Este año se han vendido más vinilos que cedés: «Algunos que se habían deshecho de sus elepés los están recomprando ahora»

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Xoaquín Seoane, uno de los socios de la tienda Honky Tonk de Vigo, sacando un disco de vinilo de las cubetas.
Xoaquín Seoane, uno de los socios de la tienda Honky Tonk de Vigo, sacando un disco de vinilo de las cubetas. M.MORALEJO

Por primera vez desde hace 31 años el viejo formato supera en ventas físicas de discos al «compact-disc» en España

21 sep 2022 . Actualizado a las 10:47 h.

La tortilla ha dado la vuelta. El cedé, aquel formato que se impuso en los noventa plagado de virtudes —comodidad, sonido digital sin crujidos, ausencia de cara a y cara b y, sobre todo, futuro—, se ha visto desbancado por el vinilo por primera vez desde 1991. Lo dicen los datos de Productores de Música de España (Promusicae). Su informe de ventas del primer semestre de este año señala que el 54, 38 % de los discos físicos que se despachan en las tiendas son vinilos, frente a un 44,33 % de cedés.

Para Promusicae se trata de «un crecimiento espectacular» que se cifra en un 25,6 % respecto al año 2021. Traducido en euros, se trata de unos ingresos de 13,6 millones de euros frente a los 11,1 que generó el cedé (cuyo descenso en ventas fue de un 20,8 %). Tras los mostradores de las tiendas gallegas esas cifras no sorprenden, sino que constatan una tendencia que, aseguran, viene de muy atrás.

«Hace ya unos cuatro o cinco años que aquí vendemos más vinilos que cedés», dice Xoaquín Seoane de la tienda Honky Tonk de Vigo. Abierta hace 25 años, ha visto la evolución del pulso entre ambos formatos. «Abrimos en los noventa cuando se decía que el vinilo había muerto y seguimos ahora, que vuelve. De hecho, vemos que algunos que habían vendido sus elepés los están recomprando ahora. Te venden la comodidad y la calidad, pero ni es la misma calidad ni la misma calidez», matiza.

En La Galleta Music Shop de A Coruña refrendan la tendencia que apunta Promusicae. Sus porcentajes incluso son superiores. «En la tienda se venden entre un 10 % y un 15 % en cedé. El resto es todo vinilo», asegura Javier Fernández quien constantemente sufre problemas para satisfacer a sus clientes: «Las fábricas no dan hecho y hay bandas que tienen que retrasar sus lanzamientos para poder salir también en un vinilo. Luego está el catálogo. Por ejemplo, un disco como Thriller de Michal Jackson ha estado seis meses descatalogado. O (What's the Story) Morning Glory? de Oasis, que durante diez meses no había manera de conseguirlo». Mientras en la década anterior el vinilo estaba copado por los pequeños sellos especializados, ahora son las multinacionales las que se lanzan a por su porción de tarta y fomentan el retorno del formato.

El estante de novedades también ayuda. Si otrora el mercado del vinilo estaba reservado a los clásicos y los sellos independientes, en estos momentos las nuevas figuras también contribuyen al auge del acetato. «Por ejemplo, en los últimos meses hemos venido muchos discos de El madrileño de C. Tangana, el Teatro d'ira de Måneskin y Sour de Olivia Rodrigo», confirma Fernández. En Honky Tonk destacan las ventas de grupos gallegos actuales como Moura o Baiuca. En el caso de los segundos se ve perfectamente el tránsito. Si su disco de debut Solpor (2018) salió inicialmente en cedé sin edición en vinilo, para Embruxo (2021) optaron por una estrategia opuesta. «Solo ha salido en vinilo. Realmente hoy cuando se dice formato físico se dice vinilo», opina Alan Queipo, responsable de Raso, la disquera de Baiuca.

Estantes de La Galleta Music Shop en A Coruña
Estantes de La Galleta Music Shop en A Coruña MARCOS MÍGUEZ

El auge y el retorno de los grandes sellos al viejo formato han generado una particular inflación. «Cuando en los noventa decayó el vinilo cerraron muchas fábricas. Ahora hay tan pocas y tal demanda que se ha triplicado el coste por unidad, con lo que se nos hace carísimo», asegura. «Realmente para nosotros sería mucho más barato el cedé, pero el vinilo tiene una fuerza que estéticamente es imbatible», añade. 

Objeto de moda y empuje de la pandemia 

El vinilo es tendencia. «Se puso de moda y ha aparecido gente nueva comprando discos en este formato», apunta Seoane. «Yo creo que con la pandemia la gente se vio en casa y empezó a hacer las cosas más pausadas. Muchos redescubrieron lo que era escuchar un disco tranquilo, no consumiéndolo como se hace todo hoy en día, sino disfrutándolo», añade. En ese público nuevo aparecen jóvenes nacidos en la era digital que, de pronto, hacen ese movimiento contracorriente de volver al tocadiscos. Fernández tiene su particular teoría sobre ello: «La gente quiere tener la sensación de propiedad sobre la música. Estos chicos ni siquiera han tenido cedés, para ellos la música está en la nube como algo etéreo. El vinilo le da esa sensación de propiedad».

«En la tienda aparecen adolescentes que buscan los discos de Nirvana, AC/DC y Led Zeppelin. Pero también los de Rosalía. Ahora lo bueno es que se edita todo en vinilo», dice Seoane. En La Galleta Music Shop retratan la situación así: «Aquí, para gente joven, igual vendemos el nuevo de Harry Styles como los de Guns n' Roses o Depeche Mode. Es una cuestión cultural. Padres que le compran un pick-up a su hijo y, luego, algunos siguen y quieren tener sus 20 o 25 discos indispensables en el formato en el que se editaron originalmente».