—Parece que a usted le cuesta cada vez más trabajar.
—Tengo una vida que me hace muy feliz, pero aun así, aunque tenga hijos, que me obsesionan y son lo mejor que tengo, disfruto con mi trabajo. Soy una persona orientada a la familia. Siempre he sido así. Valoro mucho mi tiempo en familia y educar a mis hijos es mi prioridad. Llevo trabajando desde que tenía 16 años y sigo disfrutando con ese sentimiento de levantarme por la mañana e ir al rodaje. Me hace sentirme completa. Pedro es mucho más feliz cuando trabaja. Siempre le digo: «Todos los veranos tenemos que grabar». Escribe en invierno y filmamos en verano. Le gusta rodar en el verano.
—¿Cómo prepara sus papeles?
—Para ponerme en el lugar de un personaje, siempre trato de comprenderlo a fondo, incluso sin compartir necesariamente sus decisiones morales. Nunca me pregunto si tenemos algo en común, ese no es el punto.