Paret, un luminoso «ovni» de la pintura ensombrecido por Goya

Miguel Lorenci MADRID / COLPISA

CULTURA

Detalle de una de las salas de la exposición sobre Paret.
Detalle de una de las salas de la exposición sobre Paret. Zipi | Efe

Su obra brilla de nuevo en el Prado, que reúne 80 piezas para reivindicar la original, culta y ecléctica labor del otro gran genio del siglo XVIII

23 may 2022 . Actualizado a las 23:07 h.

«Es un ovni en la pintura española. No se parece a nadie». Miguel Falomir, director del Museo del Prado, no duda en definir así a José Paret y Alcázar (1746-1799). Es el pintor español más notorio del siglo XVIII junto a Goya, pero su innovador talento quedó ensombrecido por la alargada sombra del genio aragonés. Su obra vuelve a brillar en la primera muestra que le dedica la pinacoteca, en cartel hasta el 21 de agosto. De estilo «singular y ecléctico», su trayectoria estuvo marcada por un largo destierro, en Puerto Rico y en Bilbao por su presunta complicidad en los amoríos del infante don Luis, su mecenas y hermano de Carlos III.

«Paret es importantísimo para entender la pintura del siglo XVIII. Su elegancia, su refinamiento y su sofisticación no tienen parangón. Tan singular como innovador, pinta la España culta y es tan sustancial como Goya para la pintura de su época», insiste Falomir para explicar el sentido de una muestra que quiere «restaurar la importancia» de este gran artista, el más notable representante de la tradición del rococó francés en España y al que se ha denominado como el Watteau español.

Hijo de padre francés, formado en Italia, ilustrado, burgués, interesado por la ciencia, Paret tenía una vasta cultura y hablaba latín y griego. «Pero quizá ese carácter sofisticado y cosmopolita ha sido negativo para su apreciación frente a Goya», reconoce Falomir. «Se anticipa a Goya pintando personajes populares, pero Paret se ocupa también de la burguesía, de la ciencia y de la naturaleza», explica Gudrum Maurer, comisaria de la muestra y conservadora de pintura del siglo XVIII y Goya del Prado.

La exposición reúne más de 80 obras, 58 de ellas cedidas por coleccionistas, instituciones y otros museos. Recoge la mayor parte de las pinturas de Paret y una selección de sus dibujos. Con 12 pinturas, el Prado tiene la colección más extensa de Paret, que incluye 25 dibujos y una miniatura.

Entre sus obras más notorias la comisaria destaca dos: La Puerta del Sol, una visión luminosa y colorista de la plaza madrileña con la hoy inexistente iglesia de la Mariblanca y que se conserva en Cuba, y La circunspección de Diógenes, pintada en 1780, quizá la obra cumbre de Paret y la que le abrió las puertas de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que se convertiría en vicesecretario en 1792.

También destaca Maurer obras como Baile de máscaras, Las hijas de Paret, Vista de Bermeo o El anuncio del ángel a Zacarías y su extrordinario conjunto de dibujos.

«Su estilo es inconfundible y personal. Está al margen de todas las corrientes y su técnica también es personalísima, con un colorido en tonos pastel espectacular que tampoco tiene nada que ver con ningún otro artista. Está subestimado y esta muestra quieres reivindicar su importancia, pareja a la de Goya», coincide la comisaria con Falomir.

Destaca Maurer la «originalidad» de Paret y su «gran talento» a pesar de que su genio y su obra «quedaran oscurecidos por la imponente figura de Goya, a quien superó en capacidad intelectual y se anticipó en algunas cosas». «Fue el primero en retratar con ojo crítico a la sociedad burguesa en sus bailes y cafés. Pero también pintó los tipos populares antes de que Goya y Bayeu lo hicieran en sus cartones para tapices», explica Maurer de un Paret que practicó todos los géneros y formatos, de la pintura religiosa al paisaje urbano, campestre y marino, aunque se prodigó menos en el retrato.

Destierro en Bilbao

Su biografía y su trayectoria estuvieron marcadas por un largo destierro de tres años en Puerto Rico y luego en Bilbao, bajo la acusación nunca probada de favorecer los amoríos del infante don Luis, su principal mecenas.

En Bilbao, donde vivió durante una década, pintó unos fabulosos paisajes del Cantábrico «aportando su novedosa visión y mirando a la naturaleza con ojo científico y moderno», según la comisaria. «De no haber sido desterrado hubiera sido mucho más relevante como pintor. La calidad de su obra es excelente y se debe a su exquisita formación y a su inteligencia», insiste Maurer.

A pesar de nacer en el mismo año que Goya y coincidir con el genio de las majas en la Academia de Bellas Artes, se sabe que ambos pintores se vieron solo ocasionalmente y que apenas se trataron. Cuando en 1789 Paret regresa a Madrid a petición de Carlos IV, Goya ya es pintor de cámara de la corte. La tuberculosis segó la vida de Paret el 14 de febrero de 1799. Tenía 53 años.