En los primeros momentos de la venta, hasta ocho personas estaban pujando por ella, tanto por teléfono como en la sala de Christie's en Nueva York, y finalmente alcanzó los 62 millones de dólares de precio de martillo para llegar a un monto total de 71,3 millones de dólares, notablemente por encima de los 40 millones que había estimado la casa de subastas.
Tampoco se quedó corta una segunda obra de Van Gogh, Jeune homme au bleuet, pintada en junio de 1890 pocas semanas antes de morir, que sextuplicó los cálculos de los expertos al alcanzar los 46,7 millones de dólares tras una larga batalla entre varios compradores en Nueva York y Hong Kong.