«Top Gun», la película que se convirtió en icono popular de los 80

María Estévez CANNES / COLPISA

CULTURA

El príncipe Guillermo y la duquesa de Cambridge acompañan a Tom Cruise a su llegada al estreno de «Top Gun» en Londres, el pasado día 19.
El príncipe Guillermo y la duquesa de Cambridge acompañan a Tom Cruise a su llegada al estreno de «Top Gun» en Londres, el pasado día 19. Reuters

En el estreno de la secuela, este jueves, el productor Bruckheimer recuerda los problemas que ha superado la saga que encumbró a Tom Cruise

25 may 2022 . Actualizado a las 22:30 h.

Hace 36 años, poca gente creía que Top Gun fuera a convertirse en una película icono popular para la generación de los 80, y menos que nadie, el productor Jerry Bruckheimer, que junto con su difunto socio Don Simpson llevaba las riendas del proyecto. «Antes de su estreno, tuvimos un pase en Houston y la reacción del público fue de extrema frialdad. Pensábamos que teníamos entre manos el fracaso más grande del mundo», recuerda Bruckheimer. «Pero no nos dimos cuenta de que ese fin de semana se había estrellado un trasbordador y había un entumecimiento emocional de la audiencia. Las primeras críticas tampoco fueron buenas y parecía que íbamos al desastre. Fue imposible predecir lo que llegó después».

Porque lo que llegó fue la locura. La historia del joven piloto apodado Maverick, Tom Cruise, que pierde a su copiloto Goose (Anthony Edwars), se une a su antiguo rival Iceman (Val Kilmer) y se enamora de su instructora, Charlie, (Kelly McGillis) es parte ya de la historia del cine de Hollywood, además de contribuir a hacer de Cruise una superestrella mundial, posición que no ha perdido hasta ahora. Tres decenios y medio después de aquel taquillazo, este jueves se estrena la segunda parte, Top Gun: Maverick, donde Tom Cruise es el capitán de un grupo de arriesgados Top Gun y Jennifer Connelly, su contrapunto femenino.

¿Pero por qué se ha tardado tanto tiempo en la secuela? «Cuando estrenamos Top Gun, el estudio dijo: 'Tenemos una película que es un éxito, debemos hacer una secuela, ¿puede ser más barata?'. Pero así no es como yo trabajo. Dejamos pasar el tiempo, luego murió Tony Scott (director de Top Gun), que iba a estar a cargo de la secuela, y pensamos que ya no se haría.

Pero hace siete u ocho años, nos pusimos más serios al respecto. Trajimos al director Joseph Kosinski (Tron: Legacy), al que se le ocurrió una idea que nos encantó a todos, y lo llevamos a París, donde Tom estaba rodando Misión Imposible. Tras su encuentro con Kosinski, Tom sacó su teléfono, llamó al jefe de Paramount y le dijo: 'Voy a rodar otro Top Gun'. Nadie dijo que no, al contrario, se pusieron felices al escucharlo», relata Bruckheimer.

Hay, también, algo de homenaje a Scott, que se suicidó en el 2012, en unas circunstancias que el productor rememora. «Tony era maravilloso. De hecho, Tom y yo estuvimos con Tony en Nevada el fin de semana en que murió. Estuvimos allí un viernes hablando de la película. Volamos a casa juntos, y el domingo recibí la llamada de que había fallecido. Fue muy triste y realmente impactante porque Tony estaba entusiasmado por hacer la película. Lo primero que hice cuando terminamos Top Gun: Maverick fue enseñarsela a Ridley (hermano de Tony), quien nos dijo que le encantó. Contar con su bendición fue muy emocionante para mí».

La muerte de Scott fue uno de los tantos problemas a los que se ha enfrentado la película, que puede engrosar la lista de historias tortuosas del cine. Y es que después llegó la pandemia, que retrasó otros dos años el estreno. Pero ahora, con los proyectores a punto de encenderse, Bruckheimer pone el foco en la espectacularidad de la cinta. «El director ha logrado incluir la cámara dentro del avión y que la audiencia sienta lo que sienten los pilotos de combate. Estuvimos 15 meses intentando colocar seis cámaras en la cabina de los aviones. Trabajamos con los técnicos y pilotos de la Marina hasta lograr el espacio necesario para la cámara. Porque meter las cámaras significaba sacar algo del avión», sonríe.

Eso sí, si Top Gun: Maverick repite el éxito de la película original será por el tirón de Tom Cruise. «Tom es un genio. Se ha ganado su lugar. Merece el éxito porque trabaja muy duro para lograrlo», dice Bruckheimer, que exalta la dedicación del actor a su profesión: «Vive su vida como un atleta profesional. La forma en que come, cómo duerme, todo lo que hace es para poder mejorar y seguir rodando películas. Todo lo ha logrado estudiando la industria y superándose a sí mismo».

Sin embargo, Top Gun: Maverick no ha estado exenta de críticas. La actriz Kelly McGillis se ha quedado fuera del reparto. Ella denuncia que ha sido porque está «fea y gorda». El productor, en cambio, elude la polémica y cree que solo hay motivos artísticos en esa decisión. «Maverick es un hombre sin ataduras. Un día está conversando en el bar con Penny (el personaje de Connelly) y al día siguiente está en Bahrein. Así es él».

Tampoco Connelly alude a la polémica y agradece a Kosinski que la llamara para Top Gun. «Es un gran director. Cuando leí el guion, me impresionó. Pensé que era una historia convincente y que se les había ocurrido una idea muy buena para una secuela», dice.