Abdulrazak Gurnah, un Nobel de Literatura desde la mirada del desarraigo africano

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Gurnah posa en su casa de Kent, Inglaterra, este jueves, tras ganar el Nobel de Literatura.
Gurnah posa en su casa de Kent, Inglaterra, este jueves, tras ganar el Nobel de Literatura. HENRY NICHOLLS | Reuters

La Academia Sueca distingue al autor tanzano, afincado en el Reino Unido y que ha hecho del inglés su lengua de creación

07 oct 2021 . Actualizado a las 17:46 h.

Con la concesión este jueves del Premio Nobel de Literatura a Abdulrazak Gurnah, nacido en Zanzíbar, Tanzania, la Academia Sueca vuelve a mirar hacia África. No lo hacía desde el 2003, cuando lo ganó el sudafricano J. M. Coetzee. Es una mirada pasada por el filtro del impacto del colonialismo en las vidas del continente, condicionante sin el cual no se puede entender la trayectoria del nuevo Nobel. Exiliado desde 1968 en el Reino Unido, ha escrito en inglés prácticamente la totalidad de su obra, que examina los clásicos temas que el colonialismo lleva aparejados: desarraigo, dislocación, identidad, hibridación, memoria y trauma. Así lo ha entendido también el jurado del galardón, que en la comunicación del fallo ha destacado la «penetración intransigente y compasiva en los efectos del colonialismo y el destino del refugiado en el abismo entre culturas y continentes» de Gurnah.

Desde muy joven el escritor se ha sentido próximo a las tradiciones literarias que confluyen en su vida. Por un lado, las narraciones de Las mil y una noches y las suras del Corán. Por otro, el largo camino que va desde Shakespeare a V. S. Naipaul, este último, también Nobel. De hecho, Gurnah se ha jubilado recientemente de su puesto como profesor de Inglés y Estudios Coloniales en la Universidad de Kent, que le ha permitido ocuparse académica de otros autores marcados por el colonialismo, como Wole Soyinka y Salman Rushdie, de quien ha editado un volumen de análisis y crítica. Como ellos, Gurnah escribe en la lengua del antiguo Imperio británico, sin alinearse en el debate sobre la elección de lengua literaria tras los procesos de independencia. «Me convertí en escritor casi por accidente. Había cumplido los veinte años, me encontraba en una situación complicada y empecé a escribir sin preguntarme en qué idioma debía hacerlo. Lo hice en inglés porque era la lengua en la que leía», se justifica el Nobel. 

Ida y vuelta

Como su biografía, la obra de Gurnah viaja, ida y vuelta, entre África y otros territorios. Su debut literario, de 1987, Memory of Departure, tiene como telón de fondo una rebelión fracasada, muy al estilo de las que se dieron durante el proceso descolonizador. Al año siguiente publicó Pilgrims Way, una exploración del exilio. Su protagonista debe convivir con el racismo cotidiano que se encuentra en la Inglaterra que lo acoge en una narración que coloca un espejo ante la vida de Gurnah: evoca los conflictos de Tanzania y llega a Canterbury -destino de los peregrinos a los que alude el título-, la ciudad en la que el escritor ejerció como docente. El desarraigo centra su siguiente entrega, Dottie (1990), con una mujer negra en la Inglaterra de los años 50.

Todos estos temas aparecen más tarde, en los libros que confirmaron la proyección de Gurnah, finalista en dos ocasiones del premio más mediático del Reino Unido, el Booker. Paraíso se ofrece como un reverso nativo de El corazón de las tinieblas de Conrad, mientras que la figura del refugiado asume el primer plano en Precario silencio y En la orilla -son estas tres las novelas de Gurnah disponibles en traducción española-, narradas en primera persona. Son personajes que cargan con un pasado traumático, que les persigue en el tránsito a Inglaterra, y se enfrentan al dilema de olvidarlo y reinventarse o, por el contrario, asumir su memoria. Como dice el escritor: «El pasado también es presente. Lo es porque también vivimos en nuestras imaginaciones además de nuestras vidas reales, por lo que el pasado forma parte de un paisaje imaginario que vive en nosotros».

Tan importantes como estos temas es la mirada que los aborda. El Nobel ha destacado que Gurnah se mueve en las coordenadas opuestas del estereotipo y la simplificación, guiado siempre por la búsqueda de una verdad literaria. 

