Así es «Motomami» de Rosalía, canción a canción

Javier Becerra
Javier Becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Gustavo Valiente | Europa Press

Hoy se edita el disco nacional más esperado del año. Un puzle de estilos en donde la catalana se reafirma como la gran artista del momento

18 mar 2022 . Actualizado a las 20:07 h.

Hoy es el día R. Motomami el tercer álbum de Rosalía sale a la venta. Se trata del lanzamiento más esperado del pop nacional de este año. También sobre el que más expectativas existen. Precedido de cuatro adelantos -a cada cual más sorprendente, a cada cual con más división de opiniones como respuesta- aparece ahora como un puzle exuberante de estilos que confluyen en una idea de la música totalmente radical y personal. Este es el disco, tema a tema. 

1. Saoko

Ya conocida por adelantos previos, Saoko inaugura el álbum con un mensaje claro: «Yo soy muy mía / yo me transformo». Lo hace sobre una trepidante base de electrónica obsesiva. También, un ritmo machacón con miradas al jazz. E, incluso, un sorprendente paréntesis pianístico que descoloca totalmente la escucha. «Si eres la pámpara, nadie te puede parar», proclama. Abre un disco plagado de sorpresas, transformaciones y todo tipo de piruetas.

2. Candy

Rebajando el tono y encogiéndose, aparece la voz lírica de Rosalía: bonita, emotiva y cautivadora. En tonos más suaves, el ritmo reguetonero se difumina y se concreta al gusto. Lo hace sobre aires de r&b y atmósferas de confusión. «Así tú te prendaste de mí el día que te conocí», canta melancólica. Ojo, que en la autoría de la canción aparecen hasta 11 nombres. La multiautoría es una constante durante todo el trabajo.

3. La Fama

Primer adelanto del disco junto a The Weeknd. Aquí se mete en las sinuosos caminos de la neo-bachata con una pieza que podía haber firmado perfectamente Romeo Santos hace un lustro. Se sirvió con un espectacular vídeo homenaje a Tarantino, en donde la artista luce sencillamente espectacular.

4. Bulerías

Para los que echan en falta los orígenes flamencos de Rosalía aquí se encuentra esta pieza, en la que dice «estar igual de encantadora con un chándal de Versace que vestida de bailaora». En su tramo central incluye un homenaje a la tradicional La niña de fuego. El final es apoteósico.

5. Chicken Teriyaki

Otra conocida y que ha dado mucho que hablar, con mofas de todo tipo hechas por sus detractores. Pieza pensada para terminar en un móvil siendo una coreografía de Tik Tok, descoloca por su supuesto absurdo, se mete en el cerebro del oyente y, una vez dentro, no sale. Ultrapegadiza. De las que uno se sorprende tarareándola por la calle de manera inconsciente. 

6. Hentai

Una de las más bonitas del disco. Una especie de Billie Holiday del siglo XXI se desliza sobre la delicadeza de un piano, recreándose en el deseo y la ausencia del amante. Incluye los versos «un diamante en la punta / siempre me pone / por delante de esas putas», que han despertado criticas en las redes sociales por machistas. La resolución de la composición, con una metralleta de electrónica al más puro estilo Björk, es sensacional.

7. Bizcochito

Los que afilaron el cuchillo y el sarcasmo con Chicken Teriyaki tienen aquí un festín. Tema divertido y acelerado con una atmósfera de videojuego casi infantil, es un corte adhesivo en el que La Rosalía saca pecho: «Tengo hits porque yo senté las bases». Lo lógico es que esto se baile y se baile durante los próximos meses. 

8. G3 N15 

Otra pieza preñada de belleza con la temática de la pandemia de fondo. Nostalgia infinita por la separación de su familia, de nuevo afila la voz y la pende de ese frágil hilo suyo que acaricia el corazón. «Esto no es el mal querer, es el mal desear /esto es un sitio el que no te llevaría, aquí nadie está en paz, estrellas de mármol cortadas en el suelo», canta desde Los Ángeles justo antes de elevarse en un sonido entre el soul, la copla y esa electrónica tipo James Blake que tanto le gusta. 

9. Motomami

El tema titular arranca diciendo: «A cada copia que ves tú dale tu bendición / Yo no quiero competir si no hay comparación». Y lo lleva -de nuevo recordando a Björk- a una fiesta de onomatopeyas imposibles. Un juguete de apenas un minuto.

10. Diablo

Vuelven las bases reguetoneras, aparece el autotune infantilizado y resurge el carácter flamenco en ráfagas de electrónica (aparece James Blake en la firma).

11. Delirio de grandeza

Viaje retro al mundo del bolero, versionando un clásico de Carlos Querol con el sonido arrugado de una orquesta de época, hasta que irrumpe un rapeado en bucle. Se trata de un sample de Delirious de Vistoso Bosses con Soulja Boy.

12. Cuuuuuuuuute

De nuevo, la mente viaje a la Björk más experimental, aquí con toques tropicales que parecen sacados del carnaval de Río de Janeiro y un viraje melódico inesperado del que surgen «mariposas sueltas por la calle».

13. Como un G.

Otra pieza encogida a piano donde se percibe la mano de James Blake y en la que Rosalía despliega versos como «al amor con amor se paga». El tema evoluciona hasta hundir la voz en el piano de un modo sobrecogedor. Una de las piezas más emotivas del disco. 

14. Abcdefg

Un divertimento. Paréntesis en el que Rosalía recita el particular abecederario de Motomami.

15. La combi Versase

Un tema que habla de salseros y la Fania Allstars, invoca todo un imaginario de música latina junto a la rapera dominicana Tokischa y lo lleva a una callejón oscuro de electrónica opresiva y ritmos reguetoneros. Conecta con Saoko y, como aquella, abruma. 

16. Sakura

Junto a La fama, la única canción del disco con letra íntegra de Rosalía. Trata sobre el vértigo de la artista en las alturas del éxito. «Ser una pop-star nunca que dura», canta y proclama cosas como «la que sabe que estoy en esto para romper» y «solo hay riesgo si hay algo que perder». Los aplausos insertos le dan el tono solemne final.