«Solo con pensar en la Sinfónica de Galicia ya me llena de motivación»

Jesús Carballo BRUSELAS

CULTURA

JESUS CARBALLO

Álvaro Ferrer, un músico coruñés afincado en Gante y que ya ha tocado con orquestas belgas, siente morriña cuando piensa en triunfar en casa

16 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el año 2009, la urbe belga de Gante lleva con orgullo el título de Ciudad Creativa de la Música otorgado por la Unesco. La música forma parte de la vida diaria de los ganteses y la ciudad rebosa talento musical gracias a grandes eventos como su festival de jazz y el Festival de Flandes, pero también a las numerosas salas de conciertos y a la importancia que se le da a la educación musical. Esta es la razón que sedujo a Álvaro Ferrer, un coruñés de 25 años que aterrizó en esta joya arquitectónica flamenca en septiembre del 2020 para completar sus estudios como clarinetista.

¿Cómo empieza tu aventura y tu pasión por este instrumento?

Mi padre es músico y clarinetista también, y siempre he tenido la suerte de contar con alguien que me influenció. Empecé a tocar con 3 años porque desde muy pequeño este instrumento me llamó la atención, y ahora aquí, en Gante, lucho por cumplir mi sueño de ser músico de orquesta.

¿En qué momento te das cuenta de que quieres vivir de la música?

A día de hoy hay mucha gente que no tiene claro el esfuerzo de lo que significa estudiar música. Me han hecho la pregunta de ¿estás estudiando música y qué más? Y yo digo, pero ¿cómo y qué más? Con esto ya es suficiente. Por eso yo supe desde muy pequeño que tenía que tener muy claro que quería dedicarme a esto, porque a la vez que estaba en el colegio también tenía que ir al conservatorio una serie de horas, es muy sufrida hoy en día la enseñanza musical. Tienes que dedicarle estudio a parte de la preparación elemental para llegar a un punto más profesional y hay veces que yo me agobiaba. Incluso llegué a tirar la toalla, decir «no puedo seguir con esto» y al final en esos momentos piensas que se trata de una superación personal y que es tu vida, porque yo sin la música no sería nada, y de eso me di cuenta con el tiempo.

¿Por qué decides salir de Galicia para estudiar un máster de música en Bélgica?

Yo hice mis inicios musicales en Galicia, obviamente muy influenciado por mi padre y mi profesora de conservatorio. Son cuatro años de elemental, seis años de grado profesional y cuatro años de grado superior, y a partir de ahí la enseñanza te encasilla a que tienes que conseguir algo más, ya sea un máster o seguir por la enseñanza pedagógica. Por eso yo dije, ahora me tengo que tirar totalmente al barro y empezar la luchar por lo que yo realmente quiero. Yo me dediqué exclusivamente al mundo orquestal y esto es lo que me llevó a venirme aquí, para que me conocieran otras orquestas a nivel nacional aparte de Galicia. Por el momento ya he podido tocar con otras orquestas en España y gracias a tener esas experiencias reconsideré dar otro paso a nivel internacional.

¿Qué tal te has adaptado a esta nueva etapa?

La verdad es que muy bien. Estoy muy contento de haber podido tocar ya a nivel profesional en dos orquestas nacionales, la Belgian National Orchestra y la Monnaie, que es la ópera de Bélgica. Hoy en día soy académico de ambas y esto significa que tengo estipulados proyectos con ellos. Recuerdo que cuando toqué con la Ópera interpreté la Sinfonía Nº 1 de Mahler, uno de mis compositores favoritos. Fue un punto de gran madurez y una visión diferente tener la suerte de tocar con una orquesta fuera de España.

Cuando piensas en optar a una plaza en una orquesta, ¿te entra la morriña?

Por supuesto, es mi casa. Tan solo pensar en la Sinfónica de Galicia me llena de motivación. Es de las mejores de España, por no decir la mejor, y siempre que he tocado con ellos pude respirar el ambiente que se crea y la humildad que hay en esta orquesta. Además, mi padre pertenece a la orquesta y sería un orgullo tocar con él hasta que se retirase.