Abdulrazak Gurnah
Abdulrazak Gurnah Nobel Prize

Biografía

Vida y obra marcadas por la emigración y el colonialismo

Biografía y literatura se entremezclan y retroalimentan de forma íntima en la trayectoria de Abdulrazak Gurnah. Nació en 1948 en lo que entonces se conocía como Sultanato de Zanzíbar y que hoy pertenece a Tanzania. Fue la revolución que, tras alcanzar la independencia del dominio colonial británico en 1963, colocó en el poder al presidente Abeid Karume la que obligó a Gurnah a exiliarse por culpa de la persecución de los ciudadanos de origen árabe. El escritor no podría regresar a su tierra natal hasta 1984 para volver a ver a su padre poco antes de morir. 

Sin embargo, su imaginación nunca llegó a abandonar África por completo. Su obra está marcada por las consecuencias últimas del impacto entre dos culturas, la del colonizador y la del oprimido o explotado, sea en el propio continente o en las antiguas metrópolis. En este sentido, las memorias, la personal y la colectiva, son la columna vertebral que sostienen sus libros. «No se trata de memoria en el sentido de un recuerdo literal de algo que me ocurrió a mí o a mi familia», ha explicado Gurnah en entrevistas. Más bien, son emociones, sensaciones, detalles sobre los que construye una verdad, la de la historia, que enraíza con la vida real pero que llega a borrar las fronteras entre una y otra. El escritor lo equipara a lo sueños, «en los que puedes soñar algo que, si nadie te contradice, al final acaba por convertirse en la verdad».

Estas conexiones guardan también relación con el método de trabajo de Gurnah, quien no arranca sus obras a partir de un diseño argumental establecido, sino que se desarrolla por acumulación. La historia nace en su cabeza, donde va madurando poco a poco, casi en la trastienda del cerebro, hasta que llega un momento en que piensa que quizá sea el momento de empezar a tomar notas. Cuando esas anotaciones empiezan a acumularse, entonces una primera escritura desemboca en un borrador sobre el que Gurnah va añadiendo modificaciones. «Tengo más o menos un plan, pero siempre dejo espacio a la aparición de lo imprevisto», detalla.

Gurnah asegura que no le ha supuesto ningún tipo de esquizofrenia literaria su doble faceta como autor y académico. De hecho, son vasos comunicantes que le han permitido mantener ese raro equilibrio entre una creación no condicionada por los análisis de la obra de otros escritores. «No lo vivo como un conflicto. Son actividades bastante distintas, pero en el fondo han se han beneficiado mutuamente», asegura Gurnah, quien maneja etiquetas como poscolonialismo siendo profesor, pero que prefiere, a la hora de crear, liberarse de sus constreñimientos.

Los tres libros del nuevo Nobel traducidos al español

«paraíso»

Un niño al servicio de un mercader en pago de una deuda de su padre

Paraíso es la primera de las tres novelas de Gurnah traducidas al español, en versión de Sofía Noguera para El Aleph (antes Mario Muchnik). Tras tres títulos, supuso la consagración de su autor y fue finalista del Booker y del Whitbread. El protagonista es Yusuf, un niño que entra al servicio de un mercader en pago de una deuda de su padre, emprendiendo un viaje hacia el Congo con la Gran Guerra como telón de fondo.

«Precario silencio»

Luces y sombras de los relatos de un africano exiliado en el Reino Unido

La segunda traducción de Gurnah también figura en el catálogo de El Aleph: Precario silencio, a cargo de Carmen Aguilar. El protagonista es un refugiado tanzano que se construye una nueva vida como profesor en Inglaterra junto a su pareja británica. A ella le cuenta historias edulcoradas sobre África, relatos con los que quiere sepultar su memoria y la de su familia, marcadas por el trauma.

«en la orilla»

El dilema de un refugiado, entre la memoria y el olvido del pasado

En el 2003 Carmen Aguilar repitió como traductora de Gurnah con En la orilla, esta vez publicada por Poliedro. Saleh Omar llega al aeropuerto londinense de Gatwick, dejando atrás una vida en Zanzíbar, que se ha visto obligado a abandonar para convertirse en un refugiado. En Inglaterra conocerá a Latif, una relación marcada por un vínculo de su pasado y que contrapone dos modos muy distintos de afrontar la carga con la que deben vivir.