El Jardín Botánico de Madrid revive el encuentro entre Humboldt y José Celestino Mutis

HÉCTOR J. PORTO REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Detalle de la instalación de baldosa hidráulica en la exposición del Jardín Botánico.
Detalle de la instalación de baldosa hidráulica en la exposición del Jardín Botánico. Jesús G. Rodrigo | RJB-CSIC

La artista Pilar Millán reflexiona sobre el legado de los dos sabios naturalistas

11 sep 2021 . Actualizado a las 10:13 h.

El científico alemán Alexander von Humboldt se desvió 2.000 kilómetros en su camino durante la empresa americana que encabezó en 1801 para conocer en Bogotá al sacerdote gaditano José Celestino Mutis. Quedó maravillado con su biblioteca, de la que dijo que no había otra igual en el mundo salvo la de Joseph Banks en Londres. Aquella expedición del sabio prusiano partió de A Coruña, una vez que Carlos IV firmó los permisos. Han pasado 220 años del encuentro en la cima del humanismo, en el que ambos -convivieron dos meses- se maravillaron mutuamente por sus saberes y trabajos. Y la artista gallega de raíces gaditanas y afincada en Berlín Pilar Millán (Ferrol, 1962), fascinada por las dos figuras, y por el respeto que concitan aún en América Latina, reflexiona sobre su legado en una exposición que este viernes se inauguró en el Real Jardín Botánico de Madrid: La simetría de los encuentros, en que recrea aquella cumbre, que ayudó a Humboldt a romper con los rigores del cartesianismo (y la ortodoxia de las clasificaciones) y poner en valor el «aprendizaje por los sentidos».

Detalle de la presentación de la muestra de Pilar Millán «La simetría de los encuentros».
Detalle de la presentación de la muestra de Pilar Millán «La simetría de los encuentros». Jesús G. Rodrigo | RJB-CSIC

Millán creó una serie de obras para este proyecto con el que propone una pregunta fundamental: «¿Qué hemos aprendido de ellos?», para a la postre responder sin titubeos: «No los hemos escuchado lo suficiente». Entre medias, dos años de investigación y creación, que se solaparon con la pandemia, y de los que ha salido su serie de 42 dibujos a tinta Leyenda negra inspirada en las láminas botánicas del taller de Mutis, una colección que, por cierto, custodia el propio Jardín Botánico. La artista alude en estos trabajos a la necesidad de evitar los extremos del pensamiento: «No todo es blanco o negro, hay millones de matices, y debemos rescatar las cosas buenas del país y la historia, tapadas interesadamente por esa leyenda negra».

Dos de las piezas de la serie de 42 «Leyenda negra», para la que Pilar Millán se inspiró en los dibujos botánicos de Mutis.
Dos de las piezas de la serie de 42 «Leyenda negra», para la que Pilar Millán se inspiró en los dibujos botánicos de Mutis.

En la misma filosofía transita también la instalación de 34 metros cuadrados de baldosas hidráulicas, que «juega a las simetrías y las confluencias, a las cosas que se pueden hacer cuando hay encuentro».

Detalle de la pieza de neón «Alquimia», en la que puede leerse «El oro nuestro no es el oro del pueblo».
Detalle de la pieza de neón «Alquimia», en la que puede leerse «El oro nuestro no es el oro del pueblo».

No elude sin embargo Millán la crítica, como la del neón que clama «El oro nuestro no es el oro del pueblo», en el que partiendo de la alquimia denuncia la destrucción ambiental de los territorios indígenas por la minería intensiva. Algo similar plantea con el turismo de masas.

El Puerto de A Coruña colabora en la organización de la muestra, que le sirve para ensalzar la histórica importancia estratégica de su papel, no solo en lo económico sino también en la ciencia. Así, recuerda, cuatro años después de Humboldt partió de sus muelles la expedición de la viruela Balmis-Zendal.