Rui Chafes: «Me encantaría volver a exponer en Galicia»

Brais Suárez
Brais suárez LISBOA / E. LA VOZ

CULTURA

 La escultura «Chegar sem Partir» da título a la exposición
La escultura «Chegar sem Partir» da título a la exposición Cedida

El escultor luso más internacional está este verano en Oporto y París

09 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En un mercado a menudo sometido a lo disruptivo y las tendencias, pocos son los artistas capaces de mantenerse firmes en una línea estética propia, ajena a lo generacional, pero también flexible al contexto de cada exposición. Esa personalidad y coherencia hacen del escultor Rui Chafes (1966) uno de los nombres de referencia en el arte contemporáneo portugués e internacional, como arrojan sendas exhibiciones de la Fundación Serralves de Oporto y en el Centro Pompidou de París durante este verano.

Desde finales de julio, Chafes se apoderó de la luminosidad y la geometría impoluta del edificio de Álvaro Siza en Oporto con sus esculturas de hierro negro mate, sus curvas sigilosas y su oscuridad. Allí, cada pieza es un desafío sensitivo. «El objetivo es que el hierro sea un material desconocido, en este caso una tela», dice de la figura introductoria (sudario) que abre paso a la combinación de luces y tinieblas en que se sumerge el visitante.

«Quiero evitar los reflejos y la huella de los instrumentos», explica Chafes a La Voz, «porque lo más importante es lo que no se lee, lo que no se ve». Esa premisa nos lleva a través de un telón al vacío, «una sala negra que exige quedarse y esperar, aprender a apreciar. En este lugar, igual que en la vida, hay que luchar por la escultura y por el arte». También asume que «la palabra es lo más importante, de ahí la relevancia de los títulos, pero yo no pretendo contar historias ni problemas personales, sino representar cuestiones e imágenes de la historia del arte y del pensamiento humano».

Lo rupturista de su narrativa, materiales y formas se expande hacia algo recóndito y absorbente que quizá delate la raíz de su pensamiento: «la literatura, el romanticismo y la filosofía alemanas». «El arte medieval es mi favorito; nací 800 años tarde», bromea. Así lo delatan el uso casi pictórico del claroscuro, pero también las alusiones de sus títulos a poesías de Novalis (a quien tradujo), Pessoa, Beckett o el cineasta Bresson. «Las artes son un conjunto interconectado; todo es arte si aporta una mirada, un sonido, una palabra, música…».

La obra titulada «Burning in the Forbidden Sea», realizada en el año 2011 en colaboración con la cantante Orla Barry.
La obra titulada «Burning in the Forbidden Sea», realizada en el año 2011 en colaboración con la cantante Orla Barry.

Esa es la conclusión que el visitante obtiene en la muestra del Pompidou, donde Chafes colabora con el videoartista Pedro Costa y el fotógrafo Paulo Nozolino para crear la exhibición Lo demás es sombra, que más bien se antoja una gran instalación.

Aunque los tres representan la época de la revolución y el inicio de la democracia portuguesa, Chafes se considera «independiente de lo que ocurre en un lugar o en una generación concreta», ya que su trabajo es «muy solitario». Así lo refleja la exposición parisina, pero también la performance que planea este septiembre con Vera Mantero (en Serralves) o de la muestra conjunta con Alberto Giacometti, en la Fundación Gulbenkian de Lisboa, el próximo mayo.

Morriña de Galicia

Así, Chafes se asienta en un camino que oscila entre su vocación internacional, «donde puedo conseguir un gran impacto» y local, «cuyas instituciones me han dado oportunidades y apuestan por difundir el arte contemporáneo», dice. También valora el talento emergente luso y su difusión en más y más ciudades.

«A diferencia de España, en Portugal no hay tanta financiación ni instituciones, pero el esfuerzo y la calidad son enormes y el público responde», reflexiona el escultor, que también observa cómo esta visión se extiende hacia el panorama internacional de la mano de directores extranjeros. Como su obra, la vinculación de Chafes con Galicia también está llena de luces y sombras: «Tenía una relación excelente con la Galería SCQ de Santiago, pero ya cerró», lamenta. Desde entonces, su paso por la comunidad fue testimonial. «Me siento cómodo y siento que, desde Oporto, Galicia y Portugal son lo mismo, un mismo lugar. De hecho, coleccionistas españoles y gallegos compran mis piezas, pero he perdido el contacto con las instituciones artísticas». Actualmente se centra en la muestra que hará con Giacometti en Lisboa (mayo 2023) y espera volver a exponer en Galicia. «Me encantaría».