Brais Rodríguez entra en el Prado

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

CULTURA

El dibujante boirense Brais Rodríguez -que viajará becado a Roma el año próximo para desarrollar su proyecto creativo «StillLife»-, flanqueado por dos láminas del fanzine que realizó por encargo para el museo del Prado.
El dibujante boirense Brais Rodríguez -que viajará becado a Roma el año próximo para desarrollar su proyecto creativo «StillLife»-, flanqueado por dos láminas del fanzine que realizó por encargo para el museo del Prado.

El dibujante reflexiona en un fanzine para el museo sobre el valor de las imágenes

21 dic 2021 . Actualizado a las 19:35 h.

Lleva dos decenios tratando de abrirse camino en el mundo de la ilustración, autoeditando buena parte de sus historias a través de la serie Carne líquida. Hace tres años, una de las principales líneas de trabajo de Brais Rodríguez Verde (Boiro, 1980), consistente en la manipulación de grabados y la aplicación de la técnica del colaje, llamó la atención de los responsables del Museo Nacional del Prado y fraguó una colaboración que ha derivado en el lanzamiento del fanzine La era de las imágenes desaparecidas.

La obra tiene como punto de partida el Álbum de estampas como modelos para el aprendizaje artístico, reunidas por Juan Clemente Brignardelli, 114 páginas de gran formato que reúnen adheridas 420 estampas. El libro, del siglo XIX y que perteneció a un profesor de dibujo, fue adquirido por el museo en el 2017 a Caylus Anticuario. Rodríguez hiló su propia historia, jugando con el deterioro, por su uso diario, de las estampas: «A través da manipulación dixital dos gravados que aparecen no libro, xogo coa idea da distorsión ata a desaparición desas representacións iniciais, como se fora unha pandemia que afecta ás imaxes».

El creador barbanzano asegura que en el momento en el que recibió las reproducciones de las hojas del Álbum de Brignardelli supo cuál era el enfoque que daría a su trabajo: «É un libro antigo e presenta polo tanto varias manchas propias do paso do tempo e tamén se poden ver as follas gastadas. Quixen imaxinar o que pasaría se todo este deterioro fora máis acusado, se se perderan esas imaxes orixinais».

Brais Rodríguez, que dio sus primeros pasos en el campo artístico en el marco de Leñaverde —un programa cultural impulsado por el Concello de Boiro que sirvió de punto de partida a numerosos artistas locales— y posteriormente se licenció en Belas Artes por la Facultade de Pontevedra, admite que el encargo que recibió del museo del Prado es un sueño hecho realidad: «Un traballo desta envergadura resulta moi motivador, pois vén avalado por unha gran institución de carácter internacional, pero tamén supón un importante reto». En la mañana de este lunes se presentó al público en el Gabinete de Dibujos y Estampas de la pinacoteca pública madrileña.

El lanzamiento de este fanzine, del que se publican medio millar de ejemplares, no es el único espaldarazo que ha recibido el dibujante boirense en los últimos tiempos. Y es que Brais Rodríguez también resultó adjudicatario de una beca que concede la Academia de España en Roma, adonde viajará el año próximo para desarrollar su proyecto StillLife. Explica que representa una línea de trabajo completamente diferente a la que emplea en la obra auspiciada por el museo del Prado: «Neste caso —matiza—, trátase dun cómic no que eu realizo os debuxos».

El origen es una historia corta que el artista puso en marcha hace un par de años. Por aquel entonces, sacó a la luz una autoedición de un centenar de copias, pero ya tuvo claro que había serias opciones de ampliación. Fue con ese convencimiento que decidió concurrir a una beca cuya consecución califica de auténtico regalo: «É unha sorte ter a posibilidade de estar traballando uns meses nunha cidade como Roma, tan vinculada ademais ao universo da arte».

Este proyecto no solo supone un giro a nivel técnico, sino también temático. La fuente de inspiración es el bodegón, un género que, según reconoce, siempre le ha fascinado: «É unha imaxe capaz de deter o tempo. A froita dura uns días, pero a súa representación plástica permanece, algo que tamén pasa coa vida, porque as imaxes mantéñennos sempre novos e vivos». A través de viñetas inspiradas en esa eternidad de los bodegones, Rodríguez narra en StillLife la historia de una pareja que está encerrada dentro de un cómic.

Aunque estos son los dos grandes proyectos en los que está inmerso actualmente, el dibujante gallego mantiene la que es su principal línea creativa: Carne líquida, una serie que le permite realizar historias cortas, siempre autoeditadas. «Controlo todas as fases, desde a primeira idea ata a súa publicación, coa liberdade de facer o que realmente quero», asegura. Incluso se encarga personalmente de la venta, recurriendo a tiendas y ferias: «É algo que me gusta», corrobora.

Antonio de Urbina, director de la galería Caylus y coeditor del fanzine «La era de las imágenes desaparecidas», el autor, Brais Rodríguez, y José Manuel Matilla, jefe de conservación de dibujos y estampas del Museo del Prado.
Antonio de Urbina, director de la galería Caylus y coeditor del fanzine «La era de las imágenes desaparecidas», el autor, Brais Rodríguez, y José Manuel Matilla, jefe de conservación de dibujos y estampas del Museo del Prado. José Baztán | Museo del Prado

«Una alegoría de los miedos y los riesgos que experimentan las sociedades ante lo desconocido»

«Este fanzine se ha convertido, sin pretenderlo, en una alegoría de los miedos y los riesgos que las sociedades experimentan ante lo desconocido. Guardada la edición en cajas desde diciembre del 2019; su tardía presentación, dos años después, simboliza la luz al final de oscuro túnel que nuestra sociedad está atravesando», celebró este lunes José Manuel Matilla, jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo del Prado —que aparece a la derecha de la imagen, posando junto a José Antonio de Urbina, director de la galería Caylus y coeditor del fanzine La era de las imágenes desaparecidas, y el autor, Brais Rodríguez. foto José Baztán Museo del prado