Pamela Rodríguez: «No existe un cinturón de castidad más efectivo que dar la teta»

Javier Becerra
javier becerra REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

La cantante y escritora Pamela Rodríguez
La cantante y escritora Pamela Rodríguez MARCOS MÍGUEZ

Peruana afincada en Galicia, la cantante que optó a dos Grammy Latino y es sobrina de Mario Vargas Llosa debuta en las letras con «Desmadre». Se trata una novela en la que muestra el otro lado de la maternidad de ensueño

20 ene 2022 . Actualizado a las 16:28 h.

El amor en tiempos de Tinder puede llevar a una peruana, Pamela Rodríguez (Lima, 1983), a dirigir su radar a 9.273 kilómetros y contactar con un coruñés. «Es que acá hay tíos muy guapos. Hay algo en la sangre celta que me tira», se ríe. Así fue como conoció a su actual marido, el emprendedor Ton Pernas, hijo del diseñador Antonio Pernas. Es el padre de su segunda hija y, desde hace año y medio, viven todos juntos en Cambre (A Coruña). El romance, el embarazo y, sobre todo, la crianza posterior son la materia prima de Desmadre (Contraluz), debut en las letras de esta cantante nominada dos veces a los Grammy Latino. Sobrina de Mario Vargas Llosa, se trata un rostro habitual de la prensa social de Perú, hasta el punto de ser portada del Hola! o convertir en noticia su embarazo.

Desmadre se mueve en el terreno de la autoficción. Pamela se llama Camila y Ton, Juan. Conforman el segundo matrimonio de la protagonista. «La realidad supera a la ficción, porque la verdad es que me he casado cuatro veces. ¡Soy la Liz Taylor peruana!», suelta entre carcajadas antes de resumir su filosofía de vida: «No le pido al amor lo que no da. Tengo toda una vida. No soy monógama ni polígama, sino una monógama serial». Esta circunstancia ha generado que su particular relato vital derive en lo que su editorial llama «una visión transgresora sobre la maternidad y el amor». Ella lo matiza: «Se trata de una maternidad de esos tiempos, abierta y sincera. Las familias hoy son como un juego de Lego que se arma de una forma y luego de otra. El árbol genealógico se ha transformado una enredadera».

El relato se mete de forma muy poco pudorosa en las luces y sombras de una relación que arranca tan explosiva —con erotismo on-line primero y real poco después— que en las primeras páginas del libro puede dar pie a que el lector piense que se encuentra ante otra cosa. «Es cierto que el libro comienza como una novela erótica», explica la autora. Pero gira el timón rápidamente cuando ese frenesí sexual deriva en un embarazo. «Toda esa carga erótica me sirve para ahondar en la complejidad que surge cuando llegan los niños. Porque eso supone un "Chao, adiós a todo tu erotismo". El desmadre también es eso, una relación que empieza con fuego y más fuego hasta que, de pronto, las hormonas del embarazo van a haciendo lo suyo y la transforman en otra cosa».

 Pamela Rodríguez
Pamela Rodríguez MARCOS MÍGUEZ

Ese lugar queda lejos de la armonía con la que se suele retratar el embarazo. En las páginas de Desmadre no hay escenas rosas de placidez con la mano sobre la barriga sintiendo las pataditas del retoño. «No, esto no es una dulce espera —señala—. ¿Tener un niño es una bendición? A veces lo sientes, pero otras querrías renunciar a todo. No hay nada más machista que la hipocresía alrededor de la maternidad. Desmadre, en ese sentido, es un libro protesta y feminista».

La espera de su novela es la de una mujer que primero pasa una fase de hipersexualidad («me veía como la diosa del sexo») y, luego, siente un rechazo radical por la misma pareja, cuyo olor le produce náuseas. Se trata de la antesala de la parte más importante del libro, una visión cruda —aunque no exenta de humor— de la crianza en la que el amor y la frustración se dan la mano, en la que la emoción de ser madre convive con los pezones doloridos y donde la libido sexual baja tanto que aparecen los orgasmos fingidos. «Me deberían dar un Óscar por ello», bromea.

Defensora a ultranza de la lactancia materna, admite con ironía que «no existe un cinturón de castidad más efectivo que dar la teta». Además del dolor de las mamas, «la vagina no lubrica y cierra como una tenaza disecada de cangrejo», relata exponiendo con pelos y señales todas las dudas y conflictos domésticos que causa el hecho de ser madre. «Tienes dos pechos hipersensibles repletos de leche que como los aplastes podrían explotar. Hablamos siempre de lo dulce que es arrullar a un bebé, pero poco de la irritabilidad nerviosa que sentimos cuando llora en exceso», añade. En Desmadre se escribe de todo ello con nitidez y sin edulcorantes mostrando un lado generalmente oculto.

Vocalista de Los Pilotos

Pamela Rodríguez, que ya prepara nuevo libro, sigue con su actividad musical que ya dio frutos en el pasado con discos como Reconocer (2011) y Pamela Rodríguez y FFAA (2017). Además de grabar una versión de El pensamiento circular de Iván Ferreiro, recientemente se ha enrolado en Los Pilotos, la banda paralela de Florent y Banin, componentes de Los Planetas. De hecho, la semana pasada el segundo se desplazó a Galicia para preparar lo que será el próximo disco del grupo. Esperan editarlo este mismo año