«El buen patrón» se alza como gran vencedora en una noche que dejó un cierto margen al reparto

Iker Cortés MADRID / COLPISA

CULTURA

El director Fernando León de Aranoa y el actor Javier Bardem posan con las estatuillas logradas en la gala de la 36.ª edición de los Goya.
El director Fernando León de Aranoa y el actor Javier Bardem posan con las estatuillas logradas en la gala de la 36.ª edición de los Goya. Biel Aliño | Efe

La cinta de Fernando León, con veinte nominaciones, obtiene seis premios, «Las leyes de la frontera» recibe cinco «cabezones» y «Maixabel», tres. Almodóvar se va de vacío

13 feb 2022 . Actualizado a las 02:29 h.

Fue una gala de lo más repartida. Sí, El buen patrón se erigió como la gran vencedora de la noche, con seis galardones, entre ellos el de mejor película, dirección, guion original y actor protagonista, pero lejos de las veinte nominaciones que había recibido. Fernando León de Aranoa, su director, se resarcía así del varapalo que supuso el pasado martes descolgarse de la carrera hacia el Óscar en el último momento.

Los académicos optaron como la gran película del año por esta sátira acerca de las relaciones laborales y la falta de conciencia de clase obrera protagonizada por Javier Bardem en el papel del responsable de una empresa de balanzas dispuesto a todo por recibir un premio. «Gracias, Fernando, por escribir un personaje tan rico en matices y tan divertido. Los viajes que hacemos juntos son hermosos e inspiradores», dijo el actor que recibía el sexto Goya de su carrera. Dedicó el galardón a Penélope Cruz, «la mujer que amo, celebro y respeto todos los días», a sus hijos y a su madre. Su esposa se fue de vacío, al igual que Pedro Almodóvar, pese a que su última película en torno a la memoria histórica estaba nominada a ocho galardones.

Y es que el galardón a la mejor actriz protagonista fue para Blanca Portillo, que encarna a Maixabel Lasa en la última película de Iciar Bollain. La cinta, un drama en el que la directora se ha atrevido a meterse en la cabeza de un etarra arrepentido y una víctima, se hizo con otras dos estatuillas, a mejor actor de reparto, para Urko Olazabal, y a mejor actriz revelación, para María Cerezuela. Pero fueron las palabras de Portillo, que se hacía con su primer Goya, las más emocionantes de la noche en el Palau de les Arts. «Mi amor incondicional por Iciar Bollain, por abrirme tu mundo y tu corazón. Y mi amor incondicional para una mujer que es un monumento al amor, a la generosidad y a la empatía. Gracias, Maixabel Lasa por poner luz en el mundo», dijo quien también dedicó el premio a sus padres y a Juan Mari Jáuregui, «el verdadero protagonista de la película».

Por encima en número de galardones y de forma un tanto sorprendente quedó Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón. La cinta, que recupera el sabor del cine quinqui y estaba basada en la novela homónima de Javier Cercas, se hizo con cinco cabezones, casi todos técnicos, excepto el mejor guion adaptado escrito a medias entre Monzón y Jorge Guerricaechevarría, y mejor actor revelación para el gallego Chechu Salgado.

Mediterráneo, la cinta con la que Marcel Barrena explora la fundación de Open Arms, la ONG de Oscar Camps, se hizo con otras tres estatuillas, a mejor canción original para María José Llergo, mejor dirección de producción y mejor fotografía; y Libertad, de Clara Roquet, se hizo con el cabezón a la mejor dirección novel y a la mejor actriz de reparto para Nora Navas.

En general, fue una gala sobria, en la que el humor brilló por su ausencia. Destacó la intervención de Arturo Valls, Ana Milán y Marta González Vega, coguionista de las últimas películas de Santiago Segura, que acabó asegurando que dar el premio al mejor guion adaptado es la única manera de que una guionista de comedia «toque el galardón» y, en menor medida, la aportación del dúo Pantomima Full. Musicalmente, la gala fue relajada, Leiva y Sabina ofrecieron cierta emoción y Luz Casal elevó el clímax con Negra sombra.

También José Sacristán, Goya de Honor, subió la temperatura, que agradeció la confianza de quienes le dejan «seguir arando, sembrando y cosechando». «Me siento muy orgulloso de ser uno de los doce primeros números de esta noble y esforzada tropa», dijo con la platea en pie.