Sin miedo a Erdogan Muy crítico con el régimen de Erdogan que lo cerca y amenaza, la fiscalía turca investiga ya a Pamuk por presuntos ataques en su novela al fundador de la República de Turquía, Mustafá Kemal Atatürk. «Son acusaciones kafkianas. No hay un solo ataque a Atatürk, y eso que no soy el típico que tira la piedra y esconde la mano. Ni tengo miedo ni me preocupa. Mi experiencia me dice que todo esto se desvanecerá en los laberintos de la burocracia de Ankara. Y sé que estoy en una posición de privilegio y que muchos amigos periodistas han acabado en la cárcel», dice el autor de 'Me llamo Rojo'.
Pamuk califica de «inmoral» la invasión de Ucrania ordenada por Putin. «Matan a civiles de la forma atroz que estamos viendo en Bucha, al norte de Kiev, porque no quieren pertenecer bloque ruso. Invadir un país porque sus ciudadanos no quieren formar parte del antiguo bloque soviético es horrendo», señala. «Pero lo más vergonzoso de esta guerra es que todo está abierto». Ganar el Nobel en 2006 hizo «muy feliz» a Pamuk. Lejos de paralizarle, le incitó «a trabajar más duro». «Es un cliché decir que tras recibir el Nobel el ganador baja su calidad literaria. Ganarlo no fue ningún castigo para mí. Tenía 54 años, una edad relativamente baja, y muchos planes, como esta novela que ya imaginaba. Entonces me traducían a 46 lenguas y ahora a más de 60. Me siento muy motivado por la cantidad de lectores que tengo en todo el mundo», se ufana