Las obras en la catedral descubren piezas cortadas en el siglo XVII

Cinthya Martínez Lorenzo
cinthya martínez SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

Las piezas rescatadas pueden verse en la sala de armas del pazo de Xelmírez.
Las piezas rescatadas pueden verse en la sala de armas del pazo de Xelmírez. Xoán A. Soler

Son restos del antiguo coro de piedra y relieves de un pasaje evangélico

01 oct 2021 . Actualizado a las 20:25 h.

La sala de armas del pazo de Xelmírez acoge las piezas descubiertas durante los trabajos de restauración en la cripta del pórtico de la Gloria y la escalinata de acceso a la catedral, llevados a cabo entre los años 2017 y 2021. Entre las más relevantes, las procedentes del antiguo coro de piedra realizado por el taller del Maestro Mateo y unos relieves que representan el pasaje evangélico de la Matanza de los inocentes, además de restos arqueológicos reutilizados, como materiales constructivos y de relleno, de las diversas reformas que se llevaron a cabo en estos espacios.

El arquitecto que elaboró el proyecto y dirigió las obras, Javier Alonso, explica que «los primeros descubrimientos motivaron una excavación arqueológica que ha concluido con el hallazgo de piezas desconocidas hasta ahora». La mayor parte de ellas fueron cortadas en el siglo XVII, cuando se hacían obras simultáneas: desmontando el coro de piedra y elaborando la escalinata. Esta situación propició que algunas partes del coro acabaran en el pavimento. El arquitecto apunta que en la actual restauración se realizó un nuevo suelo «por razones de salubridad», si bien se aprovecharon porciones del original «en el pasaje y en el atrio».

Los restos arqueológicos encontrados ya están expuestos al público. Sin embargo, Daniel Lorenzo, director de la Fundación Catedral, recalca: «Non queremos dar a impresión de que se trata dunha mostra acabada ou dun espazo no que se deixarán estas pezas de maneira permanente». Añade que preparan un lapidario para ellas, «pero agora deberán ser estudadas desde unha perspectiva interdisciplinar». Lorenzo considera estos hallazgos «unha chamada de atención» para que se empiece a estudiar de manera rigurosa y sistemática todo el proceso de restauración de la catedral. Precisamente gracias a este estudio, Alonso confirma que «la fachada principal siempre estuvo en el foso inicial del siglo X», resolviéndose un antiguo debate sobre su localización al principio.