Manuel Puig, escritor de la insatisfacción femenina

H. J. P. REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Retrato de Manuel Puig que ilustra la portada de la biografía «Manuel Puig y la mujer araña», escrita por su amiga la poeta Suzanne Jill Levine y publicada por Seix Barral en el año 2002.
Retrato de Manuel Puig que ilustra la portada de la biografía «Manuel Puig y la mujer araña», escrita por su amiga la poeta Suzanne Jill Levine y publicada por Seix Barral en el año 2002.

Recuperan las novelas del gran autor argentino, de raíces gallegas, en el 90.º aniversario de su nacimiento

25 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«No creo que haya habido otro escritor que le haya dedicado tanto —tanto amor, tanto trabajo, tanta sutileza— a la insatisfacción femenina. Leo Cae la noche tropical como un auténtico homenaje a las insatisfechas». Esto dice la escritora y periodista argentina Tamara Tenenbaum en el prólogo que preparó para la reedición de la que fue la última novela de su paisano Manuel Puig (General Villegas, 1932-Cuernavaca, 1990) y que llegará a las librerías a mediados de septiembre. Y es que el sello Seix Barral prepara, a lo largo de este año, la recuperación de todas las novelas del autor que creció prácticamente parejo al bum latinoamericano pero ajeno a él. Es más, sacó adelante su obra con su hostilidad. Ese rechazo incluso impidió en 1965 que se llevase el premio Biblioteca Breve con La traición de Rita Hayworth, que acabó sucumbiendo tras llegar empatado al final con Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé. Frente a la defensa que de Puig hizo Luis Goytisolo, Vargas Llosa se plantó con rotundidad, puso en duda sus valores literarios e incluso ridiculizó al autor al compararlo con Corín Tellado. Goytisolo abandonó la deliberación. Pero aquello no fue algo circunstancial. En el 2001 Vargas Llosa volvió sobre sus razones y se reafirmó al clasificar la literatura de Puig como light, «más ingeniosa y brillante que profunda». Tampoco Borges tuvo piedad, y, según Guillermo Cabrera Infante —uno de los valedores de Puig—, tildó su obra de «literatura Max Factor».

Precisamente, este camino de sinsabores y marginación lo recoge el investigador madrileño Manuel Guedán en su ensayo Literatura Max Factor: Manuel Puig y los escritores corruptos latinoamericanos (Punto de Vista, 2018). El aludido se lo tomaba con ironía y bromeaba con que los señores del bum estaban anticuados y le resultaban aburridos. Así, se arrimaba a otras víctimas —como él— de la homofobia como José Lezama Lima, el propio Cabrera Infante y Severo Sarduy, y apelaba a clásicos alternativos como Roberto Arlt y José Bianco.

Frente al nuevo establishment, Puig oponía unos referentes formativos y emocionales enclavados en la cultura popular, especialmente en el cine, el radioteatro, la televisión, el cancionero y hasta las revistas de actualidad. De hecho, empezó escribiendo guiones que acabaron tornándose novelas. Como en una jugada de azar y justicia poética, la adaptación de El beso de la mujer araña (1985) protagonizada por William Hurt y Raúl Julia catapultó la popularidad de sus libros.

Aprovechando que en diciembre se cumplirá el centenario del nacimiento de este escritor nieto de emigrantes españoles (su abuelo, catalán; su abuela, gallega), Seix Barral inició el rescate de sus novelas en nuevas ediciones: El beso de la mujer araña (con prólogo de Antonio Muñoz Molina); La traición de Rita Hayworth (Bob Pop); Pubis angelical (Camila Sosa); Boquitas pintadas (María Dueñas); y The Buenos Aires Affair (Mario Mendoza). A ellas sumará en septiembre Cae la noche tropical (Tamara Tenenbaum); Maldición eterna a quien lea estas páginas (Claudia Piñeiro, otra nieta de la emigración gallega); y Sangre de amor correspondido (Paulina Flores). Un verdadero festín literario.