Matt Damon: «Soy el actor que no hizo "Avatar"»

maría estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

CULTURA

ERIC GAILLARD | Reuters

El actor se transforma en un matón sureño que busca demostrar la inocencia de su hija en «Cuestión de sangre», un filme aplaudido en Cannes

16 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Matt Damon se transforma en Cuestión de sangre en un matón sureño con la misión de demostrar la inocencia de su hija, que cumple condena en una prisión francesa. El actor apunta que la película de Tom McCarthy (Spotlight) es «lo que percibimos de la América de hoy» y muestra su gratitud a los coguionistas franceses Thomas Bidegain y Noé Debré por ofrecer una perspectiva más objetiva de Estados Unidos. Si a Damon le hubieran dicho cuando era niño que iba a dar una clase magistral en Cannes, probablemente se hubiera reído, no en vano creció en Cambridge, en la ciudad pobre vecina a Boston donde sobrevivir en las calles no era tarea fácil. Dispuesto a cambiar su vida, se inscribió en un curso de teatro y allí conoció a su mejor amigo, Ben Affleck. Hoy, a sus 50 años, es un actor polifacético, director y guionista, a quien le gusta la literatura, hablar español y cuidar de sus tres hijas.

-«Cuestión de sangre» fue recibida con una ovación en Cannes.

-Cuando trabajas con grandes actores siempre terminas con una buena película. Tengo hijas y puedo verme en la piel del personaje. Desde que soy padre me he abierto como persona, ya no necesito exigirme tanto. Un padre siempre ama a sus hijos y un hijo siempre ama a sus padres, pero, en esta historia, ambos están distanciados a su manera.

-La película recuerda el caso de Amanda Knox.

-Durante un tiempo estuve fascinado con ese caso. Mi curiosidad me sirvió como inspiración inicial. El origen de la premisa es la de un padre y una hija luchando contra su tensa relación. El personaje viene de un lugar culturalmente muy específico que muchos van a reconocer, porque cae en el estereotipo del votante de Donald Trump.

-¿Cómo entiende a este personaje?

-Es un tipo duro, de Oklahoma, musculoso, fuerte, como muchos de allá, con una gran vitalidad y muchos valores personales. Cuando se muda a Francia en busca de una nueva pista que pueda exonerar a su hija, poco a poco se va transformando.

-¿Cree que las salas de cine se recuperarán de la situación que viven por la pandemia?

-Me emocionó ver en Cannes cómo todos aplaudían cada película. Eso es un recordatorio de por qué hacemos esto y por qué nos reunimos en una sala de cine. Me conmovieron los aplausos hasta las lágrimas. No pude resistirme a llorar durante el estreno y dejé volar las emociones acumuladas durante una pandemia que se llevó mi adorado cine. No lo hubiera apreciado tanto de no haber pasado por el confinamiento. Deseo mirar con optimismo al futuro, porque no hay nada más maravilloso que estar en una sala con mil personas conmovidas como tú ante lo que estás viendo.

-Es uno de los pocos actores al que no le persigue el escándalo.

-Le pago a mucha gente para que me critique a diario y no me dejen creérmelo, ja, ja. Creo que tuve mucha suerte de enamorarme de una mujer que no trabaja en la industria del entretenimiento. Es ella (la argentina Luciana Barroso) quien me mantiene de pie en el mundo real. En Hollywood hay una voracidad enorme para alimentar el ego, lo que vende es el sexo y el escándalo.

-¿Se ha arrepentido de alguna película?

-Soy el actor que no hizo Avatar, imagínate si me arrepiento. La verdad es que no pude viajar a Nueva Zelanda y me quedé con ganas de trabajar con un visionario como James Cameron. También tuve que pasar de hacer The Fighter y en el destino se cruzó Christian Bale.

-Entonces, ¿cree en el destino?

-Me parece que a veces la fortuna está de nuestro lado, pero, en otras ocasiones, las decisiones que tomamos son las que influyen en tu vida.

-¿Vive pensando en el futuro?

-Sí, claro, como todos los demás, pero eso no significa que tenga una bola de cristal. Disfruto el presente. Sé que no es fácil, pero siento que toda mi vida he estado mirando hacia el futuro, y ahora estoy disminuyendo la velocidad, porque la vida va demasiado rápido. Cuando era adolescente me di cuenta de que no iba a ser atleta profesional, así que dejé de preocuparme por la edad. Soy un hombre que ha tenido mucha suerte.

-Su madre lo educó con ideas progresistas.

-Sí. Cuanto mayor sea la división económica en el mundo, más protegidos estarán los que tienen dinero por temor a sufrir daños. El sistema de escuelas públicas en América se creó para romper barreras y durante mucho tiempo funcionó muy bien porque ayudó a promover la ciudadanía, pero ahora los niños que nacen privilegiados van a escuelas privadas fuera del sistema y eso, automáticamente, comienza el ciclo de construir muros alrededor.

-¿Qué le hace elegir un proyecto?

-El director. Trabajo en función de quién dirige la película.

-¿Piensa volver a trabajar con Ben Affleck?

-Estamos hablando de hacer varias cosas. Él quiere dirigir y yo también. Queremos producir y seguir actuando, entre los dos podemos generar buen material. Necesitábamos estar juntos para volver a trabajar.