Es soberbia La Nuit du 12, el polar del alemán criado artísticamente en Francia Dominik Moll. El cine de este autor merece reconsideración. Es un universo siempre malsano, con asfixiante y sabia capacidad para perturbar en filmes como Harry, un amigo que os quiere, Lemming o Solo las bestias. La Nuit du 12 arranca con una secuencia de violencia carbonizante -como extraída del Halloween de Carpenter- y a partir de ella, Moll construye un delicadísimo trenzado de investigación de un asesinato. El dibujo de los dos policías es soberbio. Y su búsqueda abocada a continuos callejones sin salida remite a la angustia existencial del Zodiac de Fincher. De la misma forma que la colección de freaks de esta Francia profunda como posibles culpables y la forma en que vamos componiendo, detalle a detalle, la figura mártir de esta otra Laura Palmer muerta al llegar, es una reminiscencia -que nunca plagio- del primer Twin Peaks.