan las tiendas de discos explican la incorporación de las nuevas generaciones a la cultura del vinilo. Javier Fernández, de La Galleta Music Shop de A Coruña, señala que hay padres introducen a los pequeños y algunos se enganchan. Luego está la necesidad de los jóvenes, nativos digitales, de «tener la sensación de propiedad sobre la música». Ellas apelan a conceptos abstractos. «El Spotify es más cómodo, pero el vinilo tiene magia», sostiene Elsa. «A mí me suena más natural, es difícil de explicar. Además tiene eso de que es algo delicado y que hay que tratar con cuidado, no como un móvil que te cae y no pasa nada», indica Cayetana.

Elsa Paredes muestra su copia del último disco de Billie Eilish, «Happier Than Ever».
Elsa Paredes muestra su copia del último disco de Billie Eilish, «Happier Than Ever».

El problema con el que se encuentran estas chicas son los precios, que han aumentado en paralelo al resurgir del formato. «No me parecen nada baratos y cuesta mucho ahorrar para comprar uno», lamenta Elsa. La copia de Happier Than Ever de Billie Eilish, editado en un doble elepé que muestra orgullosa en la foto, cuesta 39 euros. Es el precio del «algo más» que estas chicas a contracorriente quieren experimentar en sus escuchas.