Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero: «Lo nuestro es la novela comercial de calidad y que nadie se aburra»

Héctor J. Porto REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero, este sábado aún en plena resaca de su triunfo en el Planeta.
Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero, este sábado aún en plena resaca de su triunfo en el Planeta. Q. García | Efe

Los tres guionistas tras el seudónimo Carmen Mola, que ganaron el premio Planeta del millón de euros con su novela «La bestia», apuestan por priorizar la trama

17 oct 2021 . Actualizado a las 10:44 h.

Corrían ya en la madrugada del sábado por las redes sociales los chistes del estilo «Carmen molaba». Una vez superada la sorpresa de saber que Carmen Mola no solo tenía un rostro que no era femenino sino que eran tres los autores que se ocultaban tras la joven pero exitosa marca, algo de la magia que rodeaba aquel misterio se esfumó. Ellos, los guionistas Agustín Martínez (Lorca, 1975), Jorge Díaz (Alicante, 1962) y Antonio Mercero (Madrid, 1969), son personas inteligentes y contaban con eso. Pero aun así se habían decidido. Estaban hartos de mentir, dicen medio en broma medio en serio, y «si había que salir del armario qué mejor que hacerlo por la puerta grande» con su novela La bestia y el triunfo en el premio Planeta en su 70.ª edición, que resultó además ser el que inaugura la bolsa del millón de euros.

Pregunta. ¿Cómo se da el salto de las andanzas actuales de la inspectora Elena Blanco al Madrid del cólera?

Agustín Martínez. La pandemia nos invitó a mirar el pasado. Nos juntábamos e imaginábamos el nuevo libro. Nuestras novelas hablaban del presente, pero en ese momento ninguno sabía cómo iba a ser Madrid, España, el mundo... en unos meses. Ante esa incertidumbre nos planteamos jugar con una historia del pasado. Así empezamos a escarbar en el Madrid del siglo XIX, el del cólera. El clero le reprocha al pueblo llano que el cólera es un castigo divino por haber dado la espalda a Dios. Y el pueblo cree que los curas están envenenando el agua de los pozos y las fuentes de Madrid. La plebe estalla contra los curas, desbocada por la impotencia de ver como la gente se muere. El caos asola la ciudad. El pueblo se amotina y arrasa los conventos.

P. Y se produce una matanza.

Antonio Mercero. Sí, es un episodio brutal. Sucede en el verano de 1834. Asesinan en un solo día a 80 frailes de varias congregaciones. La que más sufre es la de San Francisco el Grande. Ocurrió durante la regencia de María Cristina y la primera guerra carlista.

Jorge Díaz. Pero el cólera, la matanza y el Madrid del siglo XIX son solo el escenario. La trama gira alrededor de unas niñas que aparecen muertas, de un asesino de niñas.

P. Ahí está el factor Mola.

Ag. M. Los tres amamos a Dickens. Fue ahí cuando a Antonio se le ocurrió idear cómo sería Dickens pasado por la trituradora de Carmen Mola. Qué pasaría con la historia de un huérfano en el siglo XIX pasada por una situación extrema: una niña sola en una ciudad terrorífica.

P. Dickens hacía alta literatura con materiales populares y dirigida a un público popular.

Ag. M. Es alta literatura, pero tiene vocación de entretener, una combinación exitosa.

P. Como guionistas es evidente que deben pensar en el público, ¿como escritores piensan en el lector?

Ag. M. Pensar en el lector al escribir es inevitable. No tiene que ver nada con la alta o la baja literatura, sino con que la historia que estás escribiendo es para que alguien la lea. No escribes la novela para quedártela en casa.

P. Como si fuera un folletín.

A. M. El folletín tiene muy claras las clases sociales. Es un mundo muy negro, donde los pobres eran pobres de solemnidad, miserables. Y en las clases altas, a veces, hay algunas almas piadosas pero en ellas suelen anidar los villanos. Esa dinámica de lucha de clases nos gusta especialmente para la narración, y está presente en esta novela.

P. Favorece la trama...

J. D. El motor más importante de nuestra novela es la trama. Debe ser primero entretenida, y después ya vamos a tratar de escribirla lo mejor posible. Pero es primordial que sea entretenida, que se lea muy bien, que te lleve de una página a la siguiente. No sé si a eso hemos de llamarlo alta literatura. Yo siempre lo llamo novela comercial de calidad. Nuestro gran objetivo es que nadie se aburra.

A. M. Si esto fuera una lucha dialéctica entre tramistas y prosistas, nosotros somos tramistas. Pero no quiere decir que desdeñemos la buena prosa. Nos gusta y sabemos escribir buena prosa e intentamos hacerla. Entre el lector está ganando cada vez más terreno la novela con trama. Y nosotros se la queremos hacer bien, agarrarlo por el pecho y que no suelte la novela, nunca. Eso significa que esta novela es una propuesta menor, entiendo que no. Creo que es una propuesta alta, aunque el concepto alta literatura me suena pomposo. Yo no lo diría así. Es una novela entretenida pero de calidad y que intenta estar lo más cerca posible del lector.

«Carmen Mola seguirá, nosotros somos ella»

Los guionistas y amigos Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez colaboran desde hace 20 años y juntos o separados están detrás de la escritura de series como Hospital central, Monteperdido, Hache, Sin tetas no hay paraíso, Crematorio y Víctor Ros. Asumen que el crimen de las niñas decapitadas, si no fuese por el siglo XIX, podría ser un caso para la inspectora Elena Blanco, protagonista de la crudelísima pero exitosa trilogía integrada por La novia gitana (2018), La red púrpura (2019) y La nena (2020). La bestia empieza con una cabeza rodando por el suelo embarrado, lo que es una advertencia de que no ahorrará truculencias. Pero este fichaje espectacular del trío por Planeta, aseguran, no significa que aquella aventura haya finalizado: «Carmen Mola va a seguir, nosotros somos ella. Y, por supuesto, Elena Blanco, también, no ha muerto. Está muy viva», tratan de tranquilizar a sus fans, que habrán de continuar buscándola en Alfaguara, sello que pertenece al conglomerado rival de Planeta, Penguin Random House.