«O Son do Camiño fue mi primer festival y me gustaría repetir»

Patricia Calveiro Iglesias
p. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

Sandra Alonso

La experiencia fue especialmente intensa para los jóvenes que se estrenaron este año en el mundo de los macroconciertos

19 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Las primeras veces se quedan grabadas de por vida. Y la primera vez en un festival es todo un hito en el microcosmos de la juventud. Entre los más de 40.000 asistentes que llenaron cada día el recinto del Monte do Gozo, había menores que asistían a su bautismo en el mundo de los macroconciertos y vivieron con especial intensidad cada momento.

Los traperos Duki y Anuel AA arrastraron al público más joven en esta edición de O Son do Camiño, que pasará al recuerdo de muchos como su primer festival. Así ocurrió para una docena de amigas de 11 y 12 años de Santiago, que acudieron acompañadas por sus madres. Con sus brillantes en las caras, ya de por sí resplandecientes por la emoción, quedaron deslumbradas por el despliegue de medios. Y, alguna, incluso se llevó de recuerdo el confeti dorado que lanzaron al final del espectáculo del puertorriqueño.

«O Son do Camiño fue mi primer festival, me gustó mucho y me gustaría repetir el año que viene», destaca Claudia, sorprendida porque esperaba «muchísima menos gente» y por la «buena organización». Su hermana, Carmela, también formó parte del rito iniciático, y para ella fue «una experiencia inolvidable». Adriana nunca había ido a un concierto tan grande y, en algún momento, se sintió un poco avasallada por los mayores a la hora de coger un buen sitio. En la parte positiva, se queda con «la impresión que da ver en persona a los cantantes que escuchas en Spotify». A diferencia de la anterior, su compañera de clase María sí disfrutó del mogollón: «Lo que más me gustó a mí es que había mucha gente, todos bailando, pero se estaba muy bien. Me encantaron los conciertos y estoy súper contenta de haber ido, porque pude ver a artistas internacionales». Cuenta que, para no perderse cuando se movían por el recinto, fueron agarradas «haciendo el tren chuchú», escoltadas siempre por su madres.

Fernanda reconoce que «me sorprendió mucho ver a tanta gente junta, la verdad, pero estuvo muy bien». Para Carlota, la aglomeración llegó a ser «agobiante», aunque acabó disfrutando del buen ambiente. Su madre, Ana, explica que al principio «estaban algo asustadas al ver a tanta gente, bailando, bebiendo, algunos sin camiseta... Al final se lo pasaron en grande y se portaron súper bien. Se merecen repetir», afirma orgullosa.