Los estrenos de la semana: «Malencolía», «Belle» y «Adiós, señor Haffmann»

La Voz

CULTURA

Los críticos de La Voz analizan lo último de Zarauza, Fred Cavayé y el japonés Mamoru Hosoda

25 mar 2022 . Actualizado a las 11:37 h.

Por Miguel Anxo Fernández

Confesa Alfonso Zarauza que despois da intensa rodaxe do drama Ons, o corpo pedíalle soltarse, escorando cara o terror mesturado cun dos trazos que o caracterizan: a retranca e a chispa. Unha maneira de facer comedia cun aquel de transgresión e o toque persoal que caracteriza o seu cine, o dun autor consolidado que responde a un modelo de produción sobrio e racional, enraizado coa cultura propia -valente na súa aposta polo idioma-, sen renunciar a unha singularidade ben presente desde que no 2008 debutara na ficción coa tan maldita como heroica A noite que deixou de chover, para enlazar con Encallados (2013), Os fenómenos (2015) e a mentada Ons (2020). Pode que no contexto audiovisual do país, Zarauza sexa a día de hoxe o cineasta máis coherente por traxectoria e por apego a unha narrativa na procura cómplice do espectador, cousa que, por veces, outros semellaran abeirar coa coartada do experimental.

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Malencolía amósanos a unha parella que, despois de anos fóra da terra, regresan á aldea movidos por un sentimento de recuperación das raíces e na procura dun prezado benestar emocional. Son recibidos pola única veciña do lugar, señora pintoresca que quizais agache motivos para un comportamento... errático. Como era de agardar, ocorren cousas, e nesa proposta é onde asoma o Zarauza divertido que desexa xogar co slasher de Hollywood pero arrimando a sardiña á súa brasa.

Por forza, asistiremos a lugares e situacións comúns que o director trata de mirar desde un prisma persoal, con matices afastados do previsible, pois ao cabo o marco e os personaxes son moi de aquí, do país. Dous apuntes finais ao conxunto do traballo actoral, todos atinados —en especial, Diego Anido e Iolanda Muíños, nunhas criaturas moi agradecidas—, e á foto de Alberte Branco, que logra envolvernos na engaiolante atmosfera da Fraga, parroquia de San Cosme, no Irixo ourensán.

«MALENCOLÍA»

España, 2021.

Director: Alfonso Zarauza.

Intérpretes: Melania Cruz, Xulio Abonjo, Diego Anido, Iolanda Muiños, Ledicia Sola, Tito Asorey, Marta Lado.

Terror. 74 minutos.

«Belle»: Bella y bestia virtuales

Por Sabela Pillado

Tras filmes tan relevantes como La chica que saltaba a través del tiempo, El niño y la bestia o Mirai, mi hermana pequeña, en los que ha ido evolucionando y consolidando un estilo y narrativas propios, Mamoru Hosoda enfrenta su última obra como un ir más allá de todo ello, tremendamente ambiciosa en fondo y forma, en la cual dar rienda suelta a su talento como animador.

Belle es una película de rabiosa actualidad, al tiempo que un relato tradicional fácilmente reconocible por todos, ya que retoma —por enésima vez— el mito de la bella y la bestia, adaptándolo a la era de internet. Nos ofrece una versión muy libre del cuento, y brinda una reflexión sobre el anonimato de las redes, las crisis de identidad, los haters y fake news, y los dramas familiares que se esconden tras apariencias de felicidad. El mundo de Belle es un Matrix animado, un espacio virtual en el que vuela la imaginación, una animación fascinante poblada de ballenas voladoras y canciones pop pegadizas, y un lugar psicodélico que no es sino la expresión de una huida de la realidad. Del choque mundo real-mundo virtual deviene un claro mensaje de aceptación de uno mismo y de ayuda al prójimo, como parte fundamental en la realización individual y la superación de los traumas.

Es una cinta para fans de Mamoru Hosoda, de la animación nipona en general y para nuevos curiosos. Pero sobre todo es la confirmación del talento de Hosoda y de su merecido podio entre los grandes de la animación japonesa.

«RYU TO SOBAKASU NO HIME»

Japón, 2021.

Director: Mamoru Hosoda.

Guion: Mamoru Hosoda.

Música: Taisei Iwasaki.

Animación / ciencia ficción.

22 minutos.

«Adiós, señor Haffmann»: Arriba y abajo

Por Eduardo Galán Blanco

Adiós, señor Haffmann es una valiosa variante de las películas de topos, filmografía nutrida de títulos tan significativos como El hombre oculto, Los girasoles ciegos, El embrujo de Shanghai, La trinchera infinita o El pianista. La historia gira alrededor de un joyero judío que, en el París ocupado de 1941, debe ocultarse en el sótano de su tienda. El propietario cede temporalmente el negocio y la vivienda, situados en Montmartre, a su aparentemente honesto empleado, que resulta ser un trepa, favorecido por la Francia de Vichy, explotando al artesano, preso en el sótano de su propiedad. Y es que un oficial nazi -Nikolai Kinski, hijo de Klaus, hermanastro de Nastassja- se encapricha de las piezas del hombre oculto, creyendo que son obra del francés ario que regenta ahora la tienda.

El filme -basado en una premiada obra de teatro- va más allá de las líneas argumentales expuestas y profundiza con fuerza clásica en las sevicias de la ambición, en la figura del doble y en los cambios de roles. El ascenso social sucede bruscamente; de pronto, un hombre ocupa el lugar del otro, mientras que el empleado se vuelve patrón, y al revés. Es un arriba y abajo. Está la superficie, vigilada por los nazis y los colaboracionistas de Pétain, donde reina la mentira y se recompensa al traidor. Y está el sótano, cárcel oscura, donde trabaja el joyero, con las piedras preciosas robadas a judíos.

Sin sermones, la cinta reflexiona sobre la naturaleza humana con el inapreciable apoyo de dos actores sensacionales: Daniel Auteuil (el joyero) y Gilles Lellouche (el abominable explotador), observados por la esposa de este último (magnífica Sara Giraudeau), horrorizada ante la metamorfosis del hombre al que ama.

Adiós, señor Haffmann rinde tributo a dos grandes películas: El último metro y El otro señor Klein, y aguanta la comparación con sobrada consistencia.

«ADIEU MONSIEUR HAFFMANN»

Francia, 2021.

Director: Fred Cavayé.

Intérpretes: Daniel Auteuil, Gilles Lellouche, Sara Giradeau, Anne Coesens, Nikolai Kinski, Mathilde Bisson, Claudette Walker, Frans Boyer.

Drama. 115 minutos.