Joe Dante: «Gremlins no es mi mejor película, pero es una forma de inmortalidad»

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

CULTURA

Dante mantendrá en Vilagarcía un encuentro con fans antes de recibir el premio honorífico de la 49.ª edición del Curtas Festival do Imaxinario de Vilagarcía.
Dante mantendrá en Vilagarcía un encuentro con fans antes de recibir el premio honorífico de la 49.ª edición del Curtas Festival do Imaxinario de Vilagarcía. Martina Miser

El hombre tras éxitos como «Piraña» y «El chip prodigioso» participa en el festival Curtas de Vilagarcía

09 nov 2021 . Actualizado a las 20:41 h.

Aullidos, Piraña, Gremlins, El chip prodigioso, Pequeños guerreros... Joe Dante (Morristown, Nueva Jersey, EE.UU., 1946) marcó a la generación de los niños de finales del siglo pasado con su maestría para conjugar terror y humor. Desde este jueves, el director y productor participa en el Curtas Festival do Imaxinario de Vilagarcía de Arousa, donde mantendrá este sábado un encuentro con aficionados antes de recibir uno de los premios del certamen. Dante atiende esta charla con el Jet lag y el cansancio de casi 24 horas de viaje desde Los Ángeles todavía encima.

—Imagino que no será de cenar muy tarde ni le hará mucha gracia la lluvia gallega…

—¡Bueno! No sabía que era un lugar en el que lloviera todo el tiempo hasta que llegué aquí. Pero de momento no ha llovido.

—¿Qué hace un director consagrado de Hollywood en un pequeño festival fantástico en la tierra del fin del mundo?

—¡Bien, no creo que sea el fin del mundo exactamente! Está a solo una hora de vuelo de Madrid [ríe]. Conocí en el Festival de Sitges a mi amigo Luis [Miguel Rosales, director del Curtas], me habló de este festival y de cómo funcionaba. Me gustó. Él me cayó bien porque tiene mucho carisma... Y vine.

—La saga «Gremlins» es el gancho de cabecera este año del Curtas. Un ser encantador que al reproducirse se convierte en otro gamberro, cuando no demoníaco. Lo mejor y lo peor de la misma especie. Suena a otro tipo de animal que todos conocemos bien…

—[Carcajada] No era la intención.

—Pirañas, gremlins, guerreros en miniatura… Pequeños seres o personas diminutas que la lían parda. ¿Hay un mensaje detrás o pura casualidad?

—Me gustaría decir que hay algún tipo de conexión, pero realmente solo obedece al tipo de películas que quiero hacer.

—A su terror nunca le faltó el humor. ¿Cree que esa ha sido la clave de su éxito?

—Bien. Yo creo que las películas de terror funcionan mejor si la gente está relajada y menos preparada para asustarse, por lo que un poquito de humor nunca viene mal para conseguirlo.

—¿Qué supuso para usted la saga Gremlins, tanto a nivel personal como profesional?

—Si no fuera por Gremlins no tendría una carrera en la que seguir [risa]. No considero que sean mis mejores películas, pero sí son las más populares.

 —Desde luego, han pasado a ocupar un lugar destacado en la historia de mucha gente. ¿Qué se siente al saberse un autor que ha dejado una huella tan profunda en la infancia de toda una generación?

—Es muy agradable ver cómo gente que fueron niños y crecieron con esas películas ahora que tienen sus propias familias se las muestran a sus hijos. Es una forma de inmortalidad.

—¿Le habría gustado contar en aquellos años 80 con los efectos especiales que hoy tienen las grandes producciones del género?

—Los efectos que hay ahora disponibles son impresionantes. Fue difícil hacerlo sin esos efectos especiales de los que se disfruta hoy en día. Habría sido ciertamente diferente. Para filmar los gremlins tuvimos que usar titiriteros que manejaban los muñecos y esconderlos detrás de paredes, de cartones y usar toda clase de trucos para que los titiriteros no se vieran en la película. De haber dispuesto de los efectos especiales que hay hoy, no habríamos tenido tanto trabajo.

—¿Cuál ha sido la idea más loca que se le ha pasado por la cabeza pero nunca pudo llevar a la gran pantalla?

-En realidad, lo que quería hacer ya lo hice en la segunda película de Gremlins. Entonces me dejaron hacer lo que quisiera, y realmente hice lo que quise [ríe].

«El asalto al Capitolio me conmocionó bastante, pero más que no se hiciera nada»

Dante no es tan pesimista sobre el futuro del cine ante el empuje del consumo en pantallas pequeñas como frente al futuro de la humanidad.

—¿Qué opinión le merece la proliferación del consumo de producción audiovisual en la pequeña pantalla? ¿Puede acabar matando al cine?

—Es parte de los cambios del mundo. Es muy cómodo tener la oportunidad de ver las cosas en la pantalla de tu televisión. Pero aunque tengas la oportunidad de ver películas más rápido y más cómodamente, es una pena perder la reacción de verlas en la gran pantalla, en el cine. Creo que siempre va a haber futuro para el cine, porque a la gente le gusta que le cuenten historias. Pero sí es cierto que la industria del cine va a ir cambiando y no va a ser la misma que en el pasado.

—En enero, a muchos de los que vimos el asalto al Capitolio por los seguidores de Donald Trump nos pareció más una película de terror que algo real. ¿Cómo lo vivió usted?

—Estaba bastante conmocionado. Y el hecho de que no se hiciera nada al respecto fue incluso más inquietante.

—Viendo cómo avanza este mundo, ¿caminamos hacia un apocalipsis zombi de horror o hacia ese lugar de luz y tolerancia que anidaba en los chavales de «Exploradores»?

—Me temo que no tengo mucha esperanza en el futuro. Y viendo los acontecimientos que están ocurriendo en el mundo, no pinta bien.