El creador de la «Divina Comedia», en Compostela

Antonio Costa Gómez

CULTURA

08 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Te lo conté en el balcón. En el Paraíso Beatriz dice entusiasmada: «Mira, mira, ese es Santiago, el hombre por el cual uno viaja a Galicia». Y en la Vita Nuova dice Dante: los únicos peregrinos son los que van a Santiago de Galicia. Dante soñaba en Compostela.

Beatriz es una mujer fuerte y viva. Y la Divina Comedia es el gótico en literatura. El gótico fue el entusiasmo de la vida y las visiones sin ataduras ni rigideces. Te lo dije en el balcón. Abajo está el Infierno con sus visiones furiosas, luego viene la purificación y después la gloria. Pero el Paraíso sería aburridísimo si antes no estuviera el infierno. El infierno con su resplandor y sus llamas es lo que da su intensidad al Paraíso. Como decía William Blake: las bodas del cielo y del infierno. O un soneto de Shakespeare: destilar el infierno.

Te lo dije. El Pórtico de la Gloria es una obra protogótica. También abajo están los monstruos, uno con la boca tan abierta, para dar aliento al mundo. Si el Apóstol y los profetas están tan vivos es porque toman su vida de los monstruos de abajo que lo levantan todo. Y arriba están mujeres intrépidas: Judith, Esther, la reina de Saba.

En París se coció el gótico en Notre Dame. Dante fue a París a principios del siglo XIII, el maestro Mateo se supone que estuvo antes. Las gárgolas son el ímpetu demoníaco y rebelde del gótico. Y culminan en la pasión extremada del rosetón de María. Notre Dame comenzó en 1163 y a comienzos del siglo XIII estaría bastante avanzada. El gótico surgió en París entre estudiantes, filósofos, músicos llenos de rebeldía y de entusiasmo vital, que rompen rigideces y sueltan la vida y la llama.

Cuando estaba en Florencia fui a la pequeña iglesia donde Dante se enamoró de Beatriz. Todo estaba en silencio, en una caja había unos restos que se suponía que eran Beatriz. Beatriz es una mujer fuerte que inspiró la obra más visionaria del mundo. Y una gloria hecha de fuego. Fue una mujer llena de irradiación. Porque fue capaz de provocar esa obra potente y vertiginosa. Cuando vivía en Compostela daba miles de vueltas por las calles de piedra y acababa a menudo en el Pórtico de la Gloria. Entonces estaba tenue y matizado, no lo habían «restaurado» aún con esa estridencia de ordenador de alta fidelidad. Y expresaba la pasión creadora, la búsqueda de absoluto. Cuando paseaba por París iba por la calle Dante, donde Dante vivió. Y allí yo me exaltaba con él y sus demonios. Subía hasta la iglesia de San Esteban y admiraba a Santa Genoveva con su cinturita dinámica. También ella era como Beatriz para entusiasmar.

En realidad Santiago fue el principal apóstol del nuevo testamento. Vio a Cristo de verdad en Tabor, fue el Hijo del Trueno lleno de tormenta viva, fue Jacob que peleaba sin fin con el ángel para que le dijese su nombre, como lo vio Gauguin. Y el Pórtico de la Gloria sería el Evangelio de Santiago, transcrito por el Maestro Mateo. Que dice: toma la energía de las fuerzas que están abajo y concibe una gloria llena de energía y de vida. No una postal para bobalicones. Una paz llena de inquietud como diría Unamuno, un cielo lleno de infierno y movimiento. Y el evangelio de Notre Dame lo confirma. Y el Evangelio de Dante proclama lo mismo.

Pero te conté: Dante dijo en la Vita Nuova: nadie es peregrino de verdad sino el que va a Compostela, allá lejos, a la Gloria. Dante intuía que su gloria rasgaba también Compostela.