Mikel Erentxun: «La verdad es que lo que menos me gusta de los discos de Duncan Dhu es mi voz»

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Mikel Erentxun
Mikel Erentxun

El artista actuará en Vigo revisando los temas de «Amigos de guardia»

18 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En el 2020 Mikel Erentxun (Caracas, 1965) tenía la intención de hacer un concierto especial con invitados para celebrar el 35.º aniversario de la grabación de Por tierras escocesas (1985), primer álbum de Duncan Dhu. La pandemia frustró ese proyecto. Pero en este caso no para desaparecer, como ocurrió en tantos otros, sino para mutar. «La cosa devino en un disco grabado en estudio y que repasase por primera vez mis 35 años de carrera —explica el músico—. En él los invitados elegían las canciones, dando una fotografía de mi carrera mucho más realista». Se refiere a Amigos de guardia (2021). El próximo 25 de febrero tocará muchas de esas canciones en Vigo, (Auditorio do Mar, 21.00 horas, entradas a partir de 17 euros).

—Aparece desde Bumbury, que podría ser un compañero generacional, hasta Amaia, el nuevo pop español. ¿Es una fotografía totalmente transversal?

—La idea y el proyecto es mío, la compañía no ha metido baza. He llamado a la gente que admiro, artistas que escucho. Hay un poco de todo. Desde Calamaro, Bumbury o Iván Ferreiro, que son más o menos de mi quinta, a gente más joven como Viva Suecia, Abraham Boba o Annie B. Sweet.

—Hay un personaje muy singular ahí: Diego Vasallo. ¿No es paradójico recurrir a un excompañero en un disco de duetos?

—Para mí era fundamental que estuviera. Era una especie de permiso que legalmente no necesitaba, pero sí en un nivel moral. Estaba hincando el diente al repertorio de Duncan Dhu y ahí no estaba yo solo. Necesitaba que a Diego le pareciera una buena idea, cosa que ocurrió. Fue el primero al que se lo comenté. Le gustó y luego surgió la complicidad de participar. Además, tuvo el detalle y el buen gusto de elegir una canción de mi repertorio y no del de Duncan Dhu.

—¿Es verdad que le cuesta escuchar su voz de joven?

—Sí. De hecho, muchas canciones de este disco me apetecía volverlas a cantar porque no me gustan nada las versiones originales, desde un punto de vista vocal. En su momento me gustaban pero, según han ido pasado los años, cada vez me identificaba menos con los primeros registros de mi época como cantante. Bueno, el primero de todos, En tierras escocesas, curiosamente me gusta. Pero luego ha ido derivando en algo con lo que no me identifico hoy en día. La verdad es lo que menos me gusta de los discos de Duncan Dhu es mi voz.

—¿Le ocurre incluso en «Autobiografía» (1989), considerado la cumbre de Duncan Dhu?

—Sí [risas]. Fíjate que es un disco que yo también creo que es el más importante que haya grabado nunca. Me gustan las composiciones, las letras, la producción, los arreglos, el sonido y cómo ha envejecido. Todo está bien, excepto mi voz. No es que esté mal cantado, pero para mí es lo que más chirría de ese disco.

—¿Entiende que sus seguidores opinen totalmente diferente?

—Claro. Una vez leí que John Lennon decía que no le gustaba mucho su voz, fíjate. Y a mí me parece uno de los mejores cantantes que hayan existido nunca.

—En entrevistas recientes ha hecho referencia a cierto desfase de drogas, sexo y rock n’ roll. Choca con su imagen sobria.

—A ver, eso se exageró un poco y se sacó de contexto. Pero sí que es cierto que a finales de los ochenta y primeros noventa fue una época un poco loca, si se puede llamar loco a eso. Fue un momento de éxito, fans, camerinos y se podría decir que un poco de maldad. Pero evidentemente no éramos Led Zeppelin.

—Después de aquello, lo suyo es ya un oficio. ¿Cómo lo desarrolla?

—Lo veo así: un oficio al que me dedico con mucho gusto, pero en el que invierto unas horas al día y por él obtengo un dinero. Tengo la suerte de que es mi gran pasión. Esto, si te gusta, es perfecto. Pero es muy sacrificado. Por ejemplo, a nivel personal pasas mucho tiempo fuera de casa. A mí me costó un divorcio. No supe manejar bien la vida familiar con el éxito. Ahora llevo una relación mucho más larga. Se aprende de los errores cometidos.