Muere Wolfgang Petersen, director del filme sobre los submarinos alemanes en la Segunda Guerra Mundial, «Das Boot»

El realizador alemán Wolfgang Petersen -que saltó a la fama por su filme Das Boot (1981), por el que que obtuvo dos nominaciones a los Óscar, incluyendo la de mejor director; la otra como guionista- falleció a los 81 años. «El cineasta murió pacíficamente el viernes en su residencia angelina de Brentwood de cáncer de páncreas, confortado en los brazos de su esposa Maria Antoinette», adelantó el portal especializado en los asuntos de Hollywood Deadline. Es su segunda mujer, con la que contrajo matrimonio en 1978 (la primera fue la actriz germana Ursula Sieg, entre 1970 y 1978).

Nacido en 1941 en Emden, una ciudad del noroeste de Alemania, su prestigio como director televisivo labrado en los años 60 y 70 dio la campanada mundialmente con su filme bélico Das Boot [El submarino, 1981], una joya que hoy es no solo un título de culto sino un verdadero clásico [posteriormente preparó una versión extendida como serie televisiva que consta de tres episodios y casi cinco horas de duración]. Actualmente está considerada una obra clave en la historia del cine bélico, y es perfecta para entender cómo fue el combate de los submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Solo la musiquilla de guitarra de aires andaluces que suena cuando el submarino fondea en la ría de Vigo puede amargar un auténtico festín de cine.

Tres años después confirmó el buen camino con un éxito comercial en su adaptación de la novela fantástica juvenil de Michael Ende La historia interminable, un auténtico bestseller. La cinta -hasta entonces la más cara de la historia del cine alemán- ya tuvo capital estadounidense en su producción.

Su trayectoria -integrada por una docena de largometrajes- eclosionó mundialmente con su marcha a Hollywood, en donde se manejó con productos en que supo combinar el sentido comercial y de entretenimiento con la calidad en los guiones. 

Comenzó con un trabajo de ciencia-ficción que seguía en cierta medida la estela de La historia interminable y también la senda marcada por Spielberg con ET. Rodó Enemigo mío (1985) para la major 20th Century Fox, pero se dio un batacazo en las taquillas pese a la dignidad de la cinta protagonizada por Dennis Quaid. Todavía la rodó en Baviera, y pese a su falta de éxito le sirvió para probar suerte en EE.UU.

Fue así que no se rindió y acabó sacando adelante producciones que alcanzaron una respuesta masiva del público, y que también recibieron el respaldo de la crítica, como el thriller titulado En la línea de fuego (1992) y protagonizado por Clint Eastwood y John Malkovich. Este proyecto supuso un verdadero espaldarazo.

Otras importantes producciones como La noche de los cristales rotos (con Tom Berenger), Estallido (con Dustin Hoffman adelantando la pandemia en 1995), Air Force One (con Harrison Ford), La tormenta perfecta (con George Clooney) y Troya (con Brad Pitt interpretando a Aquiles) confirmaron en mayor o menor medida su buena mano en la conexión con el espectador. Salvo Roland Emmerich, ningún director alemán ha trabajado en Hollywood con tan buena respuesta y tanto crédito desde los tiempos de Billy Wilder y Fritz Lang. Aunque es cierto que Emmerich centra su labor en las superproducciones y los efectos especiales, su especialidad es el tramo del entertainment.

El último gran estreno hollywoodiense de Petersen fue su revisión del clásico filme de catástrofes Poseidón (2006), aunque para entonces el eco que obtuvo fue considerado un fracaso económico. En esos años trabajó también en Batman vs. Superman, pero el proyecto no llegó a cristalizar.

Ahí concluyó su conquista de la meca angelina del cine. Decidió entonces regresar a su país, donde estrenó en el 2016 la comedia Vier gegen die bank [Cuatro contra el banco], con Til Schweiger como protagonista. Fue su primera producción en alemán desde Das Boot.

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