«Motor Maids» o el contorsionismo del lenguaje

CULTURA

A la derecha, el escritor Ron Padgett (Tulsa, Oklahoma, 1942), junto a la portada de la edición en español de su libro «Motor Maids».
A la derecha, el escritor Ron Padgett (Tulsa, Oklahoma, 1942), junto a la portada de la edición en español de su libro «Motor Maids». Firmamento Editores

El célebre autor Ron Padgett llega al mercado hispano con la traducción de una de sus novelas más disparatadas y surrealistas

17 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un hermoso y vanguardista prólogo firmado por Eduardo Lago introduce a la perfección esta traducción de una de las historias más surrealistas y disparatadas de la literatura reciente. La carrera de Padgett ha alcanzado el punto en el que el autor puede permitirse experimentar y dar vueltas sobre su propio eje. Autoreflexivo y experimental ejercicio el de Motor Maids: un viaje maravilloso. Es una reescritura delirante de un folletín de principios de siglo llamado Motor Maids across the continent. A caballo entre un guion de los Coen y un libro de Faulkner (por ininteligible).

Recuerda a La Odisea redneck de O Brother!, Con sus secundarios excéntricos y sus sucesos imposibles. Una historia intencionadamente complicada que juega con el lenguaje como un contorsionista olímpico. De esos que se estira tanto que parece que va a romperse en cualquier momento. Sale el firmante razonablemente airoso de la pirueta, aunque la artística confusión creada puede ser demasiado para el lector menos cafetero.

Sin duda, no es una novela (¿novela?) para todos los paladares. Las salidas de tono y la creatividad evocan imágenes más propias de un cuadro de Dalí que de un texto de aventuras. Motor Maids es, por lo menos, algo distinto, que en esta época no es poco. No obstante, quizás no es un título idóneo para personas que buscan entretenimiento plano en la lectura. Es exigente con el lector y requiere tener amplias reservas de paciencia. Ofrece a cambio algunas ideas genuinamente interesantes y un puñado de imágenes sinceramente conmovedoras.

Muy en la línea de su poesía, Ron Padgett se confirma como una pluma poco interesada en la convención, la norma o la academia. Un buscador ambulante de fortuna literaria. A veces encuentra oro. Otras, pirita, que reluce pero poco más. Es, sin duda, una personalidad que hay que seguir muy de cerca en los próximos años.