Maks, el niño que creó las aventuras de T y Ronni durante el confinamiento

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

CULTURA

Maks posa con la careta del cómic con la que sus padres quieren evitar la sobreexposición.
Maks posa con la careta del cómic con la que sus padres quieren evitar la sobreexposición. Xoán Carlos Gil

Fundación Euseino publica el cómic de un estudiante de quinto de primaria

04 feb 2022 . Actualizado a las 23:46 h.

Aún no sabía leer y ya se entretenía con la colección 13, Rue del Percebe de su padre. Cogía el libro y pasaba horas viendo las imágenes. A día de hoy, con diez años y estudiando quinto de primaria en el colegio público García Barbón de Vigo, todavía lo sigue hojeando. «Lo tiene machacado», corrobora su padre Federico Fernández, premio nacional de Ilustración en el 2002. Esa fue la primera relación con el cómic de Maks, nombre no muy diferente al suyo y que tiene como objetivo proteger al menor de sobreexposiciones ahora que publica su primer cómic.

Aventuras espaciais de T e Ronni se presenta en 48 páginas y se fraguó durante el confinamiento, cuando el precoz autor contaba 8 años. Cuenta las andanzas de piratas y viajes espaciales con fantasía y despreocupación sobre la marcha de la historia —que deja en manos del humor— y muestra el gusto por la composición de las viñetas de este precoz artista.

Los dibujos cambian el orden esperado e introducen la sorpresa y detalles cuando menos curiosos, como la existencia de un furancho subterráneo en el espacio. Los protagonistas, un caballero y su escudero, navegan hacia el planeta Tibi y se enfrentan a peligros y situaciones extraordinarias.

«A min o que máis me gusta no mundo é debuxar, ler cómics como Tintín, Capitán Trueno, e tamén ver pelis como Star Wars, de Marvel, Harry Potter, El señor de los anillos e xa está», dice el creador de T e Ronni. Explica cómo ha sido el proceso: «No confinamento, como tiña moito tempo, empecei a pensar, collín unha folla e comecei a debuxar o que se me viña á mente».

No cabe duda de que la profesión de ilustrador de su padre le ha influido decisivamente. Lo veía trabajar durante horas en su estudio, pegado a la mesa. Incluso él mismo dispone de otra mesita al lado para hacer sus pinitos. «Empezó a hacer historietas y se las fui guardando en carpetas. En el año 2019 yo tenía una galería de arte con un colectivo, El Halcón Milenario, hice un exposición con mi obra y, como él había hecho un cómic, se lo edité y le motivó mucho. Le hacía gracia. Después nos confinamos y empezó con esta historia», comenta el progenitor. Federico Fernández, que ha publicado numerosos trabajos con Kalandraka y es profesor de dibujo en la Escuela Municipal de Artes y Oficios de Vigo, le ha echado una mano a la hora de rotular, de maquetar y también en la elaboración de la portada.

Los trabajos de Maks cayeron en las manos de una profesora, Beatriz Fraga, miembro de la Fundación Euseino, que cuenta con dos líneas editoriales, una de filosofía y otra, Onocrótalo, dedicada a la expresión plástica contemporánea. La docente se dirigió a los padres de su alumno para advertirlos de que la historia merecía su publicación.

La presentación al público tendrá lugar en la tarde del viernes 4 de febrero en la sede de esa entidad en Vigo (calle México, 37), a las 19.30 horas. Será la puesta de largo de un artista sorprendentemente precoz.