La UNESCO no incluye a Venecia en la lista de Patrimonio en riesgo

CULTURA

Andrea Merola

La metrópoli ha eludido la llamada de atención gracias a las últimas medidas adoptadas por el gobierno italiano para reducir los efectos de la polución y el turismo masivo

23 jul 2021 . Actualizado a las 19:24 h.

La ciudad italiana de Venecia reposa asimétricamente sobre una complicada red de canales infiltrados. Los edificios añejos se reflejan etéreos sobre aguas estiradas. El patrimonio histórico y cultural de la urbe se amontona entre adoquines tallados, callejuelas esquivas y puentes estratégicos. Las palomas de la Plaza de San Marcos, el nacimiento de Vivaldi o los viajes de Marco Polo colorean el aire que se respira en la tierra legendaria de los gondoleros. Venecia es esa ciudad condenada por su propia belleza.

Una golosina para los curiosos, los amantes suspirantes y las marabuntas de Inserso. La gentrificación lleva décadas convirtiendo este lugar deliciosamente anacrónico en una abarrotada atracción de feria. Los cruceros, con sus motores ruidosos, sus combustibles contaminantes y sus desembarcos desmedidos, son la cabeza de lanza del serio problema de la conservación. Azotada por los excesos industriales de sector terciario, la zona lleva años mostrando preocupantes signos de agotamiento y deterioro. El debate en torno a la limitación de la afluencia de visitantes se reabre ahora, siguiendo la estela de los acontecimientos. 

El Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, reunido en la ciudad china de Fuzhou, dirimía estos días acerca de la posibilidad de incluir a la villa veneciana en la lista de Patrimonio en riesgodebido a los altos niveles de contaminación y a la preocupante desmejora general que ha sufrido en estos últimos tiempos la localidad. Finalmente, el gobierno italiano ha logrado negociar una prórroga con el organismo internacional tras anunciar el ministro de cultura, Darío Franceschini, nuevas medidas restrictivas que, entre otras cosas, limitarán la presencia de embarcaciones contaminantes en los aledaños de la ciudad.

El ejecutivo de Draghi marca así el rumbo hacia un modelo de explotación turística más sostenible y respetuoso con el legado histórico. Franceschini ha declarado que en el nuevo proyecto de desarrollo «la cultura y la industria creativa están llamadas a desempeñar un papel protagonista», reafirmando así la voluntad del ministerio de reorientar la peligrosa situación de la milenaria localidad de los canales.

El decreto contempla el veto definitivo a la navegación en las aguas adyacentes a la metrópoli para barcos de más de 25.000 toneladas, superiores a los 180 metros de eslora, 35 metros de altura y que viertan más de un 0,1 % de azufre. La resolución fue aprobada el pasado 13 de julio y entrará en vigor el próximo 1 de agosto, e irá acompañada de la construcción de nuevos puntos de atraque masivo en zonas menos sensibles, donde los barcos ahora prohibidos podrán operar.