Travolta y Uma Thurman bailaban ante Samuel L. Jackson, más pendiente de no ofender a Will Smith que de rememorar Pulp Fiction. Lo que queda de Liza Minnelli quería cantar algo de Cabaret pero Lady Gaga, muy dominatrice, no la dejó y la castigó con leer en alto el Óscar vergonzante para CODA. Y el que iba a ser el gran momento de standing ovation, la presencia de Coppola, Pacino y De Niro para conmemorar el cincuentenario de El Padrino, tuvo lugar apenas unos segundos después de la bofetada en escena. Tal vez por eso, los tres lucían muy pálidos, como Landelino Lavilla el 23-F. Y Coppola, que no estaba para sopapos, lo dejó muy claro. «En circunstancias como estas, conviene ser muy rápidos».