La quinta ola «matounos, pero queremos comer o mundo», asegura Blas Piñón de la orquesta París de Noia

Después de año y medio, la Ciudad de la Cultura acogió los primeros bailes a ritmo de orquestas. Puzzle, Capitol, Atrévete, Gran Parada, Metrópolis, Galilea y París de Noia actuaron, en ese orden, ante un millar de personas. Con una duración de alrededor de 45 minutos cada una, las agrupaciones se subieron a los escenarios de la París de Noia y Gran Parada, que fueron alternándose durante todo el evento. El público se dividió en dos espacios, que contaban con zona de baile y gastronómica, con una cantina en cada una de ellas. Aunque en la pista se podía bailar, no estaba permitido beber, comer y fumar.

Algunos asistentes se aglutinaban en la entrada una hora antes de que empezase el evento, previsto para las 18.00 horas, pero no fue hasta las 17.45 cuando las puertas se abrieron y la gente pudo acceder al recinto. Los primeros acordes del grupo Puzzle se hicieron esperar veinte minutos, pero valieron la pena. Arrancaron con una balada y siguieron a ritmo de bachata, animando al público a moverse.

Una de las primeras en llegar a la pista fue Belén Corbello, acompañada de una amiga. «Estamos con ganas e ilusión de empezar a ver orquestras, sobre todo as máis pequenas, para que poidan recuperar visibilidade», afirmó. Por delante les quedaban seis horas de espectáculo que «esperamos ver ata o final». No eran las únicas. Maricarmen Villaverde también tenía en mente quedarse hasta las doce de la noche en compañía de su marido «para botar uns bailes, mover o esqueleto e así facer un pouco de exercicio». Este matrimonio, de edad avanzada, era fiel a las verbenas antes de la pandemia, por lo que Maricarmen no ocultaba su alegría al hablar del retorno de las mismas «pouco a pouco».

Las ganas por volver eran inmensas. «Llevamos esperando este momento mucho tiempo», manifestó la cantante Sonia Giao, del grupo Atrévete. Se le sumaban los nervios, porque tal como explicó su compañera Marta López, «como el sector estuvo parado, nos tuvimos que reubicar y buscarnos la vida como pudimos, y fue difícil cuadrar para ensayar». Aun así, mostraba ilusión ante la actuación: «Vamos a intentar llenar el pedazo escenario de nuestros compañeros de la París de Noia».

Precisamente Blas Piñón, gerente de la orquesta París de Noia, aseguraba que llevan trabajando desde el mes de julio, pero que la quinta ola «matounos». Según sus palabras, el equipo deseaba subirse al escenario, porque «unha orquestra como nós que estamos acostumados a traballar case todos os días, agora estamos traballando cada quince ou vinte, e cando o facemos queremos comer o mundo». En sus ensayos de junio, «pendentes do que puidera pasar», planificaron dos espectáculos, uno destinado al público sentado, más visual, y otro destinado a arrancar bailes. Este último, pero en formato reducido, fue con el que deleitaron en la noche de ayer.

Sin embargo, la cita fue «como un caramelo» y sabe a poco, en opinión de Fanny Méndez, cantante de la orquesta Metrópolis. «Lo cierto es que no sabemos cuando vamos a volver», lamentó. «Espero que pronto, porque todos los sectores están retomando la actividad menos las verbenas», añadió. Una idea con la que concuerda Blas Piñón: «O de hoxe chega tarde porque xa acabou a tempada, pero de cara ao 2022 esperamos volver á nosa vida, ao que nos gusta facer».

El festival fue un éxito, y las mil entradas disponibles para asistir se agotaron en siete horas. Organizado por la Asociación Galega de Orquestras y la Asociación de Empresarios da Música da Verbena Galega, el festival Orquestras de Verbena se celebró de manera simultánea en el polígono Río do Pozo de Narón. Fueron el punto de partida de otras cinco actuaciones que seguirán desenvolviéndose hoy en A Coruña, Ourense, Pontevedra y Vigo. Se le sumará otra en Lugo, con fecha aún por confirmar. La iniciativa surge en el marco del apoyo de la Xunta a las empresas del sector a través de Agadic, reuniendo un total de 48 formaciones.

